Sinopsis

Ash, Jace y Gabe son tres de los hombres más poderosos de la ciudad y están acostumbrados a conseguir todo lo que desean. Todo.

En lo que respecta al sexo, Ash McIntyre siempre ha explorado su lado más salvaje, llevando sus relaciones al extremo y sin comprometerse emocionalmente de ninguna manera. Exige tener en sus manos el control y prefiere a mujeres pasivas, a las que les gusta ser dominadas y que incluso ha llegado a compartir con su amigo Jace.

Sin embargo, ahora Jace mantiene una relación con una mujer que no está dispuesto a compartir y Gabe está con alguien que le da todo lo que quiere. Los cambios en la vida de sus mejores amigos hacen que Ash se sienta por primera vez inquieto y frustrado. Es en ese momento cuando conoce a Josie, quien parece inmune a los encantos y la cuenta bancaria de Ash. Intrigado, la cortejará con la convicción de que Josie no conseguirá resistírsele. Lo que nunca imaginó es que la mujer que se atreviera a decirle «no» sería la que lo llevaría al límite de su deseo



Última entrega de la trilogía «Sin aliento» y, desde mi punto de vista, demos gracias a los dioses por ello y por los pequeños milagros.

No sé lo que le ha pasado a Maya Banks con estos libros y, francamente, no quiero saberlo. Sólo necesito saber que han conseguido reafirmarme en muchas de mis fobias, tanto literarias como personales, y que, ahora que ya he terminado de «documentarme» en este terreno —y que ya he acabado con la trilogía— puedo trazar la proverbial línea en la arena y decir «Hasta aquí he llegado, muchas gracias». Os pongo de testigos de una promesa a mí misma: nunca, jamás, por nada del mundo, voy a volver a leer una novela que, ya en la sinopsis, me diga que el protagonista es un tipo adicto al control, dominante y posesivo. Nunca. Ni aunque pasen un millón de años y este tipo de clichés ya no sea la norma, sino la excepción.

En fin, permitidme un segundo para que tome aire y me tranquilice, porque, de verdad, de verdad que la novela ha conseguido sacarme de mis casillas. Y sí, ya lo habían conseguido las dos anteriores, pero ¿qué queréis? Soy así de testaruda y me prometí terminar la trilogía, costara lo que costase. Y ha costado lo suyo, para qué negarlo.

Debo reconocer, de todos modos, que quizá esperaba que este libro me mosqueara un poco menos que los anteriores, porque durante las historias anteriores Ash se había mostrado como el tipo encantador, el más desapegado, el simpático… En fin, esperaba que, aunque la trilogía siguiera en la línea del hombre dominante, tal vez Ash no lo fuera tanto. Y, además, era un personaje al que se le podía haber sacado mucho partido gracias a las tensiones con su familia y a la forma en que se enfrentaba a ellas. Tenía curiosidad por saber si la autora había sabido aprovechar esas circunstancias y había construido una historia más interesante, más profunda.

No fue así.

Para empezar, Maya Banks ha caído con este libro en un error de manual: ¿que el personaje no se adapta a la historia que quieres contar? Pues nada, donde dije digo, digo Diego, lo cambiamos de la cabeza a los pies hasta convertirlo en otra cosa y hacerlo irreconocible, y adelante con los faroles.

En serio, si hay algo que frustre a un lector —y más al típico lector de personaje— es esto. Si te has pasado dos libros dándole pinceladas de carácter, rasgos distinguibles que lo hacen único, y has conseguido que el lector se forme una imagen en su cabeza de cómo es y cómo actúa, te fastidias y sigues adelante. No hay nada peor que llegar al momento en que ese secundario se convierte en protagonista, y en su propio discurso mental te dice: «Todos pensaban que él era así, pero, en realidad, era todo lo contrario». Vamos, no me fastidies. Ya sabéis que odio que me hagan trampa, y ésa es una de las trampas más desagradables que puede sacarse un autor de la manga. Primero, porque frustra las expectativas de cualquiera. Y segundo, porque demuestra muy poquito respeto por la historia, por el personaje al que has convertido en algo que hasta entonces no era... Y por el sufrido lector.

Así que, hasta llegar a este libro, el lector había llegado a la conclusión de que Ash era el tipo encantador, el más despreocupado, el que más vivía la vida y sus tendencias y preferencias sexuales como un juego divertido, y ya en las primeras páginas nos dice lo que acabo de comentaros: «Todo el mundo pensaba que era así, pero no». Ash, en su monólogo interno, nos cuenta que todos lo toman por el más despreocupado, pero, en realidad, es el más controlador y el más obsesivo.

Pero ¿qué me estás contando? ¿En serio? Hombre, no jorobes. Ya no digo los lectores, que sólo vemos retazos de su vida, pero este tipo tiene dos amigos del alma, con los que comparte todo, incluidas a las mujeres, ¿y ninguno se había dado cuenta de que la «despreocupación» era una pose? Venga ya. Lo que ocurre es que el arquetipo de tío simpático y despreocupado no pega nada con el de macho controlador y obsesivo y, claro, hay que hacer algo para meterlo con calzador en la historia o inventarse otra y eso supone mucho esfuerzo.

Y dejadme que os diga algo sobre la historia: podría servir para un auténtico thriller. No por la trama de fondo, que es una solemne chorrada, no. Por el propio Ash, que después de ver cinco minutos a Josie —y es textual, son cinco minutos contados— decide que quiere llevársela a su casa y cuidarla y protegerla por siempre jamás como si fuera una tetera china que pudiera comprar en cualquier tienda de todo a cien. Pone a un tipo a vigilarla, la sigue a su trabajo, la acosa y, por fin, consigue una cita con ella. En serio, me da igual lo que penséis, para mí eso no es «romántico». Es inquietante y algo aterrador. De verdad, ¿cuántas novelas de psicópatas empiezan con algo así?

El caso es que, por algún motivo que se me escapa por completo, Estados Unidos debe estar repleto de mujeres deseando que los hombres las traten como objetos de coleccionista, porque, por supuesto, Josie se rinde a sus encantos y acepta todas sus propuestas. Y una vez más: no es romántico. ¿Qué clase de mujer se va a vivir con un hombre después de conocerlo, charlar cinco minutos en un parque y cenar con el unas cuantas noches más tarde? Y, encima, partiendo de la premisa de que ese hombre va a tomar todas las decisiones por ella.

No es sano, de verdad, no lo es.

En fin, que se van a vivir juntos y él la manipula de principio a fin. Veamos: compra todos sus cuadros y le exige al vendedor de la galería que le reserve cualquier otro que llegue, que todos van a ser para él. Así consigue que ella tenga una falsa sensación de independencia y seguridad, porque, por supuesto, no se lo dice y Josie piensa que por fin ha conseguido triunfar. Después le da una paliza a su ex por haberla maltratado. No me malinterpretéis, me parece perfecto que le abran la cabeza a cualquiera que se atreva a levantarle la mano a alguien más débil, pero él se lo oculta y, por enésima vez, que te oculten cosas por tu propio bien —o, peor todavía, por miedo al rechazo— es odioso.

Y, cuando por fin ella descubre todo el asunto lo abandona, furiosa al darse cuenta de que la había manipulado, que le había mentido y que, desde mi punto de vista, le había faltado muchísimo al respeto que se le debe a todo ser humano pensante.

Os juro que si la novela hubiera acabado así, casi podría haberme colado. Pero, no, claro. Tarda más o menos una noche en vela y una comida con las amigas en perdonarlo, porque «él es así». Pues mira, pues vale, pues te lo mereces, reina.

No os desvelaré el resto por si alguien quiere leerla, pero que sepáis que el esquema, el esqueleto argumental, es idéntico a la novela anterior. Idéntico, en serio.

Oh, ¿y qué hay de los problemas de Ash con su familia, que tanto habían aparecido en los libros anteriores? Pues... Básicamente nada. Aparece su hermana, a quien ayuda a apartarse de los idiotas de sus padres —y que, por cierto, también termina liada con un hombre oscuro, posesivo y dominante. ¿De dónde sale tanto tipo así? ¿Los venden por palés, o cómo va esto?—, y hay una escena de enfrentamiento final breve y decepcionante, sin que en ningún momento lleguemos a saber en qué quedó toda la historia. Como os dije al principio, desaprovechado.

Y hasta aquí. Por supuesto, si os gustaron los dos anteriores, os gustará éste. Yo, por mi parte, estoy encantada de que haya sido el último de la trilogía.

Gracias por la crítica, tomo nota, para no comprarlo.
 

    Estaba deseando leer tu crítica    

Ni muerta me leo el libro      ,,, bueno eso dije después de leer el segundo y cayó el primero          pero fue por una fuerza mayor.
Lo de Ash era bastante predecible, para poder calcar el guión de los dos anteriores, a este “buen hombre” le tendría que cambiar el carácter y estoy totalmente de acuerdo, fastidia un poquito …. y cómo disimulada ehhhh si es que estos más que amigos son "compañeros de juergas" porque parece que se conocen muy bien, pero entre lo que se oculta, y se engañan  apañados van....       cómo disimulaba el tío     

Lo de los cinco minutos me suena .... del segundo no       

Yo es que a esta mujer, lo siento, pero ya la he tachado... y quizás me estoy perdiendo una gran escritora... pero todo lo que comentas indica que no mucho     , pero me da igual.. hay muchas     

Un besote

Otro que tampoco te apuntas      Y no puedo decir que no me lo esperara      

Entre nosotras: es igual, igual al libro anterior. Pero punto por punto, oye. Sí, claro, hay diferencias, pero el esquema argumental es el mismo No sé, es como si le dieran a dos escritoras distintas los puntos fundamentales de una trama (hombre dominante, mujer con problemas, amor a primera vista, obsesión, momento-metedura de pata con mentiras y verdades a medias...) y cada una hubiera escrito su versión. Pero el esquema es IDENTICO. Si hasta...

Spoiler:

A eso le añades lo del cambio de carácter y adiós muy buenas Yo también la tacho Ya puede escribir la mejor novela de todos los tiempos, que la leeré cuando hasta el gato me diga que es genial

     

A lo mejor no entendió bien los plazos de la editorial... y cuando terminó el segundo, le dijeron que tenía una semana para entregar el tercero     
Pobre mujer... seguro que no fue falta de imaginación...      

Eso es que me mata... entiendo que prácticamente está todo escrito... pero si eres escritora deberías esforzarte un poco y copiar los argumentos cada dos o tres libros, al menos     
que otras autoras se lo curran mucho       

Un besote

Bueno leído, lo leído, huiré de esta trilogia como de la peste  

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