¿Pero cómo entregarse a la pasión cuando, por lo poco que sabía, bien podía ser un asesino? Sin embargo, cada vez que miraba a Becca, sentía que su inocencia podía disipar las tinieblas que lo rodeaban y hacerle pensar que podía tener un futuro... aunque no estuviera seguro de su pasado.
Octavo libro de la serie "Tall, dark & dangerous".
Esta novela es un poco diferente al resto de la serie. El protagonista no lucha por cumplir una misión especial, sino por recordar quién es... pero a la vez temiendo hacerlo. La historia se centra principalmente en él y en su búsqueda, sólo que durante el proceso también acaba encontrando el amor de su vida. Pero debe actuar deprisa, porque a Mitch también le buscan los SEAL -que barajan todas las posibilidades ante su desaparición pero ni siquiera se plantean la causa real-, sólo que Mitch no sabe si son amigos o enemigos. Y, sin duda, la persona que intentó matarle aparecerá de nuevo. Es una historia con algo de suspense por saber qué le ha pasado a Mitch, por qué despierta sin recuerdos y con una herida de bala; pero también por saber quién es realmente Mitch Shaw, porque a pesar de que el lector tiene más información que el propio protagonista, él y su vida siguen siendo un misterio, incluso para sus compañeros.
Michell Shaw se nos presenta de dos maneras distintas. Como un hombre... sin artificios y sin recuerdos, pero con sentimientos, vulnerable por la falta de información y el desconcierto. Y también como un SEAL... a través de sus compañeros, que le ven como alguien solitario y reservado, pero también casi invencible, capaz de disfrazarse y desaparecer, incluso alguien que no parece un humano corriente. Entre esas dos versiones del mismo hombre hay un punto intermedio donde se encuentra Mitch, que a pesar de no tener recuerdos sí conserva su instinto de supervivencia y sus habilidades especiales, que se manifiestan a través de sueños y en los momentos de acción. Pero eso sólo sirve para asustarlo más haciéndole pensar que puede ser un asesino o un sicario. Mitch lucha entre la necesidad de saber la verdad y las ganas de huir de su posible pasado.
Rebecca Keyes es la administradora del rancho al que le conducen a Mitch las únicas pistas que posee. Ella tiene sus propios sueños, pero en cierto modo tiene miedo de luchar por ellos, y aun así tiene carácter y actúa cuando hay que hacerlo, y por encima de todo es una amante de los caballos. Cuando Mitch llega al rancho para hacerse cargo de los establos Becca se siente impresionada por él, porque no es cómo lo había imaginado, pero se siente furiosa cuando descubre que obviamente Mitch ni siquiera sabe montar a caballo. Después de un encuentro tenso será el destino el encargado de hacerla descubrir que Mitch es justo lo que necesita. Con él, Becca aprende a arriesgarse, cuando va conociendo a Mitch se verá obligada a tomar decisiones importantes que pueden cambiar su vida.
La historia de amor aunque es corta, es bonita. Mitch se siente atraído hacia Becca pero siente que no puede dejarse llevar sin saber quién y qué es, en ese momento su vida es demasiado complicada para implicarse con alguien. Pero ella está decidida a luchar y ser insistente, porque la química y el deseo mutuo es palpable para ambos. Y aunque son dos desconocidos -de hecho Mitch es un desconocido para si mismo- confían el uno en el otro más que en cualquier otra persona, y los momentos vividos en el rancho y la búsqueda de la verdad de Mitch no hacen otra cosa que unirles más.
En esta novela el resto de los SEAL no están tan presentes como en otras novelas, y eso incrementa la sensación de soledad de Mitch. Buscándolo aparecen Lucky, Bobby y Wes que tienen sus propias historias en las siguientes entregas de la serie; los tres siguen en la línea de siempre, Bobby es el estoico, Wes es el alocado y Lucky es el mediador. Las discusiones entre Bobby y Wes son muy divertidas, sobre todo sabiendo que pronto Bobby quedará atrapado por la hermana de Wes, y que a éste no le gustará nada la idea. También aparecen el capitán Catalanotto y el almirante Robinson, y brevemente sus esposas Verónica y Zoe.
La progresiva recuperación de la memoria de Mitch me ha convencido, no me ha parecido inverosímil, aunque la lucha contra el villano de la historia sí es algo increíble, casi mística. Y me hubiera gustado que el final tuviera un epílogo, porque las últimas escenas son algo precipitadas.
Es una historia corta, diferente al resto de la serie, pero entretenida, donde la relación entre los protagonistas y la identidad de Mitch son el eje central. Lo que más me ha gustado es que se muestra a uno de los invencibles SEAL como alguien vulnerable, se muestra su lado más personal, y queda claro que un SEAL siempre es un SEAL, ellos no descansan.