Val Janos se dedica a operaciones encubiertas. Es misterioso, siniestro... y letalmente atractivo. Solo Tamara comprende el extraño impulso que le lleva a tratar de ganar siempre a toda costa. Y solo ella puede estar a su altura.
Val tiene un único punto débil: Imre, el hombre que lo protegió cuando era un niño asustado y hambriento abandonado por las calles de Budapest. Pero su peor enemigo ha descubierto la existencia de Imre y está decidido a aprovecharse de la situación para exigir la entrega de Tamara a cambio de que siga vivo.
Cuando los lazos entre Tam y Val se estrechan demasiado, estalla entre ellos una ardiente pasión. Los dos tienen mucho que temer, mucho que ocultar, y ahora, por primera vez en sus vidas, mucho que perder...

«El arma definitiva» es la sexta entrega de la saga Hermanos McCloud. 

A grandes rasgos, el estilo de la autora sigue siendo el mismo: una historia trepidante y con muchísima acción en la que la parte erótica tiene mucho peso pero, seguramente, la diferencia radique en que me ha gustado más el trabajo que ha realizado con los personajes. A no ser que estemos hablando del suspense que crea la propia autora en torno a cómo va a desarrollarse el final, tampoco la catalogaría como novela de suspense. Los malos están muy definidos desde el principio y, en mi opinión, encaja más con una novela de acción.

La historia sigue el hilo de la novela anterior, en la que yo tuve el primer contacto con la protagonista. A pesar de ello y de que en un evento asistiremos a la reunión de todos los protagonistas anteriores, no creo que sea necesario haber leído la saga entera para seguir la historia sin ningún problema. Al contrario, por el carácter de Tam, su actitud ante la vida y las personas que la rodean, no haber conocido profundamente a la protagonista desde el comienzo posiblemente pueda contarse como una verdadera ventaja.

Tanto Tamara como Val son dos personajes muy marcados por su pasado, algo que estoy viendo que es muy habitual en este tipo de novelas. Tam es una mujer complicada, muy fría, parece que carezca totalmente de sentimientos y que tenga una gran fortaleza pero, en realidad, tiene tanto miedo a volver a sufrir o a sentir, que se esconde tras una coraza que solo Rachel, aquella niña a la que salvó de los traficantes de órganos y que ahora vive como su hija, ha sabido resquebrajar. Es un personaje complejo y, sobre todo, bastante arriesgado. Es una mujer desagradable, incluso con las personas que tiene a su alrededor, calculadora, independiente y resulta complicado cogerle cariño. La autora nos va dando sobre ella la información poco a poco, posiblemente los que hayáis seguido la saga desde el principio ya teníais mucha de esta información, pero para mí ha sido como un continuo goteo que creo que ha manejado bastante hábilmente. Su vida ha sido un verdadero infierno y, ahora, lo único que quiere es cuidar de Rachel y sobrevivir, intenta tener el menor contacto posible con otros seres humanos. Rachel es su eje, su amor por ella y el sentimiento de protección que le despierta son absolutamente opuestos a la interrelación que mantiene con el resto de personas.

Val también es un hombre que arrastra un pasado complicado, él mismo se define como una máquina que está diseñada para cumplir órdenes, sin remordimientos, sin sentimientos, sin preguntas. Ha estado en una espiral en la que parecía que nada podría importarle, pero en su última misión descubrió que todavía le quedaba un resquicio de conciencia y que no estaba dispuesto a cumplir con “cualquier” orden. Físicamente resulta casi perfecto, algo que me resulta algo cansino en un personaje, pero me ha encantado ese fuerte y chispeante punto de ironía con el que le ha dotado la autora. Val también está marcado por un duro pasado. Lo cierto es que resulta imposible no sentirte afligido con algunas de las vivencias que ambos protagonistas nos cuentan, escenas desgarradoras, explicadas con suficiente buen gusto pero no faltas de un gran punto de realismo. Esas experiencias les han hecho muy fuertes, pero también les han dotado de vulnerabilidad.

Algo que me ha gustado es que la autora comienza la novela de una forma bastante pausada, supongo que con el fin de romper con la imagen que los lectores tenían de la antigua Tamara, y se toma su tiempo en enfrentar a estos dos personajes. Una vez que lo hace es como si estallara la guerra entre ellos. Ante dos miembros especializados, ya os podréis imaginar que la relación no será ni fácil ni sencilla. Lo cierto es que es una lucha continua, tanto de fuerza como de ingenio, y en la que, me gusta admitir, Tam ha tomado ventaja en muchas ocasiones.

La carga erótica es realmente muy importante y, desde luego, marca el ritmo de la relación. La autora juega con el sexo para profundizar o dejarnos entrever los miedos de los propios protagonistas, si algo tienen en común es que ambos comparten un duro pasado, ambos sufrieron abusos en su adolescencia. Por ello, creo que es un acierto por parte de la autora plasmar la diferente forma que tiene cada uno de concebir el sexo, marcando la influencia que tienen en sus caracteres y la forma en la que ambos lo utilizan para sus propios fines.

Desde luego, no puedo decir que la relación entre ellos resulte romántica, todo lo contrario, a pesar de que en algunas escenas se deja entrever algo de ternura, el trato entre ellos resulta bastante brusco, totalmente acorde con la situación en la que se encuentran. Tampoco he encontrado que su enamoramiento esté suficientemente matizado y, quizás, es el pero que le veo. Aunque sí podemos encontrar una paulatina evolución en otro tipo de sentimientos, sobre todo a nivel de confianza y, en cierto sentido, vas viendo como son dos personas que se complementan.

«El arma definitiva» es una novela que me ha gustado. Resulta un buen cóctel de acción trepidante, lleno de giros que te mantienen alerta, armas sutiles, modernas y complicadas, confianza y traición, sacrificio y un afán sin límite por sobrevivir con, también pequeños toques de ternura y honorabilidad, todo ello sazonado con buenas escenas eróticas. Aparte de los protagonistas de las entregas anteriores, son bastante los personajes que aparecen para crear esta trama llena de ambiciones, traiciones y luchas de poder. La complejidad de sus personajes, con actitudes y sentimientos bastante acordes a sus vivencias, me ha parecido un punto fuerte, así como el ritmo vibrante de la trama, aunque, para mí, la autora debería haber dado un paso más en el desarrollo de la parte romántica. De todas formas, con éste, me ha animado a seguir con la saga.