Apodado el Santo por su negativa a hablar de mujeres, así como por su frío y firme liderazgo, el orgulloso Magnus MacKay oculta una dolorosa verdad. No son la virtud ni la piedad las causas de su silencio, sino una herida de amor tan profunda que es incapaz de hablar de ella.

Helen, una indómita e inocente belleza, eligió a su familia antes que su propio corazón y negó con todas su fuerzas su amor por Magnus. Ahora se ha prometido con un amigo y compañero del impasible highlander, y la ira que ve en los ojos de su antiguo amor iguala el tormentoso arrepentimiento que alberga su corazón.

Cuando llegue a sus oídos que una letal conspiración acecha al rey y a su Guardia, Helen no dudará en tratar de enmendar los errores de su juventud.

Quinto libro de la serie «La Guardia de los Highlanders».

Lo confieso: no me gustan las novelas de highlanders. Me aburren sus argumentos, me cansan sus protagonistas y es todo tan típico que, leída una, leídas todas. Siempre es lo mismo. Ya está, ya lo he dicho.

Y, sin embargo...

Sin embargo, me ha encantado este libro.

Después de leer el prólogo ya estaba muy enganchada. De hecho, me había enganchado mucho antes, cuando leí el libro anterior, «Víbora», donde hay una escena que anticipa la trama principal de esta novela.

La historia parece el típico argumento sobre un triángulo amoroso, la chica que va a casarse con el mejor amigo de su amado o la pareja separada por el orgullo y el deber. Una trama que podría atribuirse a una novela sobre cualquier época, pero este inicio da lugar a una trama con sorpresas, pues suceden cosas que no imaginaba. O al menos no tan pronto. Si era la única solución posible no lo sé, puede ser que en este contexto sea así. Pero esos giros me iban atrapando más.

Y también tiene una dosis de intriga que le da misterio a la trama, le da dinamismo y acción. Eso, acompañado de unos leves toques cómicos, hacen de esta novela una historia de escoceses digna de recordar.

Mención aparte se merece la documentación histórica, impresionante. Es habitual que esta autora aproveche personajes y hechos históricos concretos para crear sus tramas, pero siempre me sorprende con qué minuciosidad lo hace. La ambientación de la historia es magnífica, transmite esa sensación de lucha permanente, sin descanso, y la actitud frente a la batalla del guerrero. Es una ambientación más oscura que en otras novelas de escoceses, pero precisamente por ello más realista y menos edulcorada.

Helen me ha gustado mucho, no como me suele pasar con esas valientes pero descerebradas damas escocesas que no encajan en la trama. Es una protagonista encantadora, con un talento que le gustaría profundizar, y más fuerte de lo que los demás creen, que conoce sus errores pero que no cree ser la única responsable de ellos. Y yo estoy de acuerdo, me ha resultado muy fácil sentir empatía y simpatía hacia ella. Su actitud frente a Magnus en otro momento me podría haber parecido demasiado directa, pero en esta historia encaja a la perfección. De hecho, su carácter me gusta, siempre se ha sentido fuera de lugar con las demás mujeres y las obligaciones que le da su posición social, quiere pasión y vivir una vida distinta. Y eso es un tópico en las heroínas románticas, y la mayoría de veces creo que es tan típico, una idea tan contemporánea, que desentona. Pero aquí no. Como he dicho, el carácter de Helen está bien definido y ha hecho que me crea su historia y sus sueños.

Magnus es el típico guerrero valiente, leal y orgulloso; pero tiene una debilidad: Helen. Si bien es cierto que conserva las principales características del highlander, también lo es que eso no le impide reconocerse a sí mismo que ama a Helen y admitir sus sentimientos. Y eso me ha gustado, a mí esos guerreros neandertales de acero que no tienen sentimientos humanos me causan cierta aversión. A diferencia de la gran mayoría de highlanders, Magnus me ha encantado, aun con su terquedad y orgullo, y su obstinación por culpar a Helen de cosas en las que él también tiene parte de responsabilidad. Pero la manera en la que muestra y demuestra sus sentimientos, sus remordimientos por los errores, me han conmovido. En el fondo sigue siendo aquel chico enamorado de tres años atrás, con gestos hacia Helen que son de lo más románticos viniendo de él.

La historia de amor es preciosa, son una pareja ideal y con mucha química. Sólo hay que leer las escenas de amor que protagonizan para sentirlo, casi palparlo, pero en cada escena que comparten la tensión sexual está presente. Tanto en las escenas de amor como en las discusiones. Y la historia es muy romántica, los recuerdos de cómo se conocieron y de cómo se enamoraron son muy dulces. Desde luego, siempre se han amado. Pero no es un romance fácil, hay obstáculos en el camino que parecen insalvables, sobre todo los que ellos mismos colocan: el orgullo y el deber. Y los secretos que hay entre ellos, que conllevan peligro, los unen y separan al mismo tiempo. Es una historia de amor intensa, apasionada y llena de acción y misterio que he disfrutado en cada capítulo.

Pero en esta novela hay otra historia de amor, un romance secundario también precioso. En pocos capítulos nos narra una historia de amor llena de ternura, pero muy dura por lo que ha sufrido una de las partes, y lo que siguen sufriendo los dos por culpa del deber.

No falta la aparición de personajes ya conocidos, pero destaco la importancia de Kenneth, el hermano de Helen y enemigo de Magnus; y el personaje de William Gordon, el prometido de ella y mejor amigo de él. Ambos personajes muy importantes en la trama, decisivos más bien, cada uno a su manera.

Si hay algo que hubiera cambiado es el descubrimiento del villano y la lucha con él, que me ha parecido que sucedía sin mucho impacto, como sin darle mucha importancia. Pero no puedo ponerle más defectos, si es que esto cuenta como tal. El final me ha parecido perfecto, muy en sintonía con el carácter de los dos protagonistas, y muy dulce pero también con cierto sentido del humor.

Me ha gustado mucho esta novela. El conjunto de historia, trama, ambientación y personajes hace que sea un libro precioso, con unos protagonistas que no se olvidan nada más acabar la lectura.

Cierto, no me van los highlanders. Pero cierto también que los de Monica McCarty, sí.