Después de una infancia llena de dramas y angustia, Destiny Mills quiere una vida tranquila y segura. Todo lo que Kipling Gilmore no es. Preparar al equipo de búsqueda y rescate de Fool’s Good la coloca a diario en una deliciosa cercanía con Kipling, que en otro tiempo fue un esquiador profesional de primera clase. Parte de ella anhela dejarse llevar por una vez en su vida... mientras que el resto teme por lo que puede pasar si lo hace. Aunque un accidente puso fin a su carrera deportiva, Kipling continúa viviendo para las emociones y una apasionada aventura con una pelirroja tan maravillosa como Destiny sería una agradable diversión. Pero, bajo la fría fachada de su nueva compañera de trabajo, se esconde una mujer que necesita más de lo que él ha ofrecido nunca. Con ella, está dispuesto a correr el riesgo. Pero el amor, al igual que el esquí, es una cuestión de confianza y, antes de lanzarse, tienes que estar dispuesto a caer.

Décimo sexto libro de la serie «Fool's Gold».

Como el protagonista de esta novela me causó buena impresión en su presentación, me alegra poder decir que me he divertido leyéndola y que ha pasado a ocupar un lugar en mi podio personal de libros favoritos de esta entrañable serie.

Lo cierto es que las últimas entregas me parecieron un poco flojas, ya sea porque prometían más o porque no me acababan de gustar los protagonistas, y el arco relativo a Score no me entusiasmó. Pero esta nueva historia ha compensado la espera.

Kipling me gustó desde su breve aparición hace un par de libros, cuando la alcaldesa Marsha lo reclutó para dirigir el nuevo equipo de búsqueda y rescate de Fool's Gold. Y me ha gustado mucho como protagonista, la personalidad que tiene aun siendo un medallista olímpico a quien se le truncó su carrera tas un accidente. Me gusta que no sea un engreído, pero que tampoco menosprecie lo que consiguió; que no sea un amargado por renunciar a su sueño cuando estaba en la cima, pero que tenga sus momentos de añoranza. Y me gusta su instinto protector con su hermana Shelby y sus ganas de solucionar problemas; y su amistad con Destiny, su deseo de ayudarla y de apoyarla. Por su infancia no cree en las palabras porque es fácil romperlas, sólo cree en los hechos que se pueden demostrar. Todas esas virtudes compensan los defectos que pueda tener.

Destiny es una especie de Pocahonttas country. Por un lado, ama la naturaleza por haber vivido su infancia y juventud en las montañas; por el otro, sus padres son dos ídolos country. Dos artistas con mucho talento, pero demasiado apasionados para el carácter tranquilo de Destiny y las infidelidades y las peleas que presenciaba desestabilizaron su infancia. Por eso intenta ser lo contrario a ellos, no quiere llevar una vida como la suya y huye de su talento musical y de la pasión. Tiene un plan sobre un matrimonio sensato en el que sólo habría sexo para procrear, un plan que siempre suena mejor en su cabeza que expresado en voz alta. Su plan empieza a complicarse cuando se convierte en la tutora legal de su hermanastra adolescente y, sobre todo, cuando conoce a Kipling.

La historia de amor de Destiny y Kipling me ha encantado, ellos trabajan juntos para poner en marcha el proyecto HERO, el equipo de búsqueda y rescate, y Destiny sólo piensa quedarse hasta que esté en funcionamiento. Ese tiempo limitado hace que Kipling se plantee una aventura con ella, pero Destiny no quiere aventuras ni sorpresas. Sin embargo, la amistad, la química y la compenetración los unen y se hacen inseparables. Kipling empieza un plan de seducción mientras Destiny intenta huir de él, pero al mismo tiempo se preocupa por ella.

Me ha parecido un romance muy tierno y romántico con un aire country muy sexy. Y muy apasionado, a pesar de que Destiny quiera reprimirse.

Además, encontramos a habitantes conocidos de Fool's Gold y algunos nuevos, como la presentación de los hermanos Mitchell. También son importantes la presencia de Shelby, la hermana de Kipling; y la de Starr, la hermana de Destiny, que tiene un flechazo con el hijo de los protagonistas de otro libro anterior.

El toque cómico viene dado por la iniciativa de Kipling, junto a otros hombres del pueblo, de poner un bar masculino en Fool's Gold. Y ya sabemos que el bar  del lugar siempre ha sido el bar de Jo.

Me ha gustado tanto que habría estado bien que tuviera un par de páginas más dedicadas a la feliz pareja, y no un final tan abrupto, cosa que, por otro lado, es habitual en esta serie. Es el único inconveniente que le he encontrado.

He disfrutado mucho de este libro, lo esperaba porque me gustaba lo que sabía del protagonista, pero me ha sorprendido agradablemente de todas formas. La historia ha sido una de las que más me ha gustado y la pareja ha pasado a ser una de mis favoritas. Tiene momentos cómicos y emotivos, y también uno de los besos más bonitos que recuerdo en esta serie, no me ha costado nada visualizarlo.