Cuando Jack Mercy muere, deja atrás un buen número de enemigos y un rancho en Montana valorado en veinte millones de dólares. Sus tres hijas, nacidas de diferentes matrimonios y las tres desconocidas entre sí, heredan la propiedad... y los problemas.

La joven Willa, que vivía en el rancho con su padre, esperaba hacerse cargo de todo debido a su conocimiento del tema, pero el testamento le impone la supervisión de un ranchero vecino, tan arrogante como atractivo. Tess, una guionista de éxito en Hollywood, no sabe nada acerca de la gestión de una propiedad rural. Y Lily sólo intenta escapar de un matrimonio brutal que la acosa. Pero las tres hermanas tendrán que congeniar a la fuerza si quieren evitar no sólo la ruina del rancho sino también la de sus propias vidas...

Tres historias de amor rodeadas de una trama de suspense en una misma novela. El planteamiento me parece muy bueno, pero creo que la historia de suspense es un poco forzada y queda algo relegada la mayor parte del libro. En cuanto a los romances, se da más protagonismo a la pareja que menos me gusta, y las dos más interesantes quedan en segundo plano. De no ser por esos dos detalles, la novela me habría gustado más, pues es una novela muy entretenida, pero no es mi favorita.

De hecho, la primera vez que la leí casi me decepcionó, me ha gustado más cuando la he vuelto a leer después.

No sabría decir si la intención de Jack Mercy es reírse de sus hijas o redimirse ante ellas de una forma retorcida, probablemente sea declarar que él tiene la última palabra. Pero, gracias a esa decisión, se da inicio a la trama, de una forma muy hábil se presentan los personajes, y es inevitable tener unos personajes o parejas favoritos. Yo lo tengo muy claro: me quedo con Tess y Nate sin dudarlo.

Como decía antes, la historia de suspense queda un poco relegada, en un segundo plano, por detrás de las tres historias de amor. Es algo que está siempre presente, pero no toma la importancia que me hubiera gustado hasta bien avanzada la historia, en ese aspecto me esperaba algo más de acción. A pesar de todo, el equilibrio entre amor y suspense es bueno.

En cuanto a las tres parejas, todas tienen un tipo de relación diferente y eso es lo mejor de la historia, cada pareja aporta un amor distinto a la novela.

Willa y Ben son la pareja principal. Probablemente sean la pareja más fuerte, la más necesaria para que la trama avance, pero no me gustan ellos y no me gustan como pareja. No me ha interesado su historia, por eso creo que tienen demasiada presencia. Son la pareja enemistada, dos personas que se conocen desde siempre, que se desprecian y que se atraen, pero ahora, por una última jugada de Jack Mercy, deben pasar tiempo juntos. Son los que más tardan en reconocer que sienten algo, pero una vez que lo hacen, su relación evoluciona rápido. Tienen el tipo de relación que me gusta, pero lo que no me convence es una de las dos partes.

Si hay una protagonista capaz de casi estropearme una buena novela, esa es Willa. Es insoportable y me ha caído mal desde su primera aparición, me parece de lo más egoísta con su actitud, dice ser la única que quería a su padre pero sólo veo actos por interés, al menos los demás dicen lo que piensan. Y las hermanas de Willa tienen los mismos derechos que ella. Por eso no me gusta que todo el mundo la tenga en tan alta consideración a ella, y que desprecien a Tess cuando tiene los mismos derechos. Al final mejora su comportamiento, y más o menos la he tolerado, pero no me gusta que tenga que tomar el protagonismo incluso cuando le toca el turno a sus hermanas.

Ben sí me gusta, en el fondo, es un hombre sensible pero siempre muestra su lado más rudo. Ni mucho menos es mi protagonista favorito de Nora Roberts, pero al lado de otra mujer habría destacado más, ya que cada vez que Willa aparece, la escena se me hacía pesada. Ben es el típico vaquero de Montana, familiar, sociable, y me gusta que moleste a Willa con su presencia, es el único que sabe cómo tratarla, sabe cuándo ser tierno y cuándo ser rudo. Consigue equilibrar un poco la balanza, y me gusta cuando aparece con su familia y la relación que tiene con ellos.

La historia de Tess y Nate es la más pasional, y la que más me ha gustado, me encanta la pareja que forman. Su relación comienza siendo una pura diversión, algo pasajero mientras Tess se ve obligada a permanecer en el rancho. Pero los dos se van enamorando y, mientras a Nate no le cuesta reconocer sus sentimientos, a Tess sí, y ella no busca compromisos. El problema es que tienen pocas escenas para mi gusto, porque todas en las que aparecen juntos me gustan mucho, aportan un toque divertido, y se merecían algunas más.

Tess es la hermana mayor, es un poco engreída con su estilo californiano pero es simple apariencia, porque intenta entender a Lily y a Willa y ver la situación con perspectiva. Por mucho que al principio la consideren superficial y egoísta, es la que intenta ponerse en el lugar de las demás. La que siente más empatía y lo demuestra con los sentimientos que le inspira Lily, haciendo el papel de hermana mayor a pesar de no querer sentir nada por ellas. No quiere comprometerse con el rancho y con su gente, pero tampoco puede evitar hacerlo, me gusta su decisión y cómo se va adaptando al rancho.

Nate es el abogado de la familia Mercy, además de vecino, pues tiene su propio rancho de caballos. Y no está nada contento con el papel que juega por culpa de Jack Mercy, no le gusta el trato que recibe Willa. Por eso me gusta que se enamore de Tess, porque él toma partido por la egocéntrica Willa y su opinión de Tess va cambiando hasta caer rendido a sus pies. Nate es un amor, también es el personaje que más me gusta de los tres hombres de esta novela, tan sexy, inteligente y con ese sentido del humor. También sabe cómo tratar a Tess para que reaccione a las circunstancias y deje atrás su frialdad, para que acepte sus sentimientos. Nate me ha encantado, es perfecto para Tess.

Lily y Adam son la pareja tierna, desde el principio transmiten una dulzura muy serena. Su relación empieza al principio de la novela, pero por los miedos de Lily, Adam debe tomárselo con paciencia y lentitud. Ellos son los que se lo toman de una forma más serena, saben lo que sienten y están satisfechos con ello.

Lily es la hermana más dulce, la más tímida, la única conforme con una situación que le da la oportunidad de poderse esconder durante un tiempo de su ex marido. Al principio se muestra sumisa y con poca personalidad, pero después de un tiempo con sus hermanas y con Adam, se atreve a mostrarse más segura de sí misma y a enfrentarse al peligro que los acecha.

Adam, el hermanastro de Willa, es un hombre serio, tranquilo y con la serenidad que le aporta su sangre india. Ve en Lily a una mujer herida, y a él le gusta cuidar de los seres lastimados. Es también el apoyo de Willa y el que intenta hacerle entender que Tess y Lily son sus hermanas, el que le aporta el equilibrio. Desde luego, me ha gustado mucho más su carácter que el de Willa, y me gusta la relación que tiene con los demás personajes, pues todos le respetan.

Aparte de las tres parejas hay algunos secundarios que ayudan a conocer a los protagonistas. Me ha gustado el encuentro entre la madre de Tess y la de Lily, la de Tess es un personaje bastante curioso.

El final es bonito para las tres parejas, pero demasiado breve. Creo que falta una escena en la que aparezcan los seis personajes juntos, falta un epílogo. También me ha gustado la relación que acaban teniendo las tres hermanas. En cuanto al desenlace de la trama de suspense quizás me esperaba un poco más de acción final, más presencia del resto de personajes.

Sé lo bien considerada que está esta novela pero, a pesar de ser una fiel noradicta, me ha decepcionado un poco este libro. La pareja protagonista no me convence, no les veo ninguna química y Willa no me gusta. Lo que lo compensa son las parejas formadas por Tess y Nate, y por Lily y Adam, lástima que no tengan más presencia en la novela; y la excelente narración de Nora Roberts. La novela me ha gustado, pero ha sido una historia más floja de lo que esperaba, entretenida. Me esperaba más, quizás demasiado, puede que por eso me haya gustado más con la segunda lectura.