Escocia, 1766.

Angus McTern, jefe de su clan, es respetado por los hombres y adorado por las mujeres. Hasta que aparece Edilean Talbot. Edilean, nacida en la opulencia, representa todo lo que Angus desprecia. Sin embargo, no puede evitar enamorarse de la joven.

Cuando ella se enfrenta con él, Angus se siente muy dolido y humillado ante su clan. Pero llega la herencia que le legó su padre. Angus dejará a un lado su orgullo y ayudará a la heredera, lo que significará vivir un sinfín de peripecias que llevarán a ambos a América.

Segundo libro de la serie "Edilean".

Es un detalle original que esta serie empiece con una historia contemporánea y continúe con otra ambientada varias generaciones atrás. Pero me ha parecido que tiene sentido, porque así se da a conocer la historia de la fundación del ese lugar llamado Edilean pero, sobre todo, porque conocemos a los antepasados de la población actual. En la primera novela de la serie se contaba parte de la leyenda de esa fundación, la historia de cómo un escocés la construyó, presidida por una mansión, y la bautizó con el nombre de su amada: Edilean. Pero aquí se presenta la historia completa.

Y más que ante una historia de amor, estamos ante una aventura entre la vieja Escocia y el Nuevo Mundo, una historia amena con un argumento que no me llamaba nada la atención, pero que ha resultado ser más de lo que esperaba. Una cadena de despropósitos y circunstancias varias arrastran a los protagonistas hacia un destino inesperado, con algunas escenas surrealistas e improbables pero, aceptando barco como animal acuático, me he dejado llevar igual que ellos.

La novela empieza de una forma divertida, se presenta a los dos protagonistas por separado, explicando cómo han llegado hasta el momento actual. Y se narra su primer encontronazo  —que no encuentro— desde los dos puntos de vista, algo que le da un tono bastante cómico.

Sí, la historia empieza muy bien, con un ritmo trepidante, pero a medida que avanza se estanca un poco. Bajo mi punto de vista, la parte que transcurre en Escocia es la mejor, decae un poco antes de llegar a la segunda parte, cuando llegan a destino. A partir de entonces tiene ciertos altibajos, básicamente por algunas decisiones de los protagonistas y su absurda terquedad.

La vida de Edilean no ha sido tan cómoda como la gente imagina, pero tampoco es tan desastrosa como ella piensa; es un término medio. Sin embargo, se encuentra en una situación desesperada y está dispuesta a arriesgarse por conseguir la libertad. Es un poco caprichosa, pero ella no se da cuenta, y de la manera en la que se presenta su personaje es fácil sentir cierta  simpatía por ella, la verdad es que se le coge cariño. Aunque sí que me ha recordado a Carrie Montgomery, la protagonista de la novela "Eternity", de la misma autora, por su carácter y algunas circunstancias concretas.

Angus es el típico highlander grande y fuerte, está destinado a ser el laird que debe cuidar del clan. Esa es la idea que se le ha inculcado desde niño, pero un cúmulo de circunstancias desafortunadas harán que su destino cambie desde el momento en que ve por primera vez a Edilean. Es un hombre al que todo el mundo ha respetado siempre y que mantiene un férreo control sobre todo, pero con ella las cosas se le escapan de las manos, ya sea por él o por causas externas. Tiene un sentido del humor peculiar y un buen corazón, algo que no aparenta por su aspecto severo, pero hace de todo por ayudar a una mujer que dice odiarle y por la que queda encandilado.

Ambos protagonistas tienen su gracia, no lo niego, pero ninguno se libra de un comportamiento y unas decisiones incomprensibles. Son una pareja un poco extraña.

Desde luego, su historia de amor no podía empezar de una forma más desastrosamente cómica, pero así es por culpa de un malentendido. Y no será el único. Aunque se sienten atraídos desde el principio, no quieren saber nada el uno del otro, pero las circunstancias les obligan a permanecer juntos y ayudarse. Y así van naciendo sentimientos más o menos profundos.

Un grupo de diversos personajes acaban de definir la historia, personas con apellidos ya conocidos. Gracias a ellos he captado algunos guiños al libro anterior, como el hecho de que a Luke se le den bien las plantas y el de que su abuelo sea médico. En realidad no son razones en absoluto lógicas, pero me ha hecho gracia ir atando cabos, es uno de los encantos de este libro. Que la población haya resistido tantas generaciones y se hayan mantenido los apellidos me ha gustado, al igual que descubrir los antepasados de algunos personajes de la actual Edilean. Incluso puedo decir que algunos de los primeros habitantes son tan exasperantes e irritantes como sus descendientes.

El final de la novela también es el inicio de Edilean.

No es una gran historia de amor pero sí una historia de aventuras entretenida. Para mí, su principal encanto es descubrir la verdad sobre la legendaria fundación de Edilean y las conexiones entre los personajes de este libro con el anterior. Pero también es un libro divertido y ameno, con el que no he tenido tiempo de aburrirme. También es surrealista, sí, pero... ¿qué leyenda no lo es?