Sinopsis

Destrozada tras descubrir que su marido y novio desde la infancia le es infiel, Inés Santaolalla se divorcia y decide darle un giro de ciento ochenta grados a su vida. Mientras su hermana y su madre piensan que está trabajando en una sucursal de su banco en Nueva York, ella, como su admirada heroína de la novela de Muriel Barbery, acepta el empleo de portera en un inmueble de la calle Lagasca en Madrid, una especie de universo paralelo poblado de seres a cuál más extravagantes.

Inés está convencida de que aquella oscura portería, además de ser un lugar inmejorable donde lamerse las heridas que aún supuran de su matrimonio, será el escenario perfecto para terminar la novela que lleva varios años escribiendo.

Sin embargo, con lo que Inés no cuenta es con el propietario del 6º derecha, un atractivo doctor que hará todo lo que esté en su mano para que ella vuelva a confiar en los hombres y en el amor.

Valoración:

Este es el primer libro que he leído de la autora y la impresión que me ha dado ha sido bastante buena. Como lectura ideal para pasar unas horas divertidas y entretenidas, sumergida en una lectura ligera y sin más objetivo que la de distraernos cuando no se sabe qué leer y apetece algo que no haga pensar mucho, simplemente pasar el rato.

Con un estilo ameno y donde los acontecimientos se suceden como si de una comedia se tratara, con un poco de misterio que no es sino una excusa para crear situaciones algo surrealistas y que te sacan una sonrisa mientras lees.

La protagonista, Inés, decide dar un cambio radical a su vida y, por un año, dedicarse a escribir un libro mientras trabaja como portera, pero no una cualquiera sino una con una personalidad muy peculiar.

Junto a la protagonista, un grupo de personajes vecinos del inmueble, un par de amigos de la protagonista y su hermana formarán un tándem que hace del libro a veces una comedia algo disparatada y surrealista, con un vecino misterioso y un posible caso de asesinato por medio, que no es sino la excusa para lidiar más con las situaciones que se producen.

Con una hermana a la que le va todo lo esotérico y hippie; una amiga que quizás es la más normal del grupo; un amigo de una amiga que cultiva y vende marihuana; un vecino médico que está buenísimo y además es viudo, con lo que es perfecto como pareja de la protagonista; la hija de ese vecino; una adolescente con sus problemas propios de la edad que se convierte en amiga de Inés; una vecina que fue una gran actriz, pero ya está retirada, y vive de sus recuerdos; un vecino misterioso del que saben poco pero creen que puede ser un asesino en serie; la madre de Inés; y también un ex-marido al que no quiere ni ver y que le ha provocado un desengaño tan grande que cree que no podrá conocer a ningún hombre en el que pueda confiar y volver a enamorarse.

Todo un plantel de personajes que hacen de esta novela una lectura para pasar un buen rato, con humor, que me ha recordado a las series de televisión que, aunque un tanto irreales en sus argumentos, sirven para disfrutar mientras se ven. Como en este caso, que es un libro corto y no llega ni a las trescientas páginas.

Hay continuas referencias al libro «La elegancia del erizo», del que saca algunas ideas, como el romance entre una portera y un vecino del inmueble. No he leído ese libro, así que no sé si hay más semejanzas más allá de las que la propia Inés menciona, pero, desde luego, me ha dejado con ganas de leerlo si la de ese libro es una lectura tan ligera y divertida como ésta.

Un argumento perfecto para llevarlo al cine como película romántica, típica para pasar la tarde. Como libro no tiene más pretensión que dar unas horas de agradable lectura, no será uno de los que recuerde con el tiempo pero, desde luego, mientras lo he ido leyendo me lo he pasado estupendamente.