Después de una tragedia familiar, la antigua estrella del fútbol americano, Jack McGarry, se había mantenido alejado del mundo; algo muy difícil de conseguir en el cordial pueblo de Fool’s Gold, donde se había trasladado su empresa de publicidad.

Larissa Owens sabía que Jack solo la veía como uno más de los chicos e, independientemente de lo que su corazón deseara, él era su jefe, no su novio. Pero, entonces, su gran secreto fue revelado por... ¡su madre! Cuando Jack descubrió la verdad sobre los sentimientos de Larissa, de pronto, sentir el roce de sus manos se convirtió en algo tentador, algo a lo que no estaba seguro de querer resistirse. Aunque si cedía ante el deseo, posiblemente también habría sufrimiento...

Décimo quinto libro de la serie «Fool's Gold».

Siguen los romances de los socios de la empresa de publicidad Score, fundada por tres antiguos jugadores de fútbol americano y la mejor amiga de los tres. En esta novela la trama se centra en Jack, uno de ellos, y su asistente personal, Larissa. Los dos llevaban un par de libros apareciendo como secundarios y era evidente que iban a acabar juntos.

El romance de esta pareja ha sido un poco distinto a cómo me había imaginado, no pensaba que fueran tan amigos como han dejado ver aquí. Incluso cenan juntos en casa de uno de los dos varias veces a la semana y ella es la encargada de los regalos de despedida de las amantes de él —este detalle me ha parecido hasta un tanto victoriano—. Aunque ellos dos nieguen durante parte del libro que no hay ningún sentimiento amoroso porque de verdad creen eso, para mí estaba claro, por comentarios de Larissa, que ella estaba enamorada de Jack desde hacía tiempo y que anhelaba sus besos; no así a la inversa.

Larissa no sólo es la asistente de Jack, también es la masajista de los cuatro socios de Score; tiene una combinación de tareas curiosa. También es una adicta a las causas benéficas, como ha quedado claro en diversas ocasiones, y ése era el rasgo que más la definía antes de empezar este libro, cuando poco se sabía de ella. Este aspecto altruista es un poco cargante a veces, cuando pone en peligro a un vecino por salvar a unas serpientes o cuando le llena a Jack la casa de animales sin pedir permiso ni avisar —desde varios perros de pelea hasta un búho, y porque rechaza meter un león—. Como bien dicen en alguna ocasión, Larissa se esconde tras sus causas para no afrontar su vida personal.

Jack es casi demasiado tolerante con Larissa y tiene un carácter afable y tranquilo, pero esconde un lado atormentado en su interior a causa de su pasado, algo que le impulsa a intervenir en las causas de Larissa para mitigar una culpabilidad que no le pertenece. Eso también le impide ser feliz porque no se cree con derecho a ello, por eso sólo busca relaciones superficiales y pasajeras, y puede ser hiriente con las personas que más quiere para alejarlas de él en un afán autodestructivo. Por suerte para Jack, tiene varias personas que le quieren.

Con esta historia no tenía las expectativas muy altas porque esta pareja no es de mis favoritas, principalmente por Larissa, que tiene un carácter altruista de una forma que, paradójicamente, puede llegar a ser egoísta en ocasiones. Además, me parece que su plan para desenamorarse de él no tiene ninguna lógica.

Pero la historia también tiene escenas cómicas, como cuando Jack empieza a verla de otra forma y tiene reacciones indeseadas durante los masajes.

De nuevo los personajes secundarios más relevantes son los socios de Jack, y me gusta mucho la relación que hay entre Jack y Taryn. Sin olvidar a viejos conocidos, pero también hay nuevos vecinos en Fool's Gold.

La historia en general es entretenida, aunque ésta no es una pareja cuyo romance me interesara especialmente. La trama me ha gustado más durante la primera parte, cuando luchan contra sus sentimientos, que cuando después son pareja. Aun así deja algunas buenas escenas y siempre es interesante ver a los habitantes de Fool's Gold.