Este libro es el segundo de la serie de las Hermanas Penny, que han heredado una casa de juego de su padre, un conocido vicario, que utilizaba sus beneficios para beneficencia.
Bethany es la cocinera de la familia, la menos interesada en la casa de juegos. Todo su tiempo se lo dedica a cocinar para los más desfavorecidos, en muchos casos soldados que, tras la guerra, no tienen donde ir o cómo trabajar. William Callaway ha resultado herido en la guerra, no sólo físicamente sino también en espíritu. Ha renegado de la vida de la alta sociedad y se dedica a estar con los que considera sus compañeros... sólo para ver como varios de ellos han sido envenedados en los últimos tiempos.... ¿Es Bethany una envenenadora hábil o tan inocente como parece?
La novela es tierna y dulce de leer, porque en realidad, los escrúpulos de William no parecen un obstáculo grande, ya que parece incapaz de separarse de Bethany. Ésta, por su parte, es más fuerte de lo parece y está decidida a averguar quién está detrás de todos estos envenenamientos, porque no concibe que alguien quiera hacerle daño a su "rebaño". Su atracción surge casi de inmediato y se desarrolla en la novela a la par que la trama de misterio, mejor elaborada que la de las fricciones entre los protagonistas. En ese punto, la novela flaquea... porque ni los prejuicios de él, ni los de ella parecen suficiente y bien trabajados. El hecho de que ella se enfade con obstinación cuando se revela que pertenece a la alta sociedad, parece un capricho y una pataleta inexplicable.
El personaje de William está mejor creado; posee un innato sentido del honor, del valor... que es lo que le hace un personaje más herido que realmente torturado. Lo poco que vemos de su familia hace que todavía nos guste más.
La parte de misterio es la más convincente, y de algún modo, consigue reunir las partes del pasado y presente de William y dotarlas de sentido, pese a que desgajadas parezcan un poco deslabazadas y sin sentido.
Una novela sin pretensiones, pero con una ternura enorme, que se puede disfrutar.