Charleston, 1799. A Cay Edilean Harcourt, hija del refinamiento sureño y pintora de talento, no le faltan pretendientes para cumplir su sueño de casarse y formar una familia.

Sin embargo, el espíritu intrépido de Cay, acrecentado tras criarse con tres hermanos varones, se ve puesto a prueba cuando su padrino, que se encuentra postrado debido a un accidente, le encomienda una urgente tarea: de camino a un baile de sociedad, debe entregar un caballo y la carga que este lleva a Alexander McDowell, el hijo de un viejo amigo. Pero Alex es también un prófugo de la justicia, acusado de haber asesinado a su esposa.

Quinto libro de la serie «Edilean».

Si esta novela fuera una historia independiente la describiría como «entretenida» a secas, de ésas que olvidas en cuanto cierras el libro. Pero como forma parte de una serie y eso es lo que he dicho de las novelas anteriores, que eran entretenidas, creo necesario dar una visión más global.

He visto muchas referencias a que los libros de esta serie se pueden leer como independientes, y por poder, se puede, pero no estoy de acuerdo en que eso no tiene importancia, porque así se pierde su esencia. Se pierden pequeños detalles. En el caso de este libro, por ejemplo, descubrimos por qué la granja que aparece en «El color de la pasión» se llama La Granja de Merlín o la verdad sobre la identidad del misterioso artista apodado CAY.

Pero en todas las novelas me he encontrado detalles por el estilo, además de conocer a los antepasados o descendientes —según la época en la que transcurra la historia en cuestión— de varios personajes.

Por cierto, en alusión a dichos parentescos, en la página web de Jude Deveraux hay una árbol genealógico muy completo y claro de la familia Harcourt, fundadora de la ciudad de Edilean y de la que descienden la mayoría de ciudadanos de la población actual, emparentada por matrimonio con el resto de familias importantes en un momento u otro. Y es algo muy útil, porque esta serie intercala novelas históricas con novelas contemporáneas y es curioso ver su ascendencia o descendencia durante varias generaciones.

Eso es lo que más me gusta de esta serie, la idea de una gran saga familiar a través de las décadas. Y también es algo que Jude Deveraux ya ha puesto en práctica con las sagas de los Montgomery y los Taggert.

Sobre la serie tengo que decir que empezó bastante bien, con algunas incógnitas que resolver en los libros posteriores, o eso parecía, pero a cada libro me ha ido decepcionando y quedándose en historias simplemente entretenidas en general, pero con capítulos un poco pesados de por medio. Especialmente con esta novela y la anterior, donde todo es más bien inverosímil.

Este libro en concreto tiene como protagonista a la hija menor de los protagonistas del segundo, «Los días dorados». Es una novela que empieza bien, de forma un poco increíble, pero prometía una historia mejor que la anterior, sobre dos fugitivos inesperados y obligados a ayudarse. Pero tras unos capítulos ha empezado a parecerme pesada, lenta y algo aburrida, y me ha faltado química entre los protagonistas.

Su estilo es sencillo y fácil de leer, conserva ese aire a novela antigua que sobre todo se nota en las escenas de amor, pero el ritmo es algo lento y la historia resulta un poco repetitiva.

Cay me recuerda mucho a Carrie Montgomery, la protagonista de «Eternity». También es la niña mimada de una familia numerosa, antigua y respetada, aunque no tan caprichosa. Sin olvidar que su hermano mayor, Adam, es idéntico a 'Ring, el hermano mayor de Carrie, y tienen el mismo tipo de relación. Pero ya volveré sobre 'Ring después. Cay no me gusta especialmente, pero es que en esta serie los personajes tienden a dejarme indiferente o a caerme mal. Sin embargo, como el resto de personajes me han gustado menos, ella sale favorecida en la comparación. La verdad es que es una chica soñadora y en algún momento inspira ternura, pero es demasiado imprudente, y las protagonistas sin ningún tipo de sentido común no me dicen nada. O al menos nada bueno.

Alex no me ha gustado demasiado. Al fin y al cabo, es escocés. Bueno, ya tengo comprobado que los highlanders y yo sólo congeniamos en contadas ocasiones, aunque esta vez se trate de un escocés en América. Fuera bromas, él cambia tan rápido que parece que falte alguna escena. Empieza siendo un cascarrabias, después pasa sucesivamente por el gran amigo de Cay, su amante y un hombre enamorado. Hasta el papel de amigo la cosa iba bien, pero el resto no es creíble. ¿Amante? Pero si ni siquiera había atracción entre ellos, la excusa de «No me di cuenta de que me atraía tanto» está demasiado vista, es como si sucediera porque tiene que pasar en algún momento. ¿Y enamorado? Peor. ¿Cuándo ha sucedido? Es la misma excusa: «No me di cuenta de que estaba enamorado de ella». Y todo esto estando enamorado del amor de su vida como un adolescente, resulta um hombre demasiado ingenuo en varios sentidos.

Y hablando del amor de su vida he recordado la trama de suspense de la historia. Casi la olvido porque apenas tiene presencia en la novela, podía haber dado bastante juego porque era un enigma interesante, pero queda totalmente relegado hasta el final. Sin muchas explicaciones y, dado el tipo de relación de los protagonistas, habría preferido que el libro se basara más en esta trama que en la relación.

Sobre esta historia de amor tengo poco más que añadir. Los protagonistas no me gustan y no tienen química como pareja, su relación es forzada y su amor poco creíble hasta el final. Es como si hubieran metido esas escenas porque sin ellas no sería una novela romántica.

Antes he mencionado que Adam me recuerda mucho al hermano mayor de Carrie, 'Ring, porque los dos son seres perfectos y capaces de conseguir cualquier cosa, y así los ven sus respectivas hermanas. Cay tiene tres hermanos más, y los cuatro podían haber dado más juego dado sus diferentes caracteres, pero no tienen mucha presencia.

También hay algunos personajes pintorescos a lo largo de la historia, pero el único que me ha caído bien es Jamie, que pertenece a otra de las familias ancestrales de Edilean.

Esta serie empezó con un buen libro, pero ha ido decayendo con cada novela, con cada personaje. Secretos que se quedaban en nada, historias lentas... no se ha sacado todo el partido a la serie que prometía en su inicio. La presente novela mejora en algo a la anterior pero no pasa del mero entretenimiento, es de ésas que se olvidan al cerrar el libro. Sí, es una novela más o menos entretenida, pero después de leer «El aroma de la lavanda» esperaba que la serie tomara un camino diferente.