sinopsis
Caroline ha empezado una nueva vida. Acaba de llegar a San Francisco con su gato Clive para trabajar como diseñadora de interiores. Con lo que no contaba es que esta excitante experiencia incluiría a su vecino, Simon, de quien le separa únic amente unas paredes tan finas como papel de fumar. Noche tras noche, Simon y sus «amigas» la despiertan con ruidos escandalosos... No solo oye la cama golpeando rítmicamente la pared sino también los gritos de éxtasis. Lo peor de todo es que esta situación no hace más que recordarle que está en dique seco... Simon «el seductor» la obsesiona hasta tal punto que, después de haber sido testigo de una sesión particularmente apasionada, decide tomar cartas en el asunto. Pero no esperaba sentirse atraída por ese delicioso y exasperante semental... Pronto serán sus fantasías lo que la mantendrán en vilo.
Reseña
Me cuesta bastante escribir esta reseña porqué no se muy bien por donde empezar.
El libro no ha sido para nada lo que me esperaba, a parte de tener una traducción malisima, la historia es aburrida, cansina y repetitiva.
La autora a cogido unos personajes y una situaciones de las que podria a ver sacada una gran historia y lo que ha creado a sido un cliché.
El libro empieza con caroline recién mudada a su nuevo piso con su gato clive.
Se despierta a media noche porque se le cae un cuadro en la cabeza, gracias a las actidudes amatorias de su nuevo vecino, cuyas compañias de cama tiene curiosas formas de llegar a la cuspide.
Simón el seductor, es un joven de 28 años fotografo y que se pasa la vida viajando por el mundo, por lo que no quiere tener una relacion larga, sino que a conseguido mantener un curioso equilibrio con tres amigas. (azotes, purina y risitas).
Estos dos tendran una relacion de amor odio, hasta que llega un punto en el que deciden tablar amistad.
Como he dicho esta novela tenia todos los elementos para hacerme pasar un gran rato y echar unas risas, pero no ha sido asi para nada, al contrario, me he encontrado mirando las páginas que quedaban para el final, ya que siempre me niego a dejar un libro, y rezando para ver si mejoraba. Mi gozo en un pozo.