Durante más de trescientos años, la casa de la playa ha guardado sus secretos. Para Eli Landon será su salvación

Tras once meses de pesadilla, Eli Landon queda absuelto del asesinato de su esposa por falta de pruebas. Ahora es un hombre libre, pero las brutales y misteriosas circunstancias del crimen hacen que la sombra de la sospecha se siga cerniendo sobre él.

Con la reputación destrozada, nada queda ya del abogado de éxito que fue. Incapaz de volver a enfrentarse al mundo, decide refugiarse en la casa de la playa de su querida abuela Hester mientras ella se recupera en una residencia de un desafortunado accidente.

Eli vuelve al pueblo donde pasó los veranos más felices de su vida en busca de soledad, pero Abra Walsh, la simpática vecina a quien su abuela le ha encargado el mantenimiento de la casa (y la recuperación anímica de su nieto), no está dispuesta a permitir que siga regodeándose en su miseria. A Eli no le hace ninguna gracia que este torbellino de mujer ande por la casa diciéndole lo que debe hacer, pero finalmente le resulta imposible resistirse a su poderosa atracción. En el fondo sabe muy bien que Abra tiene razón, ha llegado el momento de averiguar qué sucedió la noche en que encontró el cuerpo sin vida de su esposa.

Juntos emprenderán una exhaustiva investigación e irán desgranando una serie de pistas que les conducirán hasta un inesperado lugar, mucho más cercano de lo que imaginan.

Esta novela tiene todos los ingredientes para ser uno de los buenos libros de suspense de Nora Roberts: una historia de amor, un crimen sin resolver, misterio, una ambientación en un lugar aislado... Pero, aunque es entretenida, no me ha acabado de llegar. No del todo.

La novela me ha gustado, el problema es que hay otras de la misma autora que me han gustado mucho más últimamante y, por eso, me ha resultado fácil ver los detalles que no terminan de encajarme en este libro.

Repito que es una novela amena, engancha, pero la verdad es que no igual que otros de sus libros. La historia está bien narrada y entretiene, si hubiera sido de otra autora puede que hubiese acabado la novela más satisfecha, pero a Nora Roberts siempre le pido un poco más. Porque sabe darlo.

Y es que, a pesar de ser una historia con una narración directa y que se lee bien, me ha quedado la sensación de que le falta algo. Un poco más de suspense, un poco más de amor, un poco más de los personajes...

Para empezar, la historia de suspense no me acababa de convencer a medida que pasaban los capítulos. El ritmo de esta trama es demasiado suave, esperaba que hubiera más incidentes y que fueran subiendo de tono, más suspense, más sospechosos, más investigación, más giros de la trama... Y, por esta parte, no me ha llegado a satisfacer del todo, hay detalles demasiado rebuscados que están cogidos por los pelos y que no me parecen del todo creíbles.

En cuanto a la parte romántica, no he visto a una pareja con demasiada química y la relación me ha parecido algo forzada, cogida con pinzas. Ellos son muy diferentes y no tengo claro en qué momento llegan a enamorarse ni por qué. Además, la obvia idea de Hester de juntar a la pareja está tan cogida por los pelos como algunos detalles del misterio de la historia, y no me parece suficiente para que esta pareja acabe enamorada.

También creo que se busca demasiado el pasado atormentado de los dos protagonistas y, puesto que el de Eli va íntimamente ligado a la trama, el pasado de Abra me ha sobrado. Me da la sensación de que el pasado de ambos es una barrera entre los dos y no un punto de unión.

No he notado una evolución clara en la historia de amor, es todo demasiado fácil.

Eli es el protagonista que domina la historia, es el típico e irresistible hombre Roberts, pero, en esta ocasión, es un hombre herido que busca reencontrarse a sí mismo. Ve su estancia en la casa de la playa como su última oportunidad de superar el haber sido sospechoso del asesinato de su propia esposa. Y ahora es un hombre muy diferente al que era. Pero no veo en Abra la mujer perfecta para él.

Y es que Abra no me ha terminado de gustar, hace de todo y todo lo hace bien, y de eso ya recelo. Puesto que Eli tiene más peso en la historia, creo que a Abra se le ha dado un pasado atormentado para equilibrar la situación y darle más protagonismo. Y la visión que se da de ella en el pasado es tan diferente de la del presente que me parece un personaje irreal.

Como he dicho antes, a la pareja protagonista no le he encontrado la misma química que en otras novelas de Nora Roberts. Me parece que tienen un inicio forzado y poco creíble y me cuesta verlos como una pareja. Y la evolución de la relación empieza siendo repentina para luego pasar a ser más bien plana. Están a medio camino entre la ternura y la pasión, pero sin llegar a ninguno  de los dos puertos, y no me han llegado a convencer de su amor.

Entre los personajes secundarios hay que destacar a la familia de Eli, sobre todo a su abuela Hester y a su hermana Tricia; y a los amigos de Abra, Maureen y Mike. Son los típicos personajes dulces pero fuertes que le dan más solidez a la novela, que te ayudan a entrar en la trama. De hecho, Maureen y Mike me han gustado más como pareja que los propios protagonistas.

Es una historia de amor y suspense entretenida, aunque no de las que se recuerdan especialmente. Pero, por mucho que no sea de mis novelas favoritas de Nora Roberts, está bien narrada y es una historia que engancha y que se lee rápido.