Siempre me pasa con las novelas más cortas... me quedo con ganas de más, parece que te falta más trama para poder conectar con la historia.
La forma de escribir de la autora me ha gustado, es sencilla y amena.
La primera parte del libro consigue atraparte, plantando la sospecha de cual es el secreto, pero sin llegar a desvelarlo.
El problema ha sido la actitud del protagonista,
y eso son cosas muy personales.
Su actitud es demasiado radical, su comportamiento, aunque amparado por el dolor que sufre, demasiado cruel, tanto, que no he logrado sentir empatía por él. Y llegado ese momento, tenía tantas ganas de que Isabel lo mandara a paseo, que tampoco he entendido su infinita paciencia.
Quizás con más explicación sobre los sentimientos de Gaspar hubiera podido entender más su comportamiento y apreciar más el personaje, que no me ha caído nada bien (soy muy especial jajaja), lo cierto es que esos cambios de caliente a frío y de frío a caliente me han tenido muy descolocada.
El tema del jazmín me ha gustado.
Es una lectura entretenida, sin grandes complicaciones que te dura un suspiro, pero no me ha resultado una historia bonita, la verdad... es de esas historias en las que hubiera preferido que la protagonista pasara de él.
No creo que su pasado justifique lo mal que se porta con los que le quieren e intentan ayudarle