Una chica brillante - Susan Elizabeth Phillips
SinopsisFleur Savagar es la mujer más maravillosa del mundo, para todos salvo para ella misma. Con su cabellera rubia y sus bonitos ojos verdes, tiene una vida llena de secretos que se remontan a antes de su nacimiento, ya que es hija natural del gran actor Errol Flynn.
Jake Koranda es el actor más seductor de Hollywood. Talentoso y de carácter difícil, no tiene paciencia con las muchachas glamurosas. Pero en esta chica brillante hay algo más que brillo, y Fleur tiene más para dar de lo que Jake esperaba.
¿Podrán dos seres tan distintos el uno del otro confiar en sus sentimientos en la tierra de los sueños rotos?
ValoraciónPrimer libro de
«Damas americanas» y primer libro también de esta autora.
La verdad es que no sé muy bien por dónde empezar, así que quizás debería hacerlo por el género. Si os soy sincera, y tras leer este libro, debería decir directamente que no lo considero un libro romántico puesto que el romance aparece en las cien últimas páginas —de un libro de cuatrocientas cincuenta—. Así que teniendo en cuenta eso, es normal que el libro no me haya llegado mucho.
Este libro sigue la tónica de
«Una chica a la moda». En realidad, sería al revés, pero puesto que el que se publicó primero en castellano fue el tercero de la saga, por eso comparo éste libro con el que ya salió. Y si bien con
«Una chica a la moda» me coló que no fuera un libro romántico al uso por la sorpresa precisamente de no serlo, con éste ya tenía un antecedente y me echó para atrás en cuanto vi por dónde iba.
Si hay que ser sinceros, no me ha parecido un mal libro. Es sólo que yo esperaba leer un libro romántico de SEP y éste no lo es. Como ya pasó con su «asemejado», en este libro se cuenta la vida de los padres de la prota. Es decir, empieza en un punto avanzado de la historia —cuando Fleur tiene veintiséis años y se supone que es el momento presente del libro— para hacernos regresar al punto en el que su madre Belinda se fue a Hollywood con dieciocho años esperando convertirse en actriz.
Así que sí, antes de llegar a la historia de amor entre Fleur y Jake, tenemos que pasar por la juventud de su madre, cómo conoció al padre de Fleur —Errol Flynn—, cómo se casa con su padrastro Alexi Savagar, la vida de Fleur en su infancia estando en un internado por el repudio de su padre y cómo sale de allí cuando su madre la intenta convertir en modelo y actriz. Cuando llega a la edad de diecinueve años, es el punto donde entra Jake en juego al coincidir por primera vez con Fleur en la historia en el rodaje de su película, y ella, cómo no, se enamora de él. Pero puesto que tiene diecinueve años y no veintiséis como en el inicio del libro, sabes que se van a separar, y técnicamente, encontrar después, con el consiguiente relato de los años en los que Fleur está sola saliendo adelante.
Es decir, la parte en la que coinciden como una verdadera historia de amor se reduce a las cien últimas páginas del libro. Y por supuesto, como tienes abiertas todas las tramas que hay por el medio, básicamente la historia de amor es un «te tienes que creer que se quieren porque yo, su autora, te digo que es así».
Al final, me ha dado la sensación de que la parte en la que coinciden en el rodaje, te mete unas pinceladas de amor básicamente para al final poder utilizar el recurso de «las cenizas que no estaban apagadas del todo». Ni más, ni menos. Porque es así.
De modo que si queréis disfrutar de este libro, ya podéis hacerlo con la plena mentalidad de que no es un libro romántico y que lo que hace SEP aquí es relatarte la vida de una mujer desde cómo la conciben sus padres hasta que finalmente se casa.
Para mí, la mitad del libro sobraba y con eso no habría quedado tan desequilibrada la parte romántica —porque sería menos extensión de libro—. Ahora, como novela no romántica, la podía dejar perfectamente, pero es que vuelvo a lo mismo: yo quería leer un libro romántico de SEP y éste no lo es.
Analizando los personajes, empezaremos —para que se note más—, por los personajes que primero tienen su historia, es decir, los padres de la protagonista.
Belinda, la madre de Fleur es tremenda… pero en el sentido negativo de la palabra. Es la típica mujer que como no ha podido realizar sus sueños, lo hace a través del éxito de sus hijos. Pero en plan llorica, manipuladora y desconsiderada a más no poder. Un «dechado» de virtudes, como podéis ver. Es el típico personaje del que no ves el momento en el que la protagonista pierda de vista. Sólo que la mujer es persistente por todo el libro.
Empieza queriendo ser actriz pero no lo consigue, así que se acerca a las estrellas por medio de liarse con ellos. En serio, esa mujer está enferma con el tema de los actores. Pero de encerrarla. Según ella, los actores están por encima del resto de los mortales y por eso se les tiene que permitir que hagan lo que quieran. De modo que, cuando se encuentra con Errol Flynn deja que el hombre haga lo que quiera con ella. Y cuando el actor —al cual la autora pone poco menos que de pederasta, cosa que, como a mí ese actor ni me va ni me viene, no sé si será verdad o no— se marcha con otra niña, a Belinda sólo le queda resignarse porque es normal que la haya dejado por otra chiquilla. El caso es que Belinda se entera que está embarazada y recurre al hombre que la perseguía y se casa con él. Claro que a dicho hombre no le hace gracia enterarse de que está embarazada —después de casarse— y de ahí que Fleur acabe repudiada.
Después de eso entramos en la espiral de manipulaciones contra su hija y el hecho de forzarla a ser una estrella pasándose por alto cualquier deseo de Fleur. Lo dicho: llorica, manipuladora y desconsiderada al extremo. De hecho, la última es tan bestia que hasta el amor ciego de Fleur no puede asimilarlo —y mira que la tía aguanta carros y carretas—, y de ahí que la abandone y entre en la parte de Fleur «saliendo adelante sola».
Del padre verdadero no voy a hablar mucho porque sale lo justo para la mini-relación con Belinda y que la deje embarazada. Pero vamos, está descrito como un verdadero «pieza». Lo dicho, no sé si será verdad lo que describe de él pero no le deja en muy buen lugar, vamos.
Así que directamente paso al padrastro Alexi. Sinceramente, al principio me dio bastante pena porque está enamorado de una irresponsable. Pero el embarazo oculto de Belinda le transforma en «el malo de la película». Pero en un malo-malo; no se anda con chiquitas. Así que tampoco hay mucho realmente que contar aquí. Vive para hacer infelices a los demás, y como tiene mucho dinero y es importante en los círculos altos de la sociedad, pues tiene bastantes herramientas para conseguirlo.
Pasemos ahora a los que deberían ser los importantes del libro. Fleur es la protagonista y de ella se nos cuenta toda su vida. Puesto que vive internada en un colegio de monjas, sólo ve a su madre —ni a su padre ni a su hermano— un par de semanas al año. Por eso, vive adorando a su madre —la única persona que la quiere—, y odiando a su padre —por ni siquiera conocerle y no hablo de Errol Flynn pues Fleur eso no lo sabe— y a su hermano —que él si puede «disfrutar» de sus dos padres—. Y lo pongo entrecomillas porque visto el percal de lo que tiene que sufrir el pobre Michel, la que tiene suerte en verdad es Fleur.
Por supuesto, esta infancia tan disociada de la familia la convierten en una dependiente emocional. Y como la única que la quiere es su madre… pues imaginad: una hija anhelante de cariño frente a una manipuladora que quiere vivir la gloria a través de los éxitos de su hija.
Pues bien, es así como acaba Fleur en el rodaje de la película de Jake cuando ni siquiera le gusta ser actriz.
La parte del rodaje, aunque haya mencionado que la historia romántica son las cien últimas páginas, también tiene una extensión similar. El problema para mí es que es básicamente el rodaje y cosas que suceden en torno a él. Fleur se enamora a la «cuarta» página de conocerle y porque la autora te lo escribe, claro, porque de otra manera imposible ya que no se sabe nada del protagonista; mientras que Jake va a su rollo de sacar adelante su película.
Supongo que para darle un toque de romanticismo por aquello de que se supone que es una novela romántica, se saca al final de esta etapa un momento romántico entre los protas —para poder decir con cierto fundamento después que había cenizas en su relación, porque en serio, se lo saca de la manga—. Y luego se separan.
Y así es como entramos en el recurso favorito de la autora: «el sueño americano», ése por el cual todas sus protagonistas acaban en el barro sin un céntimo y a base de gran esfuerzo acaban siendo mujeres de éxito multimillonarias. Os juro que este fetiche me ha hecho mirar la biografía de la autora para ver qué clase de infancia tuvo, pero a día de hoy sigo sin encontrar algo que me indique que la autora habla con conocimiento de causa.
En fin, el caso es que pasamos de una Fleur manipulada, dependiente emocional y con una disociación importante entre su imagen y la realidad —se supone que es la belleza del momento y la tía erre que erre con que es un adefesio—, para convertirse en una mujer independiente y trabajadora que quiere escapar de esa antigua vida figuradamente y de su padre Alexi literalmente.
Entramos en otras tantas páginas de la vida de Fleur hasta que decide hacer realidad su propio «sueño americano» y así llegaríamos a las cien últimas páginas donde Jake vuelve a aparecer de la nada y como si no hubieran pasado seis años en medio.
Y la verdad es que no sabría muy bien analizar el personaje de Jake. Al principio le ponen de actor de carácter duro que vuelve «locas a las nenas», para luego descubrir que es un corderito con sus traumas sobre su participación en la guerra de Vietnam —sí, es lo que tiene que este libro tenga tantos años desde que fue escrito por la autora: James Dean, Errol Flynn, la guerra de Vietnam… vamos, que estamos en
«Regreso al futuro»—. Pero teniendo en cuenta que en la etapa del rodaje de la película está centrado en la película y que en el final se mezcla con otro montón de tramas que arrastrabas de todo el libro, pues no es que profundice mucho en su personaje. Como digo, se enamora mágicamente de la prota, igual que Fleur de él. Y te tienes que creer que vuelven a quererse rápidamente en el presente porque ya tenían una historia pasada —que es poco más o menos que una mera anécdota—. Así que la relación de ellos está sacada de la manga, y por su corta extensión, de ahí que mencione que este libro no es romántico. Es novela de ficción contemporánea, a secas.
En fin, que si habéis llegado al final de esta extensa crítica, ya vais más que preparadas con lo que os vais a encontrar. En serio, como novela de ficción no está mal. Es una novela que entretiene y supongo que más si vas mentalizada con ella. Pero si la lees esperando una novela romántica propia de SEP, te vas a llevar una decepción al no encontrarla. Para mí, es más culpa de una mala catalogación del género que por la novela. Si hubiera sabido que no era romántica supongo que no me habría desanimado tanto ver que no lo era.