Sebastian Costas llevaba más de un año intentando descubrir la verdad que se ocultaba tras el asesinato de su exesposa y su hijo. A pesar de todas las pruebas que parecían evidenciar lo contrario, estaba convencido de que el segundo marido de su exesposa, un policía, había cometido ambos asesinatos y había fingido después su propia muerte. Siguiendo una pista que podía conducirle hasta él, llegó a Sacramento.

La investigadora Jane Burke le llamó en relación con un delito diferente... un delito que podía guiarle directamente al hombre que durante tanto tiempo había estado buscando. Tras haber estado casada con un asesino en serie, Jane Burke había pasado cinco años tratando de rehacer su vida. Y con Sebastian había encontrado por fin una oportunidad de ser feliz. Pero el hombre al que pretendían encontrar también los buscaba a ellos. Para aquel asesino, aquello se había convertido en una batalla personal, y estaba decidido a ganarla costara lo que costase.

Sexto libro de la serie "El Último Reducto".

No hay nadie más preparado para cometer el crimen perfecto que alguien que se dedica a investigarlos. Salvo por el pequeño detalle de que el crimen perfecto no existe, como Alfred Hitchcock se encargó de explicar. Siempre hay algún detalle que lo esclarece, algún cabo suelto. Solo se necesita la dosis de perspicacia y perseverancia adecuadas para encontrarlo, como la que tienen los protagonistas.

Por eso es una novela con un aire a thriller de acción bastante interesante, con un estilo y un ritmo muy cinematográficos. Me ha gustado la presentación de los personajes por separado y el camino que recorren hasta conocerse, una clara segunda oportunidad que los dos merecían. Todo esto acompañado de una narración fluida y amena.

La historia de suspense es bastante buena, muy entretenida, y es lo que acaba uniendo a los dos protagonistas. No es una trama de suspense en la que haya que descubrir a un criminal misterioso, más bien es un marco de acción en el que hay que desenmascarar a un villano con rostro. Malcom es un monstruo que asesinó a su mujer y su hijastro a sangre fría, un hombre que se suponía que debía proteger pero se convence de que no está haciendo nada terrible. Un criminal al que le gusta tener poder y abusar de él, sin importarle seguir ampliando su carrera criminal para salir del lío en el que se ha metido.

Es una trama interesante aunque con alguna incoherencia. Me parece poco creíble que alguien se preste a ayudar a Sebastian creyendo su historia sin más, cuando eso supone un gran peligro, en lugar de avisar a las autoridades. Y también en cuanto a la historia del secuestro, no se puede culpar a Latisha por su confusión pero son un poco raros los cambios bruscos de opinión de Malcom, aunque supongo que son para mostrar su carácter inestable. Aparte de esos detalle es una historia bastante bien pensada.

Jane vivió en el Infierno, y estuvo casada con el mismo Demonio. Después de su matrimonio con un peligroso psicópata y una historia de amor frustrada, cree que las relaciones con los hombres han terminado para ella. No es capaz de olvidar el pasado, el miedo, y se siente tan culpable por lo que ocurrió que se niega a volver a sentir. Pero tiene a su hija de doce años con ella, lo único bueno de aquellos oscuros años, y a sus amigas de "El Último Reducto". Ahora está satisfecha prestando su apoyo a dicha organización, donde intenta dar ayuda psicológica a las víctimas gracias a su experiencia. Pero su primer caso propio empieza a complicarse por momentos.

La vida de Sebastian cambió el día en que su exmujer, Emily, y su hijo fueron asesinados, y él ha sospechado desde el primer momento que el culpable era el segundo marido de Emily. A pesar de que se encuentran pruebas concluyentes de su muerte, él está convencido de que el culpable ha huido y desde entonces dedica todos sus esfuerzos a buscar venganza. Su vida cotidiana quedó en suspenso desde el momento en que inició su búsqueda, pues solo tenía un objetivo en mente. Después de un año siente que se está acercando, y encuentra una nueva pista inesperada gracias a Jane.

La historia de amor llega a través de la trama de suspense, mientras Jane y Sebastian persiguen al mismo asesino por diferentes razones, cada uno por su lado, y sus caminos se cruzan. Los dos son personas heridas que no creían volver a sentirse libres, pero se sienten atraídos y obligados a colaborar por un objetivo común. La historia de suspense es la que predomina, pero la de amor no queda relegada y es una bonita historia, tierna dentro de un cúmulo de historias oscuras. Tardan algunos capítulos en conocerse pero eso ayuda a conectar mejor con ellos. Rápidamente surge algo entre los dos, se transmite química sin parecer algo repentino, es una historia de amor bastante creíble.

Hay bastantes personajes secundarios en esta novela, pero los protagonistas siempre están enmarcados por una soledad emocional. Para equilibrar al personaje del villano está Kate, la hija de Jane, para darle un poco de ternura a la novela, me ha gustado la relación que tiene con Sebastian. También es importante el personaje de Latisha, que tiene una historia paralela. Y aparecen algunos de los protagonistas de las novelas anteriores.

La historia familiar de Jane, realmente truculenta, y la de la Latisha son interesantes como trasfondo de la novela, sin eufemismos de por medio. Y el final me ha gustado porque no deja cabos sueltos, todos los que tenían que pagar lo hacen y cada personaje tiene su momento.

Había leído otras novelas de Brenda Novak y me gustaba su manera de escribir, pero no la había leído en ninguna historia de suspense, y la verdad es que es un género que sabe tratar. Le da la importancia apropiada a cada trama, creando argumentos interesantes y con unos personajes que saben transmitir unos sentimientos cargados de emociones. Es una lectura amena.