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Autor | Mensaje |
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 9 Oct 2013 - 2:06 | |
| Sigo:
—Señora —dijo, llevándose la yema de los dedos al ala del sombrero y esbozando una sonrisa que la cautivó de pies a cabeza.
XX se sintió extrañamente emocionada de verlo.
—Tiene que ayudarme, señor XY —le dijo en seguida. Era la manera que tenía de conseguir
estar con él el máximo de tiempo posible: pedirle ayuda. Entonces levantó dos macetas—. ¿Amarillas o blancas?
Él contempló las flores.
—Rojas.
—¿Rojas? —Ella se rió y miró a su alrededor—. Pero si no hay rojas.
—Ah, se equivoca, sí las hay —le dijo, al tiempo que le guiñaba un ojo con astucia—. Usted no
conoce al señor ALGUIEN tan bien como yo. Venga.
Entonces le quitó las macetas y las dejó a un lado. Luego le cogió una mano y se la apoyó en el
brazo para acompañarla a un pequeño cobertizo que había junto al invernadero. El interior del
cobertizo era muy cálido; a uno de los lados, el carbón encendido brillaba sobre un pequeño brasero.
Pero no fue el brasero lo que hizo que XX se quedara maravillada: fueron las flores rojas. Allí había macetas y más macetas de flores de ese color: geranios, crestas de gallo, dalias y rosas en miniatura.
—El señor ALGUIEN está planeando replantar el pequeño jardín que hay junto al estanque —le
explicó el señor XY.
—¡Son preciosas! —exclamó XX, apreciando la belleza de aquellas plantas. La pequeña
habitación albergaba la promesa de la primavera—. ¿No le parecen preciosas, señor XY?
—Sí —le contestó instantáneamente y en voz baja, y XX se dio media vuelta para observarlo.
Pero él no estaba mirando las flores, la estaba contemplando a ella y lo hacía de tal forma que un escalofrío le recorrió las venas. Pero el momento desapareció en seguida, porque el señor XY se acercó a la puerta para abrírsela.
—Hablaré con el señor ALGUIEN por usted. Estoy seguro de que estará encantado de hacerle un
arreglo floral.
XX se preguntaba si podría ser que estuviera tan desesperada por ver algo en la expresión del
señor XY que se lo había imaginado.
—Gracias, pero no quisiera imponerle nada. Es evidente que se ha tomado muchas molestias en
cultivarlas por una razón en particular.
Sin embargo, a la mañana siguiente XX se despertó y se encontró un jarrón lleno de flores rojas
sobre el tocador. |
| | | cotetinha ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4481 Edad : 36 Localización : Cada día mas aquí que allí... Humor : ja! Inscripción : 20/10/2009
| | | | pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
| | | | Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 9 Oct 2013 - 19:07 | |
| - pipa7581 escribió:
- Seducir a Lady X de Julia London?
Muy bien Pipa!!! |
| | | pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Miér 9 Oct 2013 - 19:18 | |
| Vale, ahí va trozo:
XX lo miró a la cara, iluminada por la luz de la luna que se filtraba por la ventana. Leyó su conformidad, su predisposición para, al menos por esa noche, ser lo que ella quería que fuese. Para comportarse tal y como ella quisiese.
Ella así lo quería. Lo necesitaba.
—Me sugeriste que te pusiera a prueba. ¿Lo decías en serio?
Sus respectivas posiciones impedían que XY leyera su expresión. Percibió que estaba intentando hacerlo y que, al verse incapaz, titubeaba antes de contestar.
—Me refería a que deberíamos comportarnos como si estuviéramos casados para que vieras, para que te convencieras, que es posible. Que estar casada conmigo no será el desastre que tú crees.
—¿Seguro que no empezarás a dar órdenes a diestro y siniestro? —Gesticuló con la mano—. ¿Que no te harás con el control?
—Intentaré no hacerlo. —Apretó los dientes—. Estoy dispuesto a amoldarme cuanto me sea posible, a complacerte dentro de unos límites razonables, pero no puedo...
Al ver que no terminaba la frase, lo hizo ella en su lugar.
—¿Cambiar tu forma de ser?
Lo sintió soltar el aire.
—No puedo ser alguien que no soy, de la misma manera que tú no aceptas que te obliguen a ser alguien que no eres. —Sus miradas se entrelazaron—. Lo único que podemos hacer es intentarlo y sacar el máximo partido.
La sinceridad de su voz se deslizó bajo sus defensas y la conmovió. De momento, eso bastaba... Era una invitación más que adecuada para ponerlo a prueba y ver qué pasaba.
—Muy bien. Intentémoslo y veamos adónde nos lleva.
Sus manos, grandes y fuertes, seguían inertes en sus costados, sin exigir nada..., a la espera.
XX sonrió, inclinó la cabeza y lo besó en los labios. Lo incitó y, cuando sintió que tensaba los dedos, se retiró. Lo dejó inmovilizado con una mirada.
Y se dispuso a soltarle la corbata. Le quitó el alfiler de diamantes, lo clavó en el borde del chaleco antes de desatar el nudo y, a la postre, soltó el largo trozo de tela. Lo sostuvo en alto con una mano mientras sopesaba una miríada de posibilidades; después, sonrió.
Cogió la corbata con ambas manos y la convirtió en una venda para los ojos.
Sus miradas se encontraron por encima de la prenda.
—Te toca.
La expresión de su rostro fue un poema, aunque le resultara imposible negarse. Se incorporó sobre los codos con la cabeza inclinada para que pudiera colocarle la venda sobre los ojos.
—Espero que sepas lo que estás haciendo —murmuró.
—Creo que me las apañaré.
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| | | Kasya Expulsada por bocazas ¡la orden era secreta!
Mensajes : 15591 Empleo/Ocios : Super pollo, pero de incognito Humor : Depende del día. Inscripción : 13/11/2012
| | | | cotetinha ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4481 Edad : 36 Localización : Cada día mas aquí que allí... Humor : ja! Inscripción : 20/10/2009
| | | | pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 10 Oct 2013 - 21:56 | |
| Va otro trozo:
XY apartó la mirada hacia el camino y escuchó una voz femenina muy aguda que flotaba desde los jardines situados justo encima. Habían llegado al pinar. Desde allí partía un serpenteante sendero que se internaba entre los pinos. La agarró con más fuerza de la mano y la instó a reanudar la marcha.
Sólo se detuvo cuando estuvieron rodeados por los altos árboles, ocultos por la delicada sombra de sus copas. Totalmente resguardados de cualquier mirada curiosa.
En ese momento, la soltó y se giró para enfrentarla.
Ella lo observó y aguardó con evidente curiosidad.
Pasó por alto la opresión que sentía en el pecho, tomó aire y buscó esa mirada azul cobalto.
—Quiero casarme contigo.
XX parpadeó antes de mirarlo con los ojos desorbitados.
—¿Qué has dicho?
Su voz sonaba un tanto extraña.
XY apretó los dientes.
—Ya me has oído. —Cuando ella continuó mirándolo totalmente perpleja, repitió—: Quiero casarme contigo.
XX parecía no dar crédito.
—¿Cuándo tomaste la decisión? ¿Y por qué? ¡Por el amor de Dios!
XY titubeó un instante mientras intentaba responder.
—CASQUIBANA. Estuvo a punto de irse de la lengua durante el almuerzo. En algún momento, lo hará... Será incapaz de resistirse. Ya había estado considerando la idea de casarme y si espero a que CASQUIBANA hable, lo verás como una salida al escándalo y no quiero que eso suceda.
Con cualquier otra mujer, dejar que CASQUIBANA creara un escándalo y proponerle matrimonio después habría sido una manera más que aceptable de afrontar la situación, pero no con XX. Ella jamás aceptaría una proposición nacida de la imposición social.
—¿Que ya estabas pensando en casarte? ¿Conmigo? —Aún tenía esa expresión estupefacta en el rostro—. ¿Por qué?
La miró con el ceño fruncido.
—A estas alturas creía que era más que evidente.
—Para mí no. ¿De qué, exactamente, estás hablando?
—Estoy seguro de que no se te ha olvidado que has pasado toda la noche en mi cama.
—Tienes toda la razón, no se me ha olvidado. Como tampoco se me ha olvidado que te expliqué, de modo que no te quedara la menor duda al respecto, que mi interés en tales menesteres era puramente académico.
—Eso era antes —replicó él, sin dejar de mirarla—. Esto es ahora. Las cosas han cambiado. —Pasó un instante antes de que le preguntara—: ¿Vas a negarlo?
No podía hacerlo; sin embargo, ese repentino interés por el matrimonio, como si la cuestión siempre hubiera estado allí, implícita, hizo que se sintiera acorralada. Paralizada, sin saber hacia dónde correr, estupefacta, sorprendida, totalmente fuera de sí.
Como no respondió de inmediato, XY prosiguió:
—Aparte de todo eso, tu participación en los... menesteres de la noche no tenía nada de académica.
Se ruborizó y levantó la cabeza. ¿Por qué diantres había elegido esa táctica? Intentó poner en orden sus caóticas ideas.
—Ésa no es razón suficiente para creer que debamos casarnos.
Fue el turno de XY de abrir los ojos de par en par.
—¿¡Qué!? —exclamó con tanta fuerza que dio un respingo. Después, se acercó a ella con paso amenazante—. Viniste a mi cama..., te entregaste a mí y ¿ni siquiera se te había pasado por la cabeza que tuviéramos que casarnos?
Sus rostros estaban apenas a un palmo; la perplejidad de XY era genuina. Sostuvo su mirada sin flaquear.
—No, no lo esperaba. —No había profundizado tanto en sus deliberaciones.
XY no respondió al punto, pero algo cambió en su expresión. Sus ojos se oscurecieron y sus facciones se endurecieron. Un músculo comenzó a palpitarle en la mandíbula.
—No esperabas... Pero ¿qué clase de hombre crees que soy?
Su voz se había convertido en un gruñido..., un gruñido furioso. Se acercó todavía más a ella, que a duras penas contuvo el impulso de retroceder. Con la espalda muy recta, le sostuvo la mirada mientras se preguntaba por qué se había enfurecido tanto de pronto; mientras se preguntaba si estaría fingiendo... Y mientras sentía que su temperamento estaba a punto de estallar.
—Eres un libertino —comenzó, enfatizando la última palabra—. Seduces a las mujeres; es algo inherente al oficio. Si te hubieras casado con cuanta mujer has seducido, tendrías que vivir en Arabia porque tendrías un harén. —Su voz sonaba con más fuerza y había adquirido el mismo tono beligerante que la de XY—. Dado que sigues viviendo aquí, en esta civilizada isla, debo llegar a la correcta conclusión de que no te casas con cuanta mujer seduces. |
| | | yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
| | | | drew Cazadora de élite
Mensajes : 13989 Edad : 33 Localización : Sevilla Humor : depende del dia =p Inscripción : 18/02/2011
| | | | pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 13 Oct 2013 - 20:52 | |
| Vale, ahora mismo no estoy en casa; Vuelvo mañana justo a trabajar, así que hasta mañana a estas horas no podré poner trozo nuevo, porque no tengo el libro a mano, pero os doy pista: Es de una serie de S.L. |
| | | Itzy Persiguiendo un Highlander
Mensajes : 19319 Edad : 31 Localización : Cazando, y no animales eh!!! Empleo/Ocios : Vacaciones.... Por fin! Humor : Se podría ser mas feliz??? Inscripción : 27/02/2012
| | | | pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 15 Oct 2013 - 20:29 | |
| Os pongo otro trozo, concretamente el final, que lleva pista incorporada, a ver si así ayuda...
XX conocía el lema de los APELLIDO: «Tener y retener.» Lo reconoció, así como el escudo de armas de la familia, en varios lugares: cojines, paneles de madera tallada, en una vidriera...
A la postre, subieron la escalinata y llegaron al grandioso salón de la planta superior. Se detuvo frente al ventanal situado justo sobre la puerta principal y se giró para mirar a XY. Él estaba apoyado en el marco de la puerta, observándola.
—¿De quién es esta casa?
Él estudió su expresión antes de contestar.
—Mía.
XX alzó las cejas y aguardó a que se explicara.
Él sonrió.
—Era de la tía abuela X. Como los demás ya estaban casados y tenían hogares propios, me la dejó en su testamento.
XX ladeó la cabeza y lo observó con detenimiento.
—¿Por qué hemos venido?
Se enderezó y echó a andar hacia ella.
—Venía de camino aquí, pero hice un alto en la fiesta. —Se detuvo frente a ella, la tomó de la mano y la hizo girar de modo que pudiera contemplar la magnífica vista de los prados que se extendían hasta llegar a la verja de entrada—. Ya te lo he dicho. Hacía años que no venía. Mis recuerdos... No sabía hasta qué punto eran fiables. Quería confirmar que la mansión era tal cual la recordaba: una casa que clama por una esposa y una familia. —La miró mientras ella lo observaba—. Y mis recuerdos no me engañaban. Es una casa creada para ser el hogar de una familia.
XX sostuvo su mirada.
—Cierto. ¿Y qué tenías planeado hacer una vez que confirmaras tus recuerdos?
Él esbozó una sonrisa fugaz.
—¿Tú qué crees? Pues buscar una esposa... —Se llevó su mano a los labios sin apartar la mirada de sus ojos—. Y formar una familia.
Ella parpadeó.
—Vaya. —Volvió a parpadear antes de apartar la vista en dirección al ventanal.
Sin soltarle la mano, él le preguntó:
—¿Qué pasa?
Hubo un breve silencio antes de que XX contestara.
—¿Recuerdas cuando me encontraste en el mirador mientras hacía el voto de considerar a todos los caballeros adecuados? La razón por la que decidí hacerlo... Bueno, me di cuenta de que quería tener hijos. De que quería tener mi propia familia. Y, para lograrlo, necesitaba un marido. —Sonrió y lo miró a los ojos—. Claro que a lo que me refería en realidad era que estaba buscando a un caballero adecuado que complaciera todos mis deseos y me permitiera llevar las riendas de nuestra vida en común.
—No me cabe la menor duda —replicó él con evidente sarcasmo. Al ver que XX no decía nada más y, en cambio, se limitaba a mirarlo como si lo estuviera viendo por primera vez, le preguntó con voz queda—: ¿Es por eso por lo que vas a casarte conmigo?
Todavía no había dicho que fuera a hacerlo, pero ambos sabían que sería así. Ya lo había decidido, aunque aún no se lo hubiera dicho con palabras. Sus ojos azul cobalto chispearon al percatarse de su treta antes de que su expresión se suavizara nuevamente. Esbozó una sonrisa.
—Lady O es de lo más sorprendente.
XY comprendió que había perdido el hilo de la conversación.
—¿En qué sentido?
—Me dijo que el deseo de tener hijos podía ser una razón muy aceptable para considerar un futuro matrimonio, pero que no era motivo en sí mismo para casarse. Sin embargo, me aseguró que si seguía investigando, que si seguía considerando a los distintos caballeros con el matrimonio en mente, la razón correcta acabaría por presentarse sin más.
Entrelazó los dedos con los de XX.
—¿Y ha sido así?
Ella lo miró a los ojos y esbozó una sonrisa serena.
—Sí. Te quiero y tú me quieres. Lady O, como siempre, tenía razón. No hay ningún otro motivo que sustente un matrimonio.
La estrechó entre sus brazos y sintió que sus cuerpos reaccionaban en cuanto se rozaron. No sólo en el plano sexual, sino también de un modo mucho más profundo, reconfortante e íntimo. Saboreó la sensación, saboreó la cercanía de XX mientras ella le arrojaba los brazos al cuello y sentía entre sus manos la fuerza que animaba ese cuerpo esbelto; mientras veía en sus ojos una inteligencia igual a la suya.
—No va a ser fácil.
—Evidentemente, no. Y me niego a prometer que voy a ser una esposa agradable.
XY sonrió.
—Ya eres bastante agradable. La palabra que buscas es «obediente», o tal vez «apacible»... y jamás has sido ninguna de las dos cosas.
—Tonterías. Lo soy cuando me conviene.
—Ahí está el problema.
—No pienso cambiar.
La miró a los ojos.
—No quiero que lo hagas. Si aceptas que yo tengo tantas posibilidades de cambiar como tú, podemos tomar ese acuerdo como punto de partida.
XX sonrió. El suyo no sería el matrimonio que había deseado. Pero sí sería el que necesitaba.
—A pesar de nuestro pasado, hasta ahora nos hemos llevado bien. Si lo intentamos, ¿crees que podríamos conseguir que esto dure toda la vida?
—Si los dos lo intentamos, lo lograremos. —Hizo una pausa antes de añadir—: Después de todo, hemos encontrado la razón correcta.
—Sin duda —replicó ella antes de tirar de él para besarlo—. Estoy empezando a creer que hay algo de verdad en eso de que el amor puede con todo.
XY se detuvo a escasos centímetros de sus labios.
—¿Hasta con nosotros?
Ella resopló con fastidio.
—Contigo, conmigo..., con los dos. Y ahora bésame.
Sonrió antes de obedecerla.
Había llegado al final de su viaje y había descubierto lo que buscaba. En brazos de XX había descubierto su verdadero objetivo.
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| | | kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Mar 15 Oct 2013 - 20:40 | |
| Se que saga es, pero a saber cual de ellos, voy despacio con estos |
| | | pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
| | | | kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
| | | | cotetinha ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4481 Edad : 36 Localización : Cada día mas aquí que allí... Humor : ja! Inscripción : 20/10/2009
| | | | Itzy Persiguiendo un Highlander
Mensajes : 19319 Edad : 31 Localización : Cazando, y no animales eh!!! Empleo/Ocios : Vacaciones.... Por fin! Humor : Se podría ser mas feliz??? Inscripción : 27/02/2012
| | | | yuno Soy sonámbula: Escribo también dormida
Mensajes : 4589 Edad : 46 Localización : figueres Humor : por las mañanas fatal Inscripción : 31/05/2009
| | | | kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 21 Oct 2013 - 9:25 | |
| Bueno, ya que los tengo casi todos, les echare una ojeada a ver si lo encuentro 10:22:42 y por fin La Amante Perfecta de Stephanie Laurens esto me pasa por tener asi los libros, encontre tres lemas Tener y retener, Tener y conservar, Tener y preservar , la... |
| | | pipa7581 Baño relajante en las termas
Mensajes : 6147 Edad : 42 Localización : Los mundos de pipa Empleo/Ocios : lectora compulsiva Humor : A días Inscripción : 17/03/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 21 Oct 2013 - 20:29 | |
| Sí Kadesh:campeón: ; Ha costado un poco pero lo has logrado: Te toca guapa |
| | | kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 21 Oct 2013 - 23:38 | |
| El muy canalla. ¿Qué derecho tenía de erigirse en su maestro? ¿Qué derecho tenía de hacerla ilusionar para luego destruir sus ilusiones? No obstante, ella no se atrevía a provocarlo, diciéndole qué opinaba de su «lección».
Comenzó a llorar amargamente. En silencio; sólo de tanto en tanto lanzaba un suspiro. Pero fue suficiente. El la oyó.
No estaba durmiendo. Sus propias preocupaciones lo mantenían despierto. No sentía remordimientos por lo que había hecho. Sus intenciones habían sido buenas, si bien la ejecución había sido un tanto drástica. Era mejor que la joven sufriera un susto y no que terminara enterrada en una tumba anónima en medio de la llanura más adelante. Hablar con ella hubiera sido inútil; ella no le hubiera hecho caso.
El problema era que no esperaba que el sufrimiento de Ella pudiera afectarlo tanto. Era casi como aquella vez, en que la vida de ella había estado en sus manos. Dentro de él surgió un instinto protector y sólo deseaba consolarla. El llanto' de ella lo perturbó profundamente. No podía soportarlo.
Su primer impulso fue el de alejarse hasta que ella se calmara, pero sabía que ella creería que la estaba abandonando y no deseaba atemorizarla nuevamente. ¡Maldición! Nunca se había alterado ante los llantos femeninos. ¿Qué tenía este llanto que lo hacía diferente?
El se puso en pie silenciosamente y fue hacia ella. Se sentó junto a Ella y la rodeó con sus brazos, acercándola hacia él, de manera que la espalda de ella quedó apoyada contra el torso de él. Ella contuvo el aliento.
-Tranquilízate, gatita. No te haré daño.
Ella estaba rígida como una tabla. No confiaba en él.
Sólo voy a abrazarte; nada más dijo El con tono tranquilizador. Deja ya de llorar.
Ella se volvió apenas, para poder verlo. El se emocionó al ver su rostro húmedo. Sus ojos parecían dos grandes heridas.
Lo has arruinado todo dijo ella, lastimeramente.
Lo sé dijo él.
Cualquier cosa con tal de calmarla.
-Ya no hallaré a mi padre.
Sí, lo hallarás. Pero deberás buscar otra manera de hacerlo.
¿Cómo? Me hiciste gastar tanto dinero en víveres que ya no podré llegar a Waco. Compré ropa que jamás usaré, un caballo tan viejo que el señor Sieber no querrá volver a comprarlo y un revólver inútil, más costoso aun que el caballo.
Un revólver nunca es inútil dijo El pacientemente. Si lo hubieras usado hoy, me hubieras podido detener antes de que me acercara a ti.
No sabía que pensabas atacarme replicó, indignada.
No, supongo que no dijo él, razonablemente. Pero debiste suponerlo. Aquí debes estar preparada para todo.
Ahora lo estoy.
Le apuntó con el arma que tenía oculta debajo de su manta. La expresión de él no varió.
Muy bien, señorita. Estás aprendiendo. Pero deberás mejorar tu sentido de la oportunidad. Deslizó su mano debajo de la manta para quitarle el revólver. La próxima vez, asegúrate de estar frente a tu objetivo, especialmente si te hallas tan cerca de él.
¿Qué diferencia hay? Suspiró con gesto desdichado. De todos modos, no hubiera podido disparar contra ti. Si te provocan, puedes disparar a cualquiera. Ahora, deja de llorar, ¿quieres? Te devolveré tu dinero.
Muchas gracias respondió ella, tensa. Pero no será una gran ayuda. No puedo llegar a Texas sin compañía. Me has demostrado que no puedo confiar en nadie. ¿Qué hago, entonces?
No deberías ir en busca de tu padre. Él debería tratar de hallarte. Escríbele.
¿Sabes cuánto tardaría una carta en llegar a Waco? Puedo llegar yo antes.
_Podría llevarla yo.
¿Vas a Waco?
No pensaba ir tan lejos, pero podría hacerlo.
No lo harás dijo ella, fastidiada. Cuando te marches, ya no te preocuparás del asunto.
Dije que lo haría, y si lo dije, lo haré.
¿Y si mi padre no está allí repuso ella. ¿Cómo he de saberlo?
Ella rogó con su mirada, pero él no dio señales de haber comprendido.
_Alguna vez quizá vuelva por aquí.
¿Alguna vez? ¿Debo aguardar a que eso suceda alguna vez?
¿Qué demonios deseas de mí? Tengo otras cosas que hacer además de tus diligencias.
Deseo que me lleves a Waco. Dijiste que lo harías.
Nunca dije que lo haría. Te dije que compraras provisiones. Tú entendiste lo que deseabas.
No había elevado la voz, pero ella supo que había perdido la paciencia. Aun así, insistió.
No veo por qué no puedes llevarme. Vas a Texas de todos modos.
No has aprendido nada, ¿verdad?
El tono de su voz era frío.
Sí dijo ella nerviosamente.
Si así fuera, no estarías dispuesta a viajar conmigo.
Ella miró a lo lejos, incómoda. Naturalmente, él tenía razón. Ni siquiera debería dirigirle la palabra.
Sé por qué actuaste así dijo ella en voz muy baja. No puedo decir que me agradó, pero no creo que hayas deseado hacerme daño.
No lo sabes en absoluto dictaminó él categóricamente.
La abrazó con fuerza y ella se puso tensa.
Sin aliento, dijo:
Realmente... ¿hubieras ... ?
Escúchame interrumpió El. No sabes de qué soy capaz. No intentes adivinarlo,
¿Estás tratando de asustarme nuevamente?
Él se incorporó.
Mira dijo secamente, sólo deseaba que dejaras de llorar. Ya no lloras. Tratemos de dormir.
¿Por qué? dijo ella, ofendida. Mis problemas no te conciernen. Olvida mi petición de ayuda. Olvídalo todo.
EL se puso en pie. La impertinencia de la joven no lo afectaba. Era una mujer, y supuso que si se quejaba se sentiría mejor. Pero las palabras que pronunció luego lo dejaron perplejo.
Tengo una alternativa: Reed Taylor me llevará a Waco. Naturalmente, eso quiere decir que deberé casarme con él. ¿Qué otro camino me queda? Estoy habituada a que las cosas no resulten como lo deseo. Además, ¿cuál es la diferencia?
Se había vuelto de espaldas a él y hablaba consigo misma, no con él. No supo si ignorarla o hacerla entrar en razón a golpes.
¿Señorita?
¿Qué? dijo ella, cortante.
El sonrió. Quizás era valiente, después de todo.
Debiste decirme que estabas dispuesta a usar tu cuerpo para llegar a Waco.
¿Qué? Se volvió tan rápidamente que la manta que la cubría cayó hacia un lado. jamás permitiría...
¿Acaso no dijiste que te casarías con ese individuo?
Eso nada tiene que ver con... lo que has dicho replicó ella.
¿No? ¿Piensas que puedes casarte con un hombre sin compartir su lecho?
Ella se ruborizó. No lo había pensado; sólo había hablado para sentirse mejor.
No es asunto tuyo lo que yo haga cuando me lleves de regreso a Rockley dijo, a la defensiva.
Él se acercó a ella.
Si estas vendiendo tu virginidad, tal vez esté interesado.
Ella no supo qué responder. ¿Él actuaba así para escandalizarla?
Hablé de boda replicó Ella con voz temblorosa. ¿Tú también?
No. |
| | | cotetinha ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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| | | | Itzy Persiguiendo un Highlander
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