1870, Massachusetts, Nueva Inglaterra. La élite de Concord está a punto de admitir a un nuevo miembro: la joven Lucinda Caldwell, una hermosa muchacha mimada en exceso por su padre. Parece tener todo muy claro en la vida: se casará con su amor de la infancia, el hombre predestinado a convertirla en brillante organizadora de encuentros sociales.

Pero no es ese el destino que la espera, sino acabar en los brazos de un caballero sureño, Heath Rayne, que, desde que la vio, no ha podido dejar de pensar en ella y de desear que su noviazgo se rompa. Y ahora que Lucinda es suya, lo único que quiere es dedicarse a ella por completo. Sin embargo, el pasado de Heath impedirá que las cosas sean tan fáciles...

Las novelas que transcurren durante la Guerra de Secesión Americana o inmediatamente después, durante la Reconstrucción, tienen algo especial. No sé exactamente qué es, puede que sea el cambio de escenario de Inglaterra a América, o tal vez la huella de Scarlett O'Hara; pero tienen su encanto.

En estas circunstancias es muy común tener un protagonista de cada bando, cosa que da bastante juego a la trama porque sus distintos puntos de vista siempre los van a enfrentar de alguna forma. Pero no se puede decir que la autora se posicione por la gente del Norte o del Sur, porque se trata tanto la actitud de los norteños como la de las mujeres del Sur, ese carácter aprendido y forzado que tan típicamente sureño y que resulta antinatural.

Ésta es una de la primeras novelas de Lisa Kleypas, y se nota en su forma de escribir, pero también se hace reconocible su estilo. La historia tiene lugar durante la Reconstrucción en un estado del Norte, un tema que no es el habitual en esta autora, pero que está bien narrado y documentado. A pesar de ser una de sus primeras novelas, me ha gustado, y eso que a mí me costó encontrarle el punto a Lisa Kleypas. Aunque eso tampoco dice mucho, porque novelas suyas que se consideran maravillosas a mí no me han llegado. Pero es una historia bonita con dos protagonistas interesantes.

Aunque son protagonistas que podían haber dado más juego, y ahí es donde se nota que el libro es antiguo. Como también se nota en la percepción que tenemos de Heath, ya que se nos muestra poco su punto de vista, sus sentimientos, sus pensamientos... He echado en falta eso, aunque al final se revele lo que siente, durante la novela no conocemos mucho sobre él y al final me he quedado con una sensación de que no le llegamos a conocer del todo. Sigue siendo misterioso.

Lucy es una chica mimada del Norte pero no me ha parecido caprichosa en exceso, no lo bastante como para caerme mal, y, desde luego, no una chica bobalicona como su amiga Sally. El comportamiento de las mujeres es una consecuencia del momento histórico pero Lucy sabe reaccionar y madurar, cosa que otros personajes femeninos de la novela no hacen. Al principio tiene una actitud contradictoria que ni ella misma entiende, pero quiere comportarse como le han enseñado que debe hacerlo una dama. Es en la segunda parte de la historia cuando madura y crece su interés por los asuntos de Heath, por algo más que los cotilleos que se contaban en el pueblo de Concord. Entonces tiene una faceta más intelectual que me ha gustado mucho.

Heath es un personaje bastante misterioso, un sureño afincado en Nueva Inglaterra, y nadie entiende por qué no ha regresado junto a los suyos, puesto que no es una persona apreciada por todo el pueblo, más bien provoca recelos. Su aura de misterio se va desvelando durante la novela, su pasado y sus motivos a la hora de actuar como lo hace. Si bien Lucy tiene momentos para actuar con egoísmo, también los tiene Heath. Aunque Heath me ha gustado, a lo largo de la historia he ido estando más a favor de Lucy gracias a su evolución. Probablemente por el escaso punto de vista de Heath del que hablaba antes. En ocasiones, Heath era algo injusto con Lucy, o eso me parecía al no conocer sus razones hasta casi al final.

La historia de amor no está mal. Lucy tiene sus defectos, pero es justa con los demás y no le gusta la forma en que algunos habitantes de Concord tratan a Heath. Ella siente hacia él agradecimiento y una atracción correspondida. Es cierto que al principio tiene un aire a triángulo amoroso al estilo de «Lo que el viento se llevó», pero el tercero en discordia, el eterno prometido de Lucy, no tiene mucho peso en la trama. Y me gusta la relación que Lucy y Heath llegan a tener, porque se aprecia el cambo, cómo pasan de ser dos desconocidos a amarse, especialmente desde su llegada a Boston.

Los personajes secundarios están bastante estereotipados y son un punto desagradables, pero eso remarca que Lucy y Heath están hechos el uno para el otro y para vivir fuera de Concord. Daniel, el prometido, y Sally, la amiga de Lucy, personajes que, con su carácter cerrado, tengo claro cómo seguirán. Y no son los únicos, porque hay un personaje del que no hablaré mucho porque aparece al final de la novela, pero Lucy le gana la partida con toda la elegancia.

Sí voy a destacar a un personaje secundario que me ha encantado, y es Damon, el socio de Heath, un hombre de apellido prestigioso, estirado y cordial aunque frío. Pero con la amistad de Lucy y Heath cambia, y es una amistad que me ha conmovido en una escena al final. Me extraña un poco que Lisa Kleypas no haya escrito una novela para él, porque se la merece.

Es una novela sencilla pero entretenida, con unos personajes que no son perfectos pero tienen su encanto, aunque podían haberse aprovechado más, y un marco histórico muy interesante. A pesar de algunos detalles que no me han convencido y que ya he mencionado, me ha gustado más que otras novelas de esta autora.

Siempre teniendo claro que es una de las primeras novelas de Lisa Kleypas, y eso se nota, se puede decir que es una lectura agradable. Pero poco más.