Chicas... ¿jugamos?

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 10 Jul 2013 - 22:36

Sí lo sé pero espero a ver si otra adivina...

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 11 Jul 2013 - 0:48

Seguro no lo he leído Juntar dedos

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 11 Jul 2013 - 7:44

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 11 Jul 2013 - 10:46

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 11 Jul 2013 - 21:50

"Hechicera" de Lowell?

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 11 Jul 2013 - 22:26

Mau escribió:: "Hechicera" de Lowell?

Tu turno, guapa. :perfecto:

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 12 Jul 2013 - 4:54

Enero de 1813
Si la atrapaban, moriría.

—Por todos los diablos, ¿se puede saber dónde estás?

Aquella voz sin cuerpo sonaba espeluznantemente cerca. Le aterrorizó el hecho de que llegara a sus oídos por encima del rugido de las olas. Estaban cerca. Corrió más deprisa todavía, a pesar de la naturaleza traicionera del terreno que pisaba. No podía detenerse…

—Será peor para ti, pequeña ramera, cuando te vuelva a poner las manos encima.

La voz se oía casi justo encima de ella. XX lanzó una mirada rápida y vio que el gélido disco de la luna acababa de elevarse lo suficiente en el cielo y se asomaba por el borde del acantilado. Bajo su luz glacial, la joven apenas podía distinguir la silueta oscura de quien hablaba entre la niebla espesa y gris surgida del mar durante las largas horas que siguieron al atardecer. El corazón le golpeaba en el pecho y temblaba; luchó por contener el aliento y evitar que se convirtiera en un jadeo aterrorizado y audible. Por peligroso que fuera el camino por el que se arrastraba, era su única vía de escape. La lengua de tierra que inspeccionaban sus perseguidores era angosta y terminaba en una caída en picado de unos treinta metros al tumultuoso Atlántico, a apenas unos cientos de metros de donde ella se aferraba al acantilado. De hallarse en ese saliente pantanoso cuya orografía obligaba a dar la vuelta, habría ido a parar directamente a los brazos de aquellos que pretendían matarla.

—Lamentarás el día en que intentaste tomarme el pelo, jovencita, te lo prometo.

XX comprendió con un estremecimiento de horror que el hombre sabía, o al menos sospechaba, que estaba cerca. De otro modo sus amenazas carecerían de sentido. Se obligó a renunciar al dudoso consuelo de mirar otra vez, por miedo a que el hombre viera el destello pálido de su rostro contra la negrura de la roca, y luchó por mantener el pánico a raya mientras seguía arrastrándose. De repente resbaló. Contuvo un grito a duras penas y se aferró a la pared para sujetarse. Extendió la mano, arañó la roca con desesperación y cerró los dedos alrededor de un saliente dentado de piedra que la salvó. Recuperó el equilibrio y, por un instante, se quedó completamente inmóvil, con el pecho palpitante apretado con fuerza contra el granito implacable, el corazón golpeándole entre las costillas y los ojos cerrados, mientras intentaba recuperar la respiración.

Segundos más tarde, con cierto tono de humor negro, mientras contemplaba la espuma blanca que se estrellaba contra la playa de rocas y franqueaba el punto más difícil, pensó que si se caía ya no tendría que preocuparse por si sus perseguidores la asesinaban. Ella misma se habría encargado de llevar a cabo el trabajo, y con bastante eficiencia, por cierto.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 12 Jul 2013 - 5:05

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 12 Jul 2013 - 10:54

uff..no tengo ni idea. Pensar

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 12 Jul 2013 - 12:35

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 14 Jul 2013 - 7:56

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 14 Jul 2013 - 9:05

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 14 Jul 2013 - 20:54

Un poco más, Mau. Wink

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 14 Jul 2013 - 23:45

Sujeta por Dios sabe cuántos pares de manos que la mantenían boca arriba sobre la cubierta, XX luchó por liberarse, retorciéndose como una oruga que intenta salir de su capullo. Pero, por supuesto, los marineros hicieron caso omiso de sus esfuerzos, salvo para sonreír satisfechos y soltar una risita encantada cuando la joven consiguió, a pesar de tener los pies atados, darle una patada en el estómago a un viejo desdentado que se dobló en dos. Un hombre la iluminó desde arriba con un farol y los demás, con la boca abierta, se apiñaron todavía más a su alrededor.

—¡Una muñequita espectacular, sí, señor!

—¡Que me bajéis! ¡Quitadme las manos de encima!

Una rabia alimentada por toda una vida de tener que repeler a hombres con malas intenciones añadió fuerza al grito de XX.

—¡Ay, qué susto!

Una ronda de carcajadas recibió esa salida; las manos que la sujetaban cambiaron de posición y se apretaron todavía más a su alrededor. Furiosa e indefensa, XX siseó entre dientes e intentó de nuevo dar otra patada. Atada como estaba, el esfuerzo fue en vano. Lo único que consiguió fue darles más anatomía que devorar con los ojos mientras se reían y la esquivaban.

—¡Diablos, parece que el chico nos ha metido en el barco una puñetera sirena!

—Sí, y si está la mitad de fría de lo que parece, nos va a dar un viaje muy congelado.

—UNO, idiota, primero la calentaremos.

—Si buscáis voluntarios, puedo calentarla yo.

La cara entrecana del último en hablar se partió en una amplia sonrisa; otro barbudo más joven se apretó tanto contra ella que XX pudo oler su aliento agrio. Comprendió, llena de asco, que intentaba besarla y giró la cara de golpe. Los labios húmedos y tibios del marinero apenas le rozaron el cuello. A XX se le puso la piel de gallina mientras el resto de la tripulación celebraba la maniobra con un rugido.

—¡Quietos! ¡Dejadme en paz!

Era inútil luchar pero, con todo, siguió revolviéndose. Una mano le acarició la parte inferior de la pantorrilla desnuda. Aliento Agrio volvió en un nuevo intento de robarle un beso. A XX se le hizo un nudo en el pecho y se le secó la boca de miedo al intentar esquivarlo por segunda vez. No había que ser muy inteligente para darse cuenta de lo que estaba a punto de pasar. No podría soportarlo…

—De acuerdo, las manos quietas. Eh, tú y tú: llevadla a mi camarote.

Si un momento antes aquella voz áspera le había provocado escalofríos de miedo, en aquel momento XX la agradeció igual que agradecía la salida del sol por la mañana. Pertenecía a su salvador, el señor XY, como lo llamaba el gordinflón, que en aquel momento también estaba en cubierta. La voz tuvo un efecto inmediato sobre los hombres que la sujetaban: ahogó las ansias de todos y Aliento Agrio se enderezó. La mano que le subía por el muslo se apartó. XY ni siquiera se detuvo, sino que siguió caminando, pasó junto a ella y los hombres reunidos sin apenas mirarla. Estaba claro que, tras haber dado la orden, esperaba que lo obedecieran sin rechistar. El vistazo que Claire pudo echarle confirmó su primera impresión: era alto y delgado, de hombros anchos y con la elegancia natural de un atleta. Estaba tan mojado como ella. El cabello, que le llegaba hasta los hombros y chorreaba, lo tenía aplastado contra el cráneo y resplandecía, brillante y negro como el de una foca, a la luz del farol. La ropa (una camisa blanca y calzones negros) estaba empapada y se pegaba al cuerpo que cubría. Al igual que ella, Hugh había perdido los zapatos y las medias en el mar. Tenía unos pies pálidos que contrastaban con las planchas oscuras del barco y que dejaban un rastro húmedo a su paso.

—Eh, señor, ¿qué daño puede hacer que nos divirtamos un poco con ella? —Era una pregunta hecha con tono halagador, lanzada al aire al paso de XY.

—Ya me habéis oído. Llevadla a mi camarote.

Aquel hombre era su enemigo y pretendía hacerle daño. Y, sin embargo, se había lanzado al mar para salvarle la vida y en ese momento les exigía a los marineros que se apartasen. XX sabía que de amigo no tenía nada pero de repente le pareció un aliado, mucho más que cualquiera de los otros. La joven no tenía ni idea de la razón que había llevado a aquel hombre a salvarla ni cómo encajaba todo aquel asunto en los planes de sus captores para terminar al final con ella.

¿Era posible, después de todo, que el líder hubiera dicho la verdad sobre un rescate pagado? Era una idea tentadora. Quizás, en lugar de pretender matarla, quisieran trasladarla a otro sitio donde poder soltarla.

Sí, y quizá se levantaría una mañana convertida en la reina de Inglaterra, no te fastidia, pensó XX con aspereza.

El pequeño rayo de esperanza que acababa de nacer en su mente se marchitó como una planta privada de agua. Con todo, XX no intentó resistirse cuando, con un par de manos alojadas con demasiada familiaridad bajo las axilas y otro sujetándole los tobillos desnudos por encima de la cuerda que los ataba, la llevaron hacia la escalerilla de los camarotes entre grandes gruñidos y miradas asesinas que le lanzaban a XY.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 15 Jul 2013 - 4:50

Definitivamente no lo he leído Juntar dedos

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 15 Jul 2013 - 7:16

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 15 Jul 2013 - 11:49

Nop, creo que no lo he leído. Juntar dedos

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 15 Jul 2013 - 19:27

Pista: tercero de una serie, iniciales de la autora K.R

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 16 Jul 2013 - 7:47

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 16 Jul 2013 - 11:06

Nop, estoy buscando, pero nada de nada.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 16 Jul 2013 - 14:45

Otra pista...
Salió en el 2010, si no me equivoco, editorial RBA LIBROS, SATEN.

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 16 Jul 2013 - 19:28

Yo me rindo, lo estaba buscando pero no encontré nada. Jiji

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 17 Jul 2013 - 4:25

Es de Karen Robards.... O algo así? Es que no he leído a esa autora Juntar dedos

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 17 Jul 2013 - 7:56

jajjaa este se resiste

Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 17 Jul 2013 - 19:49

Es la autora, Itzi, falta encontrar el libro!!

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