Nada podría quedar más alejado de Hollywood que este pueblecito en el valle de Shenandoah, y eso es exactamente lo que ha estado buscando Cilla McGowan para congraciarse con el pasado y romper el maleficio que parece pesar sobre las mujeres de su familia. Su abuela, Janet Hardy, una gran estrella de la época dorada del cine, con una voz de oro y una vida tumultuosa, se suicidó por sobredosis todavía siendo joven. Su madre, una mujer manipuladora y con varios matrimonios a la espalda, solo ha vivido por y para ser una celebridad. La propia Cilla saboreó la fama de niña y adolescente, hasta que decidió dar un vuelco a su vida: alejarse del artificio del cine y convertir una afición, rehabilitar casas, en su nuevo oficio.
Su proyecto y desafío personal es recuperar la granja que fue el refugio de su abuela Janet. Pero en cuanto inicia la reforma de la casona medio en ruinas, aparecen las sorpresas. La primera, atractiva y persistente, es un vecino de ojos verdes llamado Ford Sawyer a quien resulta difícil resistirse. La segunda, mucho más perturbadora e intrigante, son las cartas que un misterioso amantes escribió a su abuela y que arrojan otra perspectiva sobre su trágico final. El inicio de una serie de actos violentos, que amenazan a Cilla, acrecienta un misterio que, con la ayuda de Ford, deberá resolver si realmente quiere dar un nuevo sentido a su vida.

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En Admiración, volvemos a encontrarnos con otro gran libro de Nora Roberts que contiene todos los ingredientes clave que ella utiliza para obtener una gran historia: una chica que necesita volver a sus raíces para poder avanzar, un hombre capaz de todo por protegerla y un misterio que se inicio en el pasado y que debe ser descubierto en el presente para que los protagonistas puedan tener un futuro.
La protagonista, Cilla, proviene de una estirpe de actrices famosas, e incluso ella misma lo fue durante su adolescencia. Pero con el paso del tiempo ha descubierto que lo que ella realmente quiere no es seguir este camino, si no convertir una afición que se le da realmente bien en su trabajo, la rehabilitación de casas. Para ello debe enfrentarse a su madre, que quiere que ella vuelva a trabajar en el espectáculo y siga sus pasos.
En una difícil negociación Cilla logra comprar a su madre la antigua casa de su abuela, Janet Hardy, donde ella se refugiaba para huir de los potentes focos de Hollywood. Cilla piensa restaurar la casa y vivir allí, lejos de todo lo que siempre ha conocido y más cerca del padre, al que las circunstancias alejaron de ella cuando era una niña. Lo que nunca esperó es conocer al hombre perfecto justo en la casa de al lado.
Ford es un dibujante de novela gráfica muy conocido, y nunca esperó que la mujer que se instaló en la casa de enfrente le sirviese de inspiración para crear un nuevo personaje, una diosa guerrera protagonista de su nueva novela. Pero el interés de Ford por Cilla no es únicamente profesional. Sin embargo si quiere llegar a algo con ella, tendrá que esforzarse al máximo ya que ella está más que desencantada de las relaciones. Y es que el ver a su madre, con tantos ex-maridos repartidos por el mundo, le han enseñado que el matrimonio no es para su familia y que ella está mejor sola. Por supuesto ella no cuenta con la tozudez de Ford ni con un destino plagado de misterio. Y es que cuando hace limpieza de la casa encuentra en la misma unas cartas antiguas de un amante misterioso para su abuela. Un amante que al final no quería saber nada de ella. Y cuando alguien comienza a atacar todo cuanto Cilla quiere, tendrá que descubrir que ocurrió en el pasado para tener el futuro que empieza a desear junto a Ford.
Nora nos deleita nuevamente con una historia que satisfará a todos sus fieles seguidores y que hará pedir por más a los nuevos lectores.

Nada podría quedar más alejado de Hollywood que este pueblecito en el valle del Shenandoah, y eso es exactamente lo que ha estado buscando Cilla McGowan para congraciarse con el pasado y romper el maleficio que parece pesar sobre las mujeres de su familia. Su abuela, Janet Hardy, una gran estrella de la época dorada del cine, con una voz de oro y una vida tumultuosa, se suicidó por sobredosis todavía siendo joven. Su madre, una mujer manipuladora y con varios matrimonios a la espalda, solo ha vivido por y para ser una celebridad. La propia Cilla saboreó la fama de niña y adolescente, hasta que decidió dar un vuelco a su vida: alejarse del artificio del cine y convertir una afición, rehabilitar casas, en su nuevo oficio.

Su proyecto y su desafío personal es recuperar la granja que fue el refugio de su abuela Janet. Pero en cuanto inicia la reforma de la casona medio en ruinas, aparecen las sorpresas. La primera, atractiva y persistente, es un vecino de ojos verdes llamado Ford Sawyer a quien resulta difícil resistirse. La segunda, mucho más perturbadora e intrigante, son las cartas que un misterioso amante escribió a su abuela y que arrojan otra perspectiva sobre su trágico final. El inicio de una serie de actos violentos, que amenazan a Cilla, acrecientan un misterio que, con la ayuda de Ford, deberá resolver si realmente quiere dar un nuevo sentido a su vida.

Nada mejor para captar la atención del lector que iniciar la novela con un rumor que implica a Steve McQueen desnudo en una fuente. Así, a la habitual mezcla de suspense y romance se suma la magia del cine clásico, un mundo lleno de luces y sombras. A lo largo de la historia se van dando detalles sobre la vida y personalidad de la famosa abuela de la protagonista a través de los recuerdos de los demás. Durante su infancia y adolescencia fue una especie de Judy Garland o Deanna Durbin, y en su madurez una diva tan anhelante de las cámaras y los aplausos del público como la Gloria Swanson de "El crepúsculo de los dioses". El ambivalente mundo del cine y de la fama es el trasfondo de la historia principal, pero la novela gira entorno a la relación de Cilla y Ford. Una historia de amor mezclada con una buena trama de suspense y los extraños sucesos relacionados con la casa, las cartas secretas de un antiguo amante de Janet Hardy y el dramático final de ésta.

La trama de suspense me ha gustado y engancha desde el principio. Elementos como casas antiguas, viejas cartas de amor sin firmar, y la muerte de una celebridad en extrañas circunstancias resultan muy atractivos para crear un clima de misterio. Más cuando hay varios sospechosos, y cualquiera podía haber tenido relación con Janet Hardy. Pero el pasado sólo está dormido, y despierta con el regreso de Cilla que, sin saberlo, hace resurgir una antigua historia llena de secretos.

Cilla tiene unos objetivos diferentes a los que han tenido tanto su abuela como su madre porque, a diferencia de ellas, no necesita los focos de las cámaras para ser feliz. Fue una niña actriz que se hizo famosa interviniendo en una popular serie familiar, pero cuando se dio cuenta de que actuar no era lo que quería hacer, descubrió que lo que más le entusiasmaba era restaurar casas. Ahora siente la necesidad de restaurar la casa de su abuela para conectar con sus raíces y llegar a conocerla -a la mujer, no a la artista-. Aunque es un poco obsesiva la fijación que tiene por su abuela dado que fue una persona que nunca llegó a conocer, y esos sueños que tiene sobre ella son un poco raros, excesivos. También necesita alejarse de Hollywood y de su manipuladora madre, que entre matrimonio y matrimonio solo piensa en su propia imagen, y encontrar su lugar. Su regreso a la casa también supone un reencuentro y acercamiento con su padre, al que quiere pero que conoce poco.

Ford es el vecino del otro lado de la carretera, es autor de novelas gráficas de éxito y Cilla le inspira un nuevo personaje. Es un protagonista encantador y adorable, simplemente es uno de los mejores elementos de la novela, un hombre normal y extraordinario al mismo tiempo, que sin darse cuenta se convierte en la tabla de salvamento de Cilla, en su protector sin proponérselo. Divide su interés por Cilla en dos niveles, el interés profesional y el interés personal; el personal es más fuerte, pero su vena creativa no puede evitar crear una heroína guerrera a través de la imagen de Cilla. Es bastante friki, sólo con su frase "El amor es kryptonita verde, supera a todo lo demás" queda claro; pero es un artista y tiene unos detalles con Cilla, románticos y amistosos, increíbles. Era imposible que ella no cayera rendida a sus pies y a los de su inseparable Spock, un perro raro y curioso pero adorable.

Su historia de amor me ha encantado, es preciosa. Tienen un primer encuentro peculiar con un pequeño malentendido incluido. Pero la atracción entre ellos es evidente desde el principio, y les gusta tenerse cerca. Me gusta mucho la pareja que forman Cilla y Ford, la relación que tienen y la naturalidad con la que surge. Su amor crece poco a poco pasando primero por la amistad y la confianza, y los ataques contra Cilla les unen más, entre los dos intentan llegar al fondo del asunto mientras se enamoran cada vez más.

La historia está llena de personajes secundarios, algunos de ellos encajan en el papel de sospechosos por lo que es mejor no mencionar a ninguno. Todos ellos conocieron a la abuela de Cilla o han vivido con la influencia de su presencia en el lugar. Pero es inevitable nombrar a Steve, el ex-marido, pero sobre todo amigo de Cilla, es un personaje encantador, un amigo leal que está de paso y provoca los celos de Ford durante unos minutos, sólo hasta que descubre que es una buena persona y se hacen amigos... aunque, por supuesto, yo prefiero a Ford. Y también me encanta Spock, un perro muy raro pero muy divertido y adorable, las mascotas y los niños en las novelas muchas veces me exasperan, pero Spock me ha encantado, es muy especial.

Es una historia de amor preciosa, que mezclada con una buena trama de suspense es aún mejor. Me ha mantenido enganchada tanto la trama de suspense que gira alrededor de Janet Hardy, como la relación de Cilla y Ford, que son dos protagonistas típicos de Nora Roberts. Además, no le faltan momentos de humor como los celos de Ford, las escenas con Spock o las conversaciones entre Ford y el padre de Cilla. Me ha gustado mucho, y si tengo que ponerle una pega es que no tenga un epílogo.