Novela ganadora del V Premio HQN Digital

Natalia tenía que decidir entre dos hombres y el agradecimiento o el amor.

El Puerto de la Luz es un viaje en el que se mezclan la huida y la búsqueda. ¿Cuántos nombres necesita una persona para saber quién es y desenterrar su origen? ¿Qué motivos llevan a esa persona a hacerse pasar por alguien que no es?

Nathalie Battle, Nathalie Lindstrom y Louise Fairley son la misma mujer en busca de respuestas: quién es, quién cree ella ser, quién piensan los demás que es.

El camino en busca de su identidad la llevará a Gran Canaria, donde Natalia también encontrará el amor y la libertad de ser ella misma.

A veces es la novela que la que elige a su lector en lugar de ser al revés. Es lo que me ha pasado con este libro, no lo tenía previsto entre mis próximas lecturas, pero cuando la editorial me invitó a participar en el I Libro Viajero Harlequin acepté encantada sin conocer cuál iba a ser el título del libro escogido.

La sinopsis me gustó enseguida y al empezar la lectura vi que la ambientación era impecable, transmitía la luz que impregna a la historia y me imaginé unas Canarias que me sorprendieron. El tono que usa Jane Kelder es pausado, pero seguro, y al llegar a la mitad del libro ocurre algo que me acabó de enganchar a la trama por completo.

A partir de ahí leí el resto del tirón.

Natalia tiene muchos nombres, pero éste es el que ella prefiere. Es una chica de buena familia que de repente se ve en una situación adversa y debe volverse fuerte para sobrevivir. Me parece muy interesante el giro que da este personaje para adaptarse a la situación porque los problemas desesperados requieren medidas desesperadas, pero tampoco tiene otras opciones. Me ha transmitido dulzura y soledad.

Dan es el arquitecto para la ampliación del puerto y se siente más canario que inglés, por eso no le gusta que sus compatriotas británicos menosprecien la cultura canaria de la que él tanto ha aprendido. Su familia está empeñada en que se case y prácticamente le han elegido novia, pero él no está dispuesto a ceder. Lo que me gusta de él es que es un hombre seguro de sí mismo y sabe lo que quiere, no se deja intimidar ni manipular, pero a la vez es un hombre íntegro y amable con la gente que quiere.

Entonces un flechazo en plena calle decide por él, pero se enamora de una mujer que no puede tener porque está comprometida con su padre. Él la cree una cazafortunas y embustera, pero el flechazo es recíproco y Natalia también se enamora de Dan.

El romance de esta pareja es tormentoso, se ven obligados a convivir, pero ese enamoramiento se camufla con desprecio, rabia y discusiones. Tanto las conversaciones como las discusiones son rápidas e inteligentes, es como presenciar un partido de tenis, se devuelven la pelota el uno al otro.

No es una novela donde se encuentren escenas de cama, pero no son necesarias, sí hay tensión sexual entre ellos bien llevada por parte de Jane Kelder. Así sus besos saben mejor.

No falta un toque de misterio que proviene del pasado de Natalia y de su mentira, eso también le aporta enemigos, y esos detalles le dan un aire de intriga muy favorecedor a la novela.

Los personajes secundarios ayudan a definir el paisaje del libro, en especial la señorita Snodgrass y Phillipa, dos personajes muy interesantes con una vida aventurera.

Es una novela muy bonita, bien escrita y con una ambientación llamativa. Lo he disfrutado mucho y me ha ido enganchado poco a poco, hasta que todo se enrevesa y me he metido del todo en la trama. El final es uno de los momentos más bonitos del libro, cuando la pareja tiene tanto que contarse, el momento más deseado del libro.