EL CORAZÓN DE LA TORMENTA. - PORTADA:
¿Podría convencerla de que junto a él encontraría la felicidad?
Rachel Emmons escapó de su violento matrimonio en busca de paz y acabó refugiándose en los brazos de Ben Mitchell, el hombre que la rescató de las profundidades del océano y la convenció de que debía tratar de curarse.
Los habitantes de la isla afirmaban que Ben había sacado una sirena del mar, y él no se esforzó en negarlo. Lo cierto era que Rachel tenía la belleza de una sirena, algo que ni siquiera podía ocultar tras su luto de viuda. Y las magulladuras de su cuerpo daban fe de los oscuros secretos que había tratado de sumergir bajo las olas.
LA ESPOSA PERFECTA.
Jenna Winslow sabía que las mentiras y los secretos no eran buenos ingredientes con los que comenzar un matrimonio, pero ¿qué otra cosa podía hacer una mujer huyendo del escándalo como hacía ella? ¿Quién iba a querer a una chica sin estudios y con un pequeño ilegítimo a cuestas? Desde luego, no sería el ranchero Rowe Mercer, un hombre exigente... y guapísimo.
Rowe Mercer era un ex cazador de recompensas que había pasado toda la vida enfrentándose al peligro, pero en aquel momento no deseaba otra cosa más que tranquilidad. Cuando llegó Jenna Winslow, la novia que había pedido por correo, se preguntó si aquella mujer era de verdad la respuesta a sus oraciones. ¿Tendría algún futuro la relación entre un ángel refinado como ella y un hombre deseoso de olvidar su pasado?
LA PROMETIDA DE OTRO.
¿Había ardido su pasión hasta consumirse por completo?
Estando comprometida con otro hombre, Alanna Patterson decidió volver a encender cualquier rescoldo de deseo que Caleb Pitt hubiera dejado en ella. ¿Podría su robusto capitán, convertido en un solitario farero, rescatarla de un mar de pesares? ¿O la tragedia habría ahogado cualquier esperanza de un amor duradero?
Caleb Pitt había creído una vez que el amor era eterno como el mar porque Alanna Patterson había prometido amarlo para siempre. Pero, a pesar de su palabra, lo había abandonado para que se ahogara en la desgracia. Ahora, años más tarde, Alanna volvía a buscarlo, tan hermosa y seductora como una sirena...