Alicia, una de las invitadas al baile organizado por la madrina de Anthony, es descubierta en el jardín de la mansión a los pies de un cadáver y con una daga en la mano. A primera vista, parece la principal sospechosa del asesinato, pero el instinto le dice a Anthony que ella es inocente. Y aunque Alicia no quiere que él conozca su secreto, no le queda más remedio que aceptar su ayuda si no quiere terminar en la cárcel.
Gracias a sus contactos y su buena posición, el vizconde consigue hacerse con el control de la investigación y defender la inocencia de la joven. Pero ¿logrará convencerla a ella de que las razones que le impulsan a protegerla van más allá del honor de un caballero?
Segundo libro de la serie "El Club Bastion".
Cinco meses después de la fundación del club Bastion y de que Tristan encontrara esposa, empieza la historia de Anthony Blake, el siguiente miembro en perseguir el gran objetivo. La formación del club surgió de la idea de crear el último bastión contra las casamenteras, matronas y debutantes. Y está compuesto por siete caballeros que necesitan casarse, pero que sólo lo harán con la mujer que ellos elijan.
Lento. Así es este libro. Y no me refiero a descripciones exhaustivas de lugares y de personajes, sino a que hay escenas de relleno que directamente sobran. Aparte de la historia de amor principal, hay una trama de suspense entorno a lo que parece un simple asesinato, pero que es algo más complejo. Esta parte podía haber dado algo de dinamismo y emoción a la novela para acompañar una relación que no acaba de avanzar y tirar de ella en ciertos momentos, aportar un poco de acción. Pero no ha sido así, la historia se me ha hecho lenta y aburrida en varias ocasiones. De hecho, hasta la mitad del libro apenas ocurre nada interesante ni relevante ni en un sentido en el otro.
De momento a todos los miembros del club los encuentro bastante parecidos, tanto en el físico como en la personalidad. Tienen en común su pasado y el sentido del deber, la diferencia con el resto es que Tony es medio francés. Él sabe desplegar su encanto, a veces es muy francés y apasionado, y otras muy inglés y estirado. Pero poco más que destacar sobre él, es agradable y encantador, pero nada más. Es un hombre inquieto, siente que necesita algo de acción, pero con una madre y una madrina francesas, perseverantes, empeñadas en buscarle esposa no tiene escapatoria. Necesita una esposa, y lo más importante, desea una esposa. Pero no sabe qué tipo de mujer quiere, ni por qué siente la necesidad de buscarla. Lo que sí sabe es que no le interesan las debutantes, son demasiado inocentes y delicadas, y las considera poco inteligentes. Dada su experiencia con el espionaje me ha sorprendido que vaya hablando a tanta gente sobre su misión, en parte lo hace para conseguir la confianza de la protagonista, lo que me parece un poco arriesgado al no conocerla de nada, y en parte para que todos se mantengan alerta. Pero aun así...
Alicia podría haber sido una digna protagonista, pero le falta algo. Empieza bien, pero la trama y Tony le vienen grandes. Es más bien sosa, simplemente se deja arrastrar por las circunstancias, no tiene iniciativa hasta el mismo final, cuando da un paso adelante. Eso es lo que la salva un poco, enfrentarse al villano con valentía y reaccionar ante Tony lo justo para hacerle perder la compostura durante un momento. Alicia no es quien dice ser, desde el principio representa una pequeña farsa que acaba volviéndose en su contra. Pero lo hace por su hermana, por su familia; es la mayor de cinco hermanos y por ellos está dispuesta a sacrificarse. De hecho, está dispuesta a casi todo, porque el chantaje de un hombre despreciable es algo que no piensa aceptar. Es muy protectora con sus hermanos y una estricta carabina frente a los jóvenes y apasionados pretendientes. Es más madura que el resto de damiselas, aunque no mucho mayor que ellas, pero menos experimentada de lo que quiere aparentar.
La historia de amor es bastante plana, incluso simple. En ella no hay ningún tipo de sobresalto que aporte espontaneidad a la trama, ni siquiera sé en qué momento entra en juego el amor. Hay un deseo evidente entre los protagonistas, sí, pero el paso hacia algo romántico no lo he captado. Por no mencionar que la relación se basa más en lo físico que en los sentimientos, las escenas de sexo tienen una presencia que llega a ser exagerada. Entre ellos hay cierta tensión sexual, pero no la química necesaria como para atrapar y cautivar. Además, la relación avanza tan lentamente que la primera mitad del libro es apenas un continuo desfilar entre fiestas y reuniones bailando valses.
El único obstáculo de su relación es la idea que tiene cada uno sobre su futuro juntos. Mientras que ella cree que sólo puede aspirar a amante, Tony tiene muy claro desde el principio que quiere casarse con Alicia y todo el mundo conoce esas intenciones: sus compañeros del club, una pareja de amigos, su madre, su tía, la amiga de su tía, su futuro cuñado, los tres hermanos pequeños de la protagonista... pero a la interesada no se le ha informado de la cuestión. Esa parte ha sido lo más espontáneo del libro, lo que se sale del guión lo suficiente como para dar romanticismo.
La investigación corre la misma suerte. Se estanca durante toda la primera parte, hasta que lo que no han podido descubrir ocho ex espías expertos lo consiguen tres niños de ocho, diez y doce años. Y el siguiente descubrimiento importante lo hacen las tres mujeres presentes. Ellos están un poco lentos en el tema. Además, es un misterio sin mucha intriga, porque el culpable es muy evidente, eso y la lentitud de la investigación hacen que pierda fuelle pese a que es un misterio interesante. Al final, tienen más intriga los secretos de Alicia por la expectación que se crea entorno a cuándo los descubrirá Tony, aunque dicha situación no está bien aprovechada.
Los personajes secundarios no son muy destacables. Los únicos que me han parecido interesantes son la hermana de Alicia y el amigo de Tony, porque la evolución de su relación se aprecia mucho mejor que la de los protagonistas. Adriana es agradable, no es la típica debutante tontita pero son un poco ridículas las escenas en que cada vez que daba un paso la acompañaban un séquito de pretendientes a todas partes para llamar su atención.
En cambio, los tres hermanos pequeños de Alicia me han parecido más bien molestos, aunque la relación de ellos con Tony se supone que tiene que ser entrañable, no termina de llegarme.
Los cinco solteros que quedan en el club y Tristan, el primero en cumplir su objetivo, tienen cierta presencia pero no conocemos nada de sus vidas personales que les haga diferenciarse demasiado unos de otros.
Por otro lado, vuelven a aparecer miembros de la familia Cynster, pero con ellos ya me he hecho un pequeño lío. Parece que la autora no puede evitar mencionar a su dinastía favorita, pues ya hubo una aparición similar en el primer libro de la serie, pero aquí están presentes más miembros.
Pese a todo lo que he comentado, el libro tampoco me ha disgustado del todo, tiene algunos buenos momentos como en los que Tony rescata a Alicia de las trampas del villano de turno en plan héroe.
Los principales problemas son la lentitud de la trama y la sensación de que le sobran páginas, especialmente en lo referente a escenas de sexo. La historia de amor es bastante inocente, sin profundidad y con poca evolución, sigue una línea y no hay sorpresas que la alteren. La trama de suspense en cierto modo es complicada pero con un culpable tan evidente pierde interés. En cuanto a los personajes, Tony es aceptable, pero Alicia no tiene madera de heroína, por eso a su relación le falta algo... química o carisma. También se le podía haber sacado más partido a algunas escenas para destacar el aspecto cómico, pero sucede lo contrario, se desaprovechan.
Es cierto que me gustó más el primer libro de la serie, pero el siguiente también parece interesante.
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Identidad de Nora Roberts
