Ángel sin alas - Gena Showalter
SinopsisSe llamaba Koldo. Estaba traumatizado, pero era poderoso, y tenía un legendario control sobre sí mismo. Solo vivía para vengarse del ángel que, cruelmente, le había arrancado las alas. Sin embargo, si se rendía por completo a las fuerzas del odio, se condenaría para toda la eternidad.
Nicola Lane había nacido con una enfermedad cardíaca; sin embargo, aquella humana frágil demostraba una asombrosa fuerza para enfrentarse a los demonios que la acechaban y trataban de acabar con ella. Era la clave de la liberación de Koldo... y su ruina. Aunque él luchó contra el deber, el destino y su primer y adictivo encuentro con el deseo, su batalla más difícil iba a ser la que tuviera que librar por la vida de Nicola, en la que incluso podría tener que sacrificar la suya...
ValoraciónSegundo libro de la serie «Ángeles oscuros».
Reconozco que cogí el libro con reticencia, así que no sé si por eso no me he llevado la sorpresa negativa que esperaba. Tras leer el primer libro —el cual me gustó bastante—, recibí algunos comentarios sobre que era cosa de ese libro; que el resto decaían. Pues bien, es cierto que no me ha gustado tanto como el primero, pero lo he disfrutado desde la primera página.
Del hilo argumental, no sé muy bien si es por cosa del personaje, pero sí he sentido que se ha descolgado un poco de la trama de los ángeles caídos que necesitan controlarse para evitar ser expulsados del cielo. Con el libro de Zacharel, se sentía más esa inminencia de que pudiera ser expulsado por los pensamientos y emociones de él que entraban en conflicto con las órdenes del Más Alto. En éste, sin embargo, no. Koldo, aunque lo menciona de pasada, no parece que tenga ningún problema con seguir las órdenes de no dañar a un humano bajo ningún concepto. Supongo que por eso, tampoco me ha quedado claro qué hace ahí siendo un integrante del grupo de «ángeles renegados a punto de caer». No puede ser por su pasado porque fue antes de convertirse en un Enviado. Y en vista de que no parece tener nada más turbio aparte de eso, pues me ha dejado sin saber qué pinta ahí.
Aparte de esa desconexión que le veo con la trama de fondo, el resto se ha conducido como una historia de amor más, pero con sus complicaciones, obvio. Koldo es un mestizo de ángel y demonio. Su madre, que sorprendentemente es el ángel de esa ecuación, le hace pagar a su hijo los orígenes del padre. Entre otras cosas, un desprecio absoluto y el hecho de arrancarle las alas en una época en la que no podía regenerarlas. Cuando ya, se harta del todo, le envía con la gente de su padre —los que sí son demonios— y se termina de cerrar el círculo en la formación de la personalidad de Koldo.
Koldo es un hombre que nunca ha sentido cariño, por tanto, lo busca. Tiene la autoestima bastante baja por ser un Enviado cuando corre sangre demoníaca por sus venas. No siente que merezca lo que tiene, pero no reniega de ello. Igual que tampoco reniega de Nicola cuando se la encuentra, aunque crea que no se la merezca. He visto muchos personajes con pasados turbulentos que se pasan el libro denigrándose y «lloriqueando» en todas sus páginas. O personajes que teniendo un pasado malo, lo ponen de excusa de las acciones que llevan a cabo. Koldo no llega a esos extremos. Si bien se queja por su pasado, en realidad es bastante considerado con los que le rodean. Ya lo demostró en el libro anterior cuando consiguió agua de la vida para un compañero de armas, y aquí lo vuelve a demostrar cuando sacrifica cosas para la hermana de Nicola —la cual no se merecía esos sacrificios, por cierto— sólo para tener contenta a Nicola. Es un hombre atento que se preocupa de la seguridad de Nicola y de conseguirle cualquier cosa que necesite. Es algo que me ha gustado mucho de su personaje —no el hecho de que trate bien a Nicola que es algo propio de los personajes masculinos de novela romántica, sino el que se sobreponga a su pasado sin el factor exclusivo de encontrarse con la protagonista.
Nicola, por su parte, es una mujer con una cardiopatía grave. Una enfermedad agravada por el continuo envenenamiento de su alma por los demonios que la rondan. Su hermana gemela ha sucumbido a ellos y está al borde de la muerte. Mientras que Nicola es una persona optimista, Layla es todo lo contrario. Ésa es la gran diferencia que se encuentra Koldo al influir en sus vidas: que mientras a Nicola le puede enseñar a rechazar a los demonios y recuperar su salud, Layla cree que son tonterías y por eso tienen que «arreglarle» la salud por mecanismos externos y que conllevan sacrificios para Koldo por tener a Nicola contenta. El personaje de Layla es un lastre con todas las letras, pero también es cierto que sin él, no se habrían conocido. Aun así, Layla sigue siendo un personaje que te pasas el libro esperando que desaparezca —al menos yo—. Importuna más que el pasado traumático de Koldo, que ya es decir.
Durante el libro, como se ve la perspectiva de Nicola sobre su hermana, en todo momento te la está poniendo como «la gemela guay». Pero de «gemela guay» tiene más bien poco. Son como polos opuestos. Mientras que una es irresponsable —lo que Nicola traduce como que, ya que sus vidas van a ser cortas, Layla se dedica a vivirla—, la otra es responsable —la que tiene dos trabajos para que su «gemela guay» viva bien y pagar sus facturas médicas—; donde una es débil —lo que Nicola traduce como que en realidad es fuerte porque se sobrepone a más recaídas que ella—, la otra es fuerte —aunque para Nicola no tenga mérito porque para ella, no está tan enferma como su hermana—; etc. Si con las acciones de Nicola durante el libro no te queda claro cómo es su personaje, la constante comparación con la «gemela guay», te lo deja cristalino.
La relación entre los protagonistas avanza con bastante rapidez a pesar de las adversidades. Pero es que los protagonistas no andan dando vueltas sobre si la relación es apropiada o no. Lo tienen bastante claro, aunque no estén seguros de lo que siente el otro. Las vueltas que dan son más por no saber si el otro quiere lo mismo, que por sus propios sentimientos. Así que no nos encontramos uno de esos libros de «yo, triste mortal, ¿qué hago con un ángel?» vs. «yo, Enviado traumado, no me merezco cariño de nadie». Lo cual se agradece, para variar. Supongo que ése es uno de los puntos a favor que estoy viendo en esta saga.
Del resto de personajes, menos el compañero Axel que le asigna Zacharel y que aparece por más partes del libro, el resto no salen mucho. De hecho, cuando más salen es al final para dejar la trama colgada hacia el siguiente libro. Aun así, te va dando migajas para querer saber más de ellos, que teniendo en cuenta cómo se queda el final del libro, sólo espero que el siguiente no tarde mucho en publicarse.
De momento, sólo puedo decir que esta serie va con buen pie.