Primavera de 1881.

Elena Robles, huérfana desde niña, regresa después de varios años de ausencia a La Dorada, el cortijo de la serranía de Ronda donde vivió su infancia, convertida en una rica heredera.

En la fiesta del Gobernador, conoce a Diego de Casanueva, rico terrateniente y mujeriego empedernido, que queda hechizado por su carácter apasionado y sensual belleza, y que intentará conquistarla cueste lo que cueste.

Días después, un inesperado encontronazo con el Marqués, misterioso bandolero del que nadie conoce su verdadera identidad, hará que surja en ella una pasión irreprimible y desconcertante. Dividida entre su atracción por el bandido y su encendido deseo por Diego de Casanueva, Elena pronto se dará cuenta de que nadie es en realidad lo que parece.

Además descubre que, tras su vuelta, se oculta un oscuro plan forjado con la única intención de despojarla del legado de su padre. Una trama que pone en peligro su propia vida, y a la que tendrá que hacer frente con la ayuda del único hombre que la amará de forma incondicional.

En esta novela tenemos la presencia de una heredera, un mujeriego ocioso y un hombre enmascarado que forman un pequeño triángulo amoroso. Y con esos personajes no he podido evitar acordarme en algunos momentos de "El Zorro" -la telenovela-. La historia empieza bien, y la ambientación en la Málaga de 1881 le da un toque diferente que resulta interesante, pero después la narración tiene varios altibajos. Durante la primera mitad de la novela he disfrutado de la historia, pero después de los días de reposo en El Capricho es cuando me ha parecido que empiezan a enredarse demasiado las cosas.

Uno de los problemas que he encontrado son los personajes. A veces su actitud es algo desconcertante porque parece que piensan una cosa y después actúan de manera opuesta. En concreto hay una escena entre el Marqués "de paisano" y el párroco, uno de sus pocos cómplices, que es incoherente cuando don Fabián se dirige al Marqués por su apodo. Pero en ese momento él no va disfrazado y están solos, es una circunstancia a lo que no le he encontrado sentido más allá de intentar engañar al lector. La escena me ha parecido demasiado rebuscada.

Elena es una de las herederas más importantes de Málaga, que ha esperado durante nueve años que se le permita volver a su hacienda, El Cortijo. Es una joven temperamental, un poco insensata y valiente, demasiado apasionada para la vida que le han planificado. Es víctima de una serie de complots sin saber en quién puede confiar, aunque ha habido momentos en que no he entendido su actitud, a veces se volvía demasiado temeraria. Y en los momentos clave no ha sabido sacar ese carácter que mostraba al principio.

Y Elena se debate entre el deseo hacia dos hombres...

Diego es un libertino que siempre ha huido del matrimonio pero que nada más verla empieza a considerar la opción. Como personaje me ha gustado porque es más de lo que muestra en un principio, es un hombre justo y leal. Pero su actitud también me ha desconcertado, porque a veces actúa de una forma que no acaba de encajar con su personalidad. Pasa de libertino a hombre enamorado en un momento, y hay una escena en la que me ha defraudado su comportamiento. Cuando, después de pedir perdón por un error que demuestra arrogancia y ser rechazado por Elena, considera que se ha humillado y que ahora será el turno de ella mover ficha porque él ya ha hecho su esfuerzo. No esperaba que actuara así, ni su actitud casi despreocupada después.

Por otro lado, está el Marqués, un bandolero al que nadie sabe si considerar un héroe o un villano. Su primera intervención me ha gustado por su demostración de valentía e ingenio, pero después su presencia es más bien escasa. O al menos pensaba que intervendría más. Tampoco he acabado de entenderle a él, su grado de lealtad me parece exagerado.

He tenido la impresión de que la historia de amor se basa más bien en la lujuria, no he percibido ese sentimiento de enamoramiento entre los protagonistas, sólo de un deseo recíproco. Por eso creo que a la relación le falta algo, porque al final me ha acabado pareciendo algo fría, las escenas de cama me han transmitido menos química y pasión que cuando conversan o discuten. Quizás sea por la falta de confianza entre ellos que, unida a lo repentino del enamoramiento, pero no me he podido creer ese amor.

Hay varios personajes importantes pero unos cuantos están desaprovechados. El que más me gusta es el padre Fabián, más complejo de lo que parece. A partir de ahí la mayoría me han parecido poco profundos. No sé qué ocurre con Pablo, en el prólogo parecía que sería un personaje importante pero apenas aparece, me hubiera gustado ver la relación que tiene con Elena porque prometía. Catalina no me gustaba al principio pero es que cada vez me ha ido gustando menos, su historia es trascendente para la trama pero a mí no me ha interesado en absoluto. Rosalía me ha decepcionado tanto como Pablo; como él, parecía que iba a tener más peso y su comportamiento no siempre me ha gustado.

Después de un prólogo interesante y una primera mitad amena, durante la segunda parte empieza a decaer la historia para mejorar al final. Los secretos ocultos no han sido un gran misterio y la trama la he encontrado predecible, pero el final tiene cierta emoción. Aunque los personajes tienen sus defectos, el estilo narrativo de la autora me ha gustado. Algunos capítulos se hacen algo lentos, pero a pesar de todo ha resultado una lectura amena, aun cuando se le podía haber sacado más partido después de su buen inicio.