Isabella Marín Al hombre que dejé atrás...
Una chica regresa a Boston para hacer las paces con su pasado.
Un hombre acude cada vez que llueve a un bar de soul, se sienta siempre en la misma mesa, se pide una copa de whisky y espera en silencio a que empiece una canción vinculada al pasado.
Dos existencias vacías. Dos almas desgarradas por la soledad. Un abismo de tiempo separándolos.
El profesor de arte Wesley Holt queda asombrado cuando su más brillante alumna le pide un extraño favor: que uno de sus cuadros sea colocado en la galería del señor de Winter. Para Wesley, de Winter es un hombre de trato difícil, adusto, exigente, seco… No entiende por qué Hayley se empeña en enviarle su mejor y más emotiva obra. Y lo que le parece todavía más extraño, que se la envíe gratis.
Pese a su reserva, intenta persuadir al odioso de Winter para que acceda a tal sorprendente petición.
Al serle mencionado el nombre de la pintora, parecido al de la chica él lleva cinco años buscando desesperadamente, Jesse de Winter, intransigente como siempre, exige ver de inmediato el cuadro.
Y será delante de la obra llamada Al hombre que dejé atrás..., cuando Jesse será relegado a un pasado más real y más doloroso que nunca.