Chloe Marin podía considerarse una mujer afortunada. Solo era una adolescente cuando la mansión de la playa en la que se encontraba con unos amigos quedó reducida a un baño de sangre. Según las autoridades, los asesinos fueron hallados muertos más tarde en el manglar, pero Chloe no terminaba de estar convencida de ello.

Diez años después, siendo ya una psicóloga a la que la policía consultaba con regularidad, se vio envuelta en el caso de la desaparición de una joven modelo. Todo el mundo daba por sentado que se había escapado con alguien para disfrutar de la vida, todos menos Chloe, que había empezado a recibir la visita del fantasma de la joven.

Alguien más se estaba interesando por la suerte de la modelo: Luke Cane, un investigador privado que estaba indagando en la desaparición por cuenta del padre de la chica. Chloe y Luke no confiaban demasiado el uno en el otro, aunque sí eran conscientes de que había una innegable atracción entre ellos.

Pero una segunda masacre empezó a convencer a Chloe de que su presencia ya no podía ser una mera coincidencia...

Es una historia de suspense romántico con un toque sobrenatural, que combina una historia de amor y dos casos criminales. Todo ello en un entorno un poco irreal que me ha hecho algo difícil creerme la trama de los asesinatos y poder entrar en la novela. Me ha gustado más la historia de amor que la de suspense, que podía haberse aprovechado más, pero al ser una novela más bien corta no se exploran ninguna de las dos tramas como podía haberse conseguido con una novela más extensa. Sin embargo, el ritmo es bueno y cuando la relación de los protagonistas y el suspense llegan a su punto álgido es cuando la novela se pone más interesante.

No es la mejor historia de suspense de Heather Graham, he leído otras que me han gustado bastante más, pero es una autora cuyo estilo me gusta bastante. Me gustan sus tramas y sus personajes, los ambientes que crea y su forma de narrar. También es habitual que introduzca algunos elementos paranormales junto al suspense.

La trama de suspense se inicia con un prólogo interesante, pero que va perdiendo fuerza a medida que pasan los capítulos. Está menos desarrollada de lo que hubiera preferido y algunos detalles se tratan de forma superficial. Tampoco puedo decir que el descubrimiento del villano me haya sorprendido, me lo esperaba casi desde las primeras páginas. A pesar de que la historia de los asesinatos no me haya parecido muy verosímil, porque creo que hay demasiada investigación para su extensión, sí es entretenida.

Chloe —psicóloga, artista y modelo ocasional— ayuda a la policía a investigar una desaparición, valiéndose de esa tercera faceta suya para infiltrarse sin levantar sospechas. Me gustan su fuerza y su carácter valiente, la forma de afrontar la masacre y las secuelas, aunque en alguna ocasión sea demasiado impulsiva y temeraria. Más aún cuando ella no cree que el caso de la masacre, sucedido diez años atrás, haya quedado resuelto. Es gracias a ella que hay un elemento sobrenatural, por su capacidad de ver fantasmas que le piden ayuda. Eso es algo importante pero no esencial en la historia, y le da un toque mágico sin que resulte pesado.

Luke es un investigador privado que dejó su Inglaterra natal por un motivo que le ha dejado marcado durante años, haciéndole huir de sí mismo y del pasado hasta llegar a Florida. Ese suceso de su pasado es importante en su personalidad y en su reticencia al compromiso, pero por la extensión de la novela no hay tiempo para profundizar demasiado en ello. Y habría podido dar más juego en la relación de los protagonistas. A pesar de eso, Luke es un personaje que me ha gustado; conserva ciertos toques británicos que le dan un aire encantador, pero sin perder su instinto de sabueso y su fiereza de investigador.

Me gusta la pareja que forman Chloe y Luke, lástima que la relación no esté más desarrollada. De hecho, me han gustado más los protagonistas que la propia novela. La historia de amor tarda un poco en despegar, pero es bonita, a pesar de estar tratada de forma un poco superficial. Tanto Chloe como Luke tienen problemas para comprometerse por sus respectivas experiencias pasadas, pero entre ellos hay una conexión y una atracción desde el principio. Hay detalles muy bonitos como el del amuleto y el del cachorro, que por la forma de ser de los dos delatan una intimidad y unos sentimientos. La historia de amor me ha parecido muy tierna.

No puedo comentar nada sobre los personajes secundarios para no dar ninguna pista sobre sospechosos potenciales. Pero es interesante comentar que aparecen el matrimonio formado por Nikki y Brent, los protagonistas de "Fuera de la realidad", la segunda novela de la serie "Investigaciones Harrison", para ayudar a Chloe y Luke.

La historia en general es entretenida, está menos desarrollada de lo que me habría gustado, pero los protagonistas me han encantado. En una novela para pasar una tarde amena, que no aburre y entretiene, con una historia de amor y un misterio pasado mezclado con otro presente. Pero poco más, le ha faltado algo al desarrollo de la novela para terminar de enganchar.