Bueno, pues al final he encontrado un momento, así que a ver si puedo «traducir» a castellano común a nuestros farragosos académicos de la lengua y solventar algunas dudas sobre el uso de las comas.
De todos modos, quede claro que sólo me voy a referir a las comas «obligatorias», o a aquellos casos en que es obligatorio no ponerlas. El uso de la coma, en muchas ocasiones, es una cuestión estilística o intencional, y ahí cada uno que apañe como pueda.
La base parece simple: las comas indican una pausa breve en un enunciado. Insisto: breve. Hay mucha tendencia a usar comas como si fueran puntos, y os aseguro que no son intercambiables. Probad a leer en voz alta el párrafo. Por puro instinto, os pararéis donde hay un punto y respiraréis donde hay una coma.
En fin, vamos a lo que nos cuenta la RAE. Voy a ir poco a poco, porque son un montón de puntos, y si tenéis dudas, no os cortéis.
Empecemos con cuándo NO se usa coma:
—Nunca, jamás, por nada de este mundo, entre el sujeto y el verbo. Ni siquiera cuando os habéis pasado y habéis puesto un sujeto de doce mil palabras. Ni cuando usáis elementos separados por comas. Nunca. Never. Nie.
Si os curráis una frase tipo:
Las cazadoras que se paseaban por el subforo de estilos y no sabían cómo usar una coma en condiciones sin dudar estaban leyendo la explicación.
Pues os jorobáis y ahogáis al lector. O, más fácil, convertís una de esas frases en explicativas —si se puede— y así sí puede ser.
Las cazadoras, que se paseaban por el subforo de estilos y no sabían cómo usar una coma en condiciones sin dudar, estaban leyendo la explicación.
Pero, ojo, que no es lo mismo una explicativa que una especificativa, como os explico más adelante, y podéis cambiar todo el sentido de la frase.
Otra excepción se da cuando el sujeto es una enumeración que acaba con etcétera (o etc.). Ahí sí puede ir coma.
—No se escribe coma delante de «que» cuando actúa como consecutiva y va precedida de tan o tal.
La situación había llegado a un punto tal que era insostenible.
—No se escribe coma (y sé que es raro, pero es lo que hay) delante de pero cuando precede a una oración interrogativa o exclamativa
Pero ¿qué me estás contando?
Aquí Word intentará poner ese qué en mayúscula, pero no le hagáis ni caso. Word no sabe lo que se hace en el noventa por ciento de los casos gramaticales.
—No se usa coma tras el saludo en las cartas. Es un anglicismo. Los británicos que usen coma si quieren, pero nosotros usamos dos puntos.
Las explicativas y las especificativas.
La RAE le da un montón de vueltas a esto, pero lo único que tenéis que tener muy claro es cuando una frase o una palabra es explicativa o especificativa. Las explicativas siempre van entre comas. Las especificativas, nunca.
¿Suena a chino? No, veréis: una frase explicativa nos amplía una información, nos explica algo de la frase principal. Una especificativa, nos concreta algo, nos ayuda a discernir entre un conjunto.
Sí, ya sé, sigue sonando a chino, pero mirad el ejemplo:
Las cazadoras, confusas, no entendían la explicación.
Con esta frase, y el «confusas» entre comas, os estoy diciendo que estáis confundidas y no entendéis lo que digo. Es una explicativa. Aclara que no estáis comprendiendo la explicación, precisamente, porque estáis confusas.
Pero si digo:
Las cazadoras confusas no entendían la explicación.
Aquí la cosa cambia. De entre todas las que leáis esto, sólo las confusas no están entendiendo. Es una especificativa. Separa un grupo del total y le asigna una característica.
Ahí, cuando escribáis, vosotras mismas tenéis que saber cuál es el significado que queréis darle a la frase porque, como veis, varía la intencionalidad. ¿Estáis explicando algo o estáis intentando especificar una característica? Si es el primer caso, va entre comas. Si es el segundo, no.
Seguimos:
—También van entre comas las expresiones u oraciones de carácter accesorio, sin vinculación sintáctica con los elementos del enunciado en el que se insertan.
Menudo rollo, ¿no? Para nada. Todo ese lenguaje académico, lo que os está diciendo es que esas frases sueltas que no tienen nada que ver con lo que estáis diciendo, van entre comas.
Danna, qué pesada, la tía, nos está explicando cómo usar las comas.
Sí, soy una pesada, pero no tiene nada que ver con que os explique las comas, ¿lo véis? Es una expresión, una exclamación que, si la quitáis, la frase sigue ahí, tan tranquila. ¿Otro ejemplo? Ahí va.
Danna, por Dios, ya lo hemos entendido.
Hale, frasecita hecha a modo de exclamación, y comitas al canto. No sé si se ve claro, pero si dudáis, siempre podéis recurrir a un truco muy simple: si lo que va entre comas se puede quitar sin más, sin perder el sentido, es una explicativa, o una de estas expresiones. Y sí, van entre comas.
Enumeraciones.
Sigo con algo que parece sencillo y que estoy segura de que todas os sabéis: las comas separan los elementos de una enumeración.
Me compré un pantalón, una camisa, unos zapatos y un sombrero.
Fácil, ¿eh?
Pues no es tan fácil, porque si hay elementos complejos, se usa el punto y coma. ¡Ja! Os he pillado, ¿a que sí? Bah, no os preocupéis, no es tan complicado:
Me compré un pantalón, que me sentaba de maravilla; una camisa, que me costó muchísimo encontrar; unos zapatos rojos, con tacón y plataforma; y un sombrero.
Acordaos, eso sí, que en las enumeraciones, antes de la conjunción no va coma. Aunque no sea una y. Si es ni u o, tampoco lleva coma, ojo al dato.
Pero —sí, siempre hay un «pero»— os haya dicho lo que os haya dicho vuestra profe de gramática hispana, hay casos en que la conjunción puede ir precedida de una coma. Es más, no sólo puede, sino que debe.
A ver si puedo explicarlo: no se pone coma cuando se enumera, cuando se usan elementos gramaticales equivalentes, cuando no hay «preferencia» entre unos y otros. Pero en otros casos sí puede usarse.
Por ejemplo, cuando estáis enumerando, pero se añade una oración que no tiene que ver con la enumeración.
Compré un bolso, unos zapatos y un vestido, y los pagué con tarjeta.
Está claro que pagarlos tiene que ver con comprarlos, pero no con la enumeración de lo que habéis comprado, así que ahí, por mucho que haya una conjunción, va una coma. Pagarlos, del modo que sea, no tiene nada que ver con las cosas que habéis comprado. No es un elemento más en la enumeración, vamos.
También se usa coma cuando son enumeraciones complejas separadas por punto y coma. Pero ahí, si os liáis, podéis poner el último elemento separado por un punto y coma y tira millas.
También se pone coma cuando el último término es una consecuencia:
Danna explicó el uso de las comas a las pobres sufridoras, ellas lo entendieron, y todas fueron mucho más felices.
Sí, lo sé, parece una enumeración, pero el «todas fueron mucho más felices» es, en realidad, consecuencia de lo anterior, así que puede llevar —y de hecho lleva— una coma que la precede.
No es obligatorio, pero se puede usar coma, cuando y tiene valor adversativo. Vamos, cuando lo podéis cambiar por pero.
Yo se lo advertí, y no me escuchó.
Y cuando hay oraciones coordinadas un poco largas y tienen distinto sujeto.
Las chicas que estaban intentando entender cómo se usan las comas se estaban hartando, y Danna decidió dejarlo por el momento.
Aunque parezca que es una enumeración, no lo es. Son dos oraciones coordinadas con dos sujetos distintos, así que se puede usar la coma para hacer una pausa. Sin embargo, no es obligatorio, así que podéis decidir ahogar a quien os lea y no ponerla, no pasa nada.
Y, claro, si hay una explicativa, va entre comas, como ya os dije antes, aunque le siga una conjunción. Pero eso no tiene nada que ver con las conjunciones, es que las explicativas van entre comas y punto, no hay más vueltas que darle.
Los vocativos.
A ver, la norma está clarísima:
—Se aíslan entre comas los sustantivos que funcionan como vocativos, esto es, que sirven para llamar o nombrar al interlocutor.
Danna, cállate ya.
Chicas, no es tan difícil.
Sasha, reconoce que estabas esperando este apartado.
Sí, señor/ No, señora/Sí, mamá/No, idiota.
Por supuesto, querida, lo haremos.
Hola, gente.
Los nombres, los adjetivos que se usan para llamar a alguien, los apodos…, todo eso, se encierra entre comas. TODO. Aunque no haya pausa. Aunque os parezca que no es lógico: va entre comas. Y ahora no me separéis el sujeto del predicado con comas, haced el favor, que no es lo mismo. Se refiere a cuando estáis llamando o nombrando a alguien, no cuando ese alguien realiza la acción.
Interjecciones.
Una fácil: las interjecciones van entre comas. Todos esos «ay, Dios mío», «pobre de mí», «qué lástima», «qué me estás contando», son interjecciones y van entre comas y punto. No hay que darle más vueltas.
Otra fácil: las elipsis van entre comas.
Cuando os «coméis» un verbo, imaginad que ponéis una coma en su lugar:
Su hijo mayor es rubio; el pequeño (es), moreno.
Los que tengan invitación (pasen), por la puerta principal.
Oraciones distributivas y disyuntivas.
Pues eso: se escribe coma delante de cada coordinada que encabezada por adverbios correlativos que funcionan como conjunciones distributivas o disyuntivas.
Ya, ya sé, no os acordáis de qué era eso. Pues cosas como «bien..., bien...; ora..., ora...; ya..., ya... »
Haremos la fiesta bien en tu casa, bien en la mía.
Me gusta ese tío, ya sea vestido de traje, ya de vaqueros.
Y cuando es la correlación disyuntiva «o bien… o bien» aunque se escriba como simplemente o:
Después de todo este rollo, o bien entendéis las comas, o (bien) no.
Se separan por comas las oraciones yuxtapuestas de sentido distributivo
Unos se ganaban la vida cazando, otros pescando, los más cultivando los campos.
También las expresiones correlativas que reproducen un mismo esquema gramatical, propias de dichos populares o fórmulas fijas:
Hecha la ley, hecha la trampa.
Ojo por ojo, diente por diente.
Excepto, salvo y menos.
Pues eso: que delante de esas palabras es conveniente escribir coma.
Lo he entendido todo, excepto las disyuntivas.
Todo esto es un rollo, menos las interjecciones.
Conjunciones o locuciones conjuntivas que unen oraciones de una compuesta.
La norma dice que va coma ante las adversativas introducidas por pero, mas, aunque, sino; ante las consecutivas introducidas por conque, así que, de manera que; ante las causales de enunciación…
Menudo rollo, ¿no? Pero básicamente lo que viene a decir es que las oraciones adversativas y consecutivas van unidas por comas. Vamos, que si va una conjunción adversativa o una consecutiva, coma al canto.
Haz lo que quieras, pero después no vengas llorando.
Se lo dije, pero no me escuchó.
Eres un vago, así que no te quejes.
Pero, ojo al dato, con lo que os decía de las causales «de enunciación»: si decís
Ha llovido, porque está el suelo mojado.
Lo que queréis decir es que estáis haciendo una «deducción». Veis el suelo mojado, así que deducís que ha llovido. Es una causal de enunciación, así que va entre comas. Pero si estáis afirmando que esa es la causa
El suelo está mojado porque ha llovido.
No va coma, ¿de acuerdo? Vamos, que Sherlock está lleno de causales de enunciación, por mucho que él piense que son causales puras.
Copulativa intensiva
El famoso «no sólo…, sino»
Consiguió cabrearme no sólo a mí, sino a todas.
Oraciones con el orden regular alterado.
Cuando le cambiáis el orden habitual a una frase y ponéis delante del verbo elementos que, de forma natural, suelen ir después, va coma en varias ocasiones.
—En las oraciones simples, cuando los complementos circunstanciales preceden al verbo, salvo que sean muy cortos.
A ver, lo normal es decir:
La convivencia era idílica en los calurosos días de principios del verano.
Pero si lo hacemos al revés:
En los calurosos días de principios del verano, la convivencia era idílica.
Pues se pone una coma para indicar que el circustancial va antes del verbo. Pero, ojo, que si es cortita la frase, no se hace.
Estudio mejor en casa/ En casa estudio mejor.
Cuanto más larga sea la frase cuyo orden se altera, más preferible es poner una coma.
—En las oraciones compuestas, cuando la subordinada adverbial precede a la principal.
Vamos, que lo normal sería:
Avísame si llegas tarde.
Pero si cambiamos el orden:
Si llegas tarde, avísame.
Pues pones coma. Y como antes, si la frase es corta (como en el ejemplo) puede ponerse la coma o pasar de ella.
Mogollón de comas que no creo que necesiten explicación.
—Se escribe coma detrás de determinados enlaces como esto es, es decir, a saber, pues bien, ahora bien, en primer lugar, por un/otro lado, por una/otra parte, en fin, por último, además, con todo, en tal caso, sin embargo, no obstante, por el contrario, en cambio y otros similares, así como detrás de muchos adverbios o locuciones adverbiales que modifican a toda la oración y no solo a uno de sus elementos, como efectivamente, generalmente, naturalmente, por regla general, etc.
—Se escribe coma detrás de los complementos encabezados por locuciones preposicionales de valor introductorio, del tipo en cuanto a, respecto de, con respecto a, en relación con, con referencia a, a tenor de, etc. De la misma manera, se pone coma detrás de los elementos encabezados por locuciones preposicionales o adverbiales de valor condicional, concesivo, final, causal, etc.: en ese caso, a pesar de todo, para eso, aun así
—Se escribe coma delante de una palabra que se acaba de mencionar cuando se repite para introducir una explicación sobre ella.
Nos dio un montón de explicaciones, explicaciones que, después de unos días, olvidamos.
—La palabra etcétera (o su abreviatura etc.) se separa con coma del resto del enunciado
Los libros, cajas, vestidos, etcétera, van en ese baúl.
—Se escriben entre comas los sobrenombres o seudónimos cuando se mencionan tras el nombre verdadero.
José Martinez, Azorín, perteneció a la generación del 98.
Al contrario que estos, los sobrenombres que no pueden utilizarse solos, sino que deben ir necesariamente acompañados del nombre propio, se unen a este sin coma: Alfonso II el Casto, Guzmán el Bueno, Lorenzo el Magnífico.
—Es conveniente escribir entre comas la mención del autor cuando se pospone al título de la obra: La escultura El pensador, de August Rodin, es la más conocida de su autor.
—En la datación de cartas y documentos, se escribe coma entre el lugar y la fecha: Santiago, 8 de enero de 1999; En Cartagena, a 16 de marzo de 2000; o entre el día de la semana y el del mes: Lunes, 23 de enero de 2002.
—En las direcciones, en España se escribe coma entre el nombre de la calle y el número del inmueble: Calle del Sol, 34; Avenida de la Constitución, número 2.
—Se separan mediante coma el nombre de una colección y el número del volumen correspondiente: Biblioteca de Autores Españoles, 24; Colección Melibea, 5.
—Se usa la coma para separar los componentes de un nombre o expresión cuando, para integrarlos en una lista alfabética (bibliografía, índice, etc.), se ha invertido el orden normal de sus elementos:
Bello, Andrés: Gramática...
Cuervo, Rufino José: Diccionario de construcción...
acentuación, reglas de
puntuación, signos de
Distinción de sentidos.
Se usa la coma para distinguir entre sentidos posibles de un mismo enunciado. Una misma secuencia de palabras puede tener varios significados dependiendo de cómo esté puntuada. Y aquí es donde tenéis que tener muy claro lo que queréis decir y cómo puntuarlo, porque no son normas, sólo sentido común que no puedo explicar. Por ejemplo:
Me he vestido, como me indicaron (me indicaron que me vistiera)
Me he vestido como me indicaron (me indicaron cómo debía vestirme).
Si no se coloca coma detrás de mientras, esta palabra es conjunción:
Mientras hizo lo que debía y todo salió bien, no hubo problemas
Si va seguida de una coma, es un adverbio de tiempo:
Mientras, hizo lo que debía y todo salió bien.
Algo parecido ocurre con luego, que puede ser adverbio (‘después, más tarde’): Yo no estuve allí luego, me lo perdí; o conjunción consecutiva (‘así que, por lo tanto’): Yo no estuve allí, luego me lo perdí. De la misma manera, el adverbio así pasa de ser un conector oracional cuando va seguido de coma (‘entonces, por consiguiente’): Así, no hubo quien lo convenciera, a ser un modificador verbal cuando no la lleva (‘de esa manera’): Así no hubo quien lo convenciera.
Usos no lingüísticos
En las expresiones numéricas escritas con cifras, la normativa internacional establece el uso de la coma para separar la parte entera de la parte decimal. La coma debe escribirse en la parte inferior del renglón, nunca en la parte superior: π = 3,1416. Pero también se acepta el uso anglosajón del punto, normal en algunos países hispanoamericanos: π = 3.1416.