El príncipe de la oscuridad - Kresley Cole
SinopsisLucía, la Cazadora, es tan bella como misteriosa, y alberga un secreto que amenaza con destruirla, tanto a ella como a las personas que ama. Garreth MacRieve, príncipe de los licántropos, es un brutal guerrero escocés que arde de deseo al pensar en aquella mujer que quiere hacer suya para siempre.
Hace tiempo que Garreth vela por Lucía desde las sombras. Pero ahora, el único modo de mantener a salvo a la orgullosa arquera es convenciéndola de que lo acepte como su guardián. Para lograrlo, Garreth está dispuesto a explotar la mayor debilidad de Lucía: el ardiente deseo que siente por él...
ValoraciónOctavo libro de
«Los inmortales de la oscuridad».
Ésta es una de esas historias que llevas esperando desde el primer libro… literalmente. Y todo porque al final del primero nos dejaron ya ver la punta del iceberg para esta pareja. Y sin embargo, ha tardado en aparecer. Pero lo ha hecho con una historia —cuando menos— curiosa.
Como con casi todos los libros de ella, he vuelto a sufrir uno de esos momentos en los que la trama se me hace lenta. Es algo que cuando empiezo un libro de ella, ya tengo en mente. Pero del mismo modo, también lo empiezo sabiendo que las historias de esta mujer son de lo más creativas, por decirlo de alguna forma. Hay que reconocérselo porque hay que tener mano para mezclar de esta forma todo tipo de criaturas mitológicas —cada uno de cada padre y de su madre— y que la serie convenza. Además de que hay que echarle imaginación para hilar las tramas que crea. En mi caso, no tengo el «apasionamiento» de otras Cazadoras por esta serie, pero sí que reconozco que me alegra haber seguido la recomendación de leerla, aunque sólo sea por el mundo de la autora y las historias que inventa. Por supuesto, no se queda sólo en eso, pero ya sólo por eso vale la pena.
En cuanto a este libro tan esperado —yo lo hacía desde el primer libro, ya digo— ha sido distinto de lo esperado. Empiezo a ver que voy contracorriente en esta serie. Los libros que más gustan, son los que más normales me parecen; mientras que otros que no los ponen bien, a mí me encantan.
Bueno, pues éste era de los que la gente más recomienda y yo… pues que los hay mejores en la saga. A pesar de todo me ha gustado, ojo, pero entre el tiempo que llevaba esperándolo y los buenos comentarios… pues llegamos a lo de siempre: las expectativas.
El libro empieza bien: nos sitúa en el punto en el que Garreth se encuentra por primera vez con Lucía, que es poco antes de la situación que se nos presenta en el primer libro. Un hombre lobo que encuentra a su compañera destinada; un hombre lobo que está harto de tener tan a disposición a las mujeres por su posición de rey de los licántropos y que su deseo de toparse con una mujer que le complique la conquista se cumple con todas sus consecuencias. Porque Lucía, por mucho que lo quiera, en lo último que puede pensar es en tener una pareja.
De modo que aquí empezamos con el tira y afloja en la relación. En realidad, Lucía no rechaza a Garreth por gusto, sino porque tener un hombre en su vida tiene la gran complicación de que puede quitarle su don con el arco puesto que ha sido otorgado por una divinidad. Todo el tema de cómo consigue que la diosa Skathi la convierta en la mejor arquera nos lo cuentan en el prólogo. Pero es una escena ya empezada —el final, como quien dice—; así que no es hasta un poco después que se empieza a vislumbrar la turbiedad que rodea todo el suceso. Es algo que Lucía va a intentar ocultar a Garreth —y a todo el mundo, en general— haciendo que el licántropo acabe desesperado sin entender el comportamiento de Lucía.
Lo cierto es que Garreth tiene mucha, pero mucha paciencia con Lucía; y lo mismo que tiene él de paciencia, lo tiene Lucía de suerte. Porque si le hubiera tocado cualquier otro, habría desistido de ella. Lucía le hace de todo para perderle de vista —y protegerse en el proceso—, mientras que Garreth hace de todo para aguantar sus ataques —y seguirla también en el proceso—. Me ha gustado mucho el personaje de Garreth, posiblemente, de los que más me han gustado de toda la serie. Como no estoy en el mundo de Kresley puedo decir sin peligro a mi integridad física que Garreth es un trozo de pan —porque si dijera algo parecido en su mundillo, acabaría con garras, varitas, cuernos, colmillos y lo que se tercie de todo bicho viviente clavadas por decir algo así de un licántropo—. Pero es así: es amable con ella, paciente hasta decir basta, protector y encaja de la mejor manera que puede las afrentas de ella. Incluso con todo lo que de por sí le toca cargar al estar separado de su compañera, siempre piensa en Lucía antes.
Por parte de Lucía, como he comentado antes, no rechaza a Garreth por gusto. Tiene unos motivos más que razonados para querer poner distancia entre ellos, a pesar de la atracción que siente por él. Pero para mantener el don de Skati deber permanecer célibe, y ese don es lo único que la mantiene a salvo de quedar atrapada en un infierno en vida. El problema es que al mantener esto oculto, se crean muchos conflictos entre la pareja porque una de las partes —él— no entiende el motivo de la separación cuando es evidente que quieren estar juntos. No es que se empecine ni que sea absurdamente contraria a la relación como muchas autoras hacen para meter obstáculos en la pareja. Hay un obstáculo verdadero y muy fundamentado para que ella se oponga de esa manera.
Así que la trama de este libro girará en torno a cómo Lucía quiere romper esa cadena; poder ser libre de una vez tanto de Skathi como del dios que la amenaza a ese infierno en vida. Y si te quieres librar de un dios, ¿qué necesitas? Un arma que mate dioses… y es entonces cuando se corre la voz y tenemos a dioses y criaturas del mundillo en general queriendo pararla o seguirla para robársela. Así que ya os podéis imaginar cómo va el libro.
En este libro no hay tanta interacción con otros personajes secundarios puesto que la mayor parte del libro transcurre en la búsqueda del arma. Los que más aparecen son Lachlain y Nïx, por supuesto. No son los únicos, pero sí los que más salen por el libro. Y aparece un nuevo invitado a la fiesta, Lothaire, el vampiro Enemigo de lo Antiguo. Y lo hace de forma enigmática, sin saber bien a cuento de qué aparece; algo que seguro iremos viendo en libros posteriores.
Como decía al principio, hay una parte del libro que se me ha hecho lenta. Suele ser la del medio y aquí no ha sido la excepción, pero el final remonta con fuerza —como también es habitual en sus libros—. Un final intenso y que arregla lo que parece torcerse sin control. Ya lo he dicho, pero me asombra la imaginación de esta autora y cómo retuerce todas las tramas haciéndolas parecer irresolubles para acabar componiéndolas al final haciendo que todo cuadre.
Si bien es cierto que llevaba unas expectativas altas para este libro porque lo llevaba esperando desde el principio, en realidad no me ha decepcionado. La historia es entretenida y curiosa; con su dosis de rarezas propia de esta saga. Y para rematar, tenemos el final que… bueno, mejor no entrar en él. Pero con lo que pasa allí sólo me queda decir, ¿para cuándo el siguiente?