Cuando se es un libertino...

El diplomático Max Ransleigh, al que conocían como Max el Magnífico, era famoso por su encanto, pero una traición política le hizo perder su cargo y reputación. No parecía el salvador más adecuado para una joven de buena familia.

Pero la señorita Caroline Denby no necesitaba que la salvaran; bien al contrario, quería que arruinaran su reputación. Para Caroline, el matrimonio equivalía a una sentencia de muerte así que cuando conoció a Max pensó que era la solución a sus problemas. Ahora, solo tenía que convencer a aquel libertino para que hiciera algo útil con su fama.

Primer libro de la serie "Ransleigh rogues".

Al principio, esta novela me estaba pareciendo bastante insulsa y predecible pero, a partir de la mitad del libro, mejora bastante y los últimos capítulos han conseguido que la historia me haya parecido bastante bonita. Empieza de un modo distinto a las novelas típicas ambientadas en la época, pues lo que quiere la protagonista es perder su reputación para evitar casarse. Y el plan de esta mujer me parece totalmente absurdo, no acabo de entender que sus propósitos la ayuden en algo y no vea las consecuencias que pueden tener. Sin embargo, hacia la mitad de la historia la cosa mejora y, al final, se muestran los sentimientos de los protagonistas de una forma muy tierna y emotiva.

Es una novela centrada en la relación entre dos personas que se sienten un poco perdidas, tiene su punto de misterio pero eso no es algo relevante en la trama, sólo una mera circunstancia. Y algo que me parece interesante es que se muestra el miedo al parto de Caroline, algo que suponía un riesgo muy común y frecuente en aquella época, y que rara vez se menciona en las novelas románticas.

Caroline es lo que se llamaría un chicazo, fue educada por su padre como si fuera un hijo varón: monta a caballo en pantalones y sus caballos son su pasión. Y esa es una de las razones por las que no quiere casarse, porque sabe que pocos hombres la comprenderían. Al principio Caroline no me gustaba, la veía demasiado contemporánea, y su gran plan me hace pensar que es un poco descerebrada. Todo es muy drástico, y parece no ver que hay una diferencia entre ingenio y absurdidad, y absurda es como veía su estrategia. Pero poco a poco he ido cambiando de opinión. A través de ese miedo que es la segunda razón de que evite el matrimonio, de su forma apasionada de sentir y la manera en la que evoluciona el personaje, cómo cambia y crece, me han hecho cambiar de parecer.

Max es lo que más me ha gustado de la novela porque me ha gustado durante toda la historia. Pasa de ser un diplomático respetado a caer en desgracia socialmente, y en un principio no sabía si el hecho de conocer a Caroline era algo positivo para él o todo lo contrario. Ella pone su mundo patas arriba, pero es algo que Max necesitaba, nuevos objetivos y nuevos sueños. Max es un protagonista encantador que ha tenido más de un problema por culpa de una dama en apuros, pero ninguna le ha impactado tanto como Caroline. Su amor por ella y la decisión de limpiar su nombre no son incompatibles para él, pero es inevitable que en algún momento tenga que tomar una decisión. Y el resultado de dicha decisión ha hecho que me guste todavía más.

Al principio más que una historia de amor es una relación de amistad y camaradería, aunque rodeada de deseo. Parece una relación basada en la lujuria, en la lujuria insatisfecha, primero por el sentido del honor de Max y después por el miedo de Caroline. Y en ambas circunstancias me parecen unas reticencias muy lógicas. Pero, pese a que en un inicio no me parecían una pareja factible, al final la historia de amor me ha gustado, se nota el proceso de enamoramiento y las últimas escenas tienen mucho sentimiento, son emotivas.

Los personajes secundarios no tienen demasiada importancia en la historia, aunque me ha gustado mucho la madrastra de Caroline, se nota que hay verdadero aprecio entre las dos.

Como he mencionado antes, el principio de la novela no me ha convencido, pero después empieza a mejorar y el último tercio de la historia me ha gustado bastante. Desde luego, va de menos a más, tanto por la trama como por los protagonistas, especialmente por Caroline, porque Max me ha gustado desde el principio. Es una historia sencilla pero llena de sentimiento y ternura en esa parte final; después del desenlace ya no me importaba lo inverosímil que puede ser la manera en que había empezado todo.