De nuevo en tus brazos - Kathryn Smith (3º Hermanos Ryland)
SINOPSIS:
North Sheffield ha dejado de intentar encajar allí donde no pertenece. Haciéndose un lugar en su propio mundo, se concentra en el presente, en lugar de en lo que pudo haber sido.
Octavia Vaux-Daventry lleva años tratando de ocultarse de su pasado. Pero ahora, todo por lo que ha luchado se ve amenazado cuando se reúne con North. Ninguno de los dos ha olvidado la noche que pasaron juntos. Y ambos son dolorosamente conscientes de que jamás podrán volver a repetirlo.
Noth Sheffield-Ryland es el hijo ilegítimo del vizconde Creed. Tras la muerte de su madre, se fue a vivir con su padre y sus otros tres hijos legítimos. Por mucho que lo intentó, jamás fue plenamente aceptado por la sociedad, de modo que dedicó sus energías a convertirse en un cotizado investigador privado.
Ahora, el conde de Spinton acude a él para que investigue las perturbadoras cartas que su prometida ha estado recibiendo. Lady Octavia Vaux-Daventry, la dama en cuestión, ha sido la mejor amiga de North durante su niñez, y el amor al que se vio obligado a renunciar doce años atrás cuando el rico abuelo de la muchacha entró en la vida de ella y la reclamó como su heredera, convenciendo a North de que no era para la nieta de un conde.
CRÍTICA:
No esperaba mucho de este libro, por eso tampoco me ha decepcionado. Para pasar el rato. Se disfruta mientras se lee, pero es totalmente olvidable cuando se cierra.
Tras el chasco en la segunda mitad del libro anterior, esperaba que en este ocurriera más de lo mismo, pero no, no se ha parecido al libro de Blythe y Devlin. De nuevo en tus brazos me ha recordado más al primer libro, el de Varya y Miles, y ha sido sobre todo por la cantidad de incoherencias entre los personajes y sus personalidades.
Al abrir el libro sabía que tendría una historia de segundas oportunidades y reencuentros. Estos libros pueden ser un arma de doble filo porque hay escritores que pueden mostrar muy bien la evolución en la relación de sus protagonistas, o dar por hecho que nada ha cambiado, no hay evolución y, por tanto, nos perdemos esos primeros encuentros o esa primera historia entre ellos. Y ha sido esto último lo que ocurre en el libro, se da por hecho sin ver lo que ocurrió antes. El lector no es adivino, a veces nos gusta que nos regalen un prólogo con su primera historia.
En este libro conocemos a North y Octavia.
North Sheffield es el hijo bastardo del difunto vizconde Creed, por su condición del hijo de la amante favorita, fue también el hijo favorito, pero ello no le quita la lacra de haber nacido en el lado equivocado y jamás ser aceptado por la alta sociedad, pese a que su padre lo reconoció y lo crió con el resto de sus hijos legítimos.
Durante el libro sabemos que trabajó un tiempo en Bow Street, y que dejó el cuerpo debido a algo que ocurrió con su hermano Wyn. ¿El por qué? No se sabe, o no lo hemos sabido en este libro. A esto es a lo que me refiero con dar por hecho cosas que no sabes por qué han ocurrido, omitir cosas que pueden parecer importantes o interesantes para el lector. En el siguiente libro, que es el de Wyn, me gustaría saber por qué North renunció a Bow Street.
En cuanto a Octavia, ha sido el personaje que más me ha costado entender. No me ha caído mal, pero tampoco especialmente bien. Octavia le prometió a su madre que sería una dama, y a su abuelo que haría lo correcto y se casaría con su heredero, Spinton, el primo de Octavia.
Aquí viene la primera incoherencia del libro: Octavia tiene treinta años, en esa época, y aún no se ha casado. ¿Es eso normal? ¿Es eso lógico en una novela de Regencia? No, y menos en una mujer hermosa, de buena posición y con una dote aún mejor. Su abuelo en vida la habría casado muchísimo antes, de modo que a esta humilde lectora le cuesta entender la razón de la soltería de Octavia. Y también le cuesta entender que Octavia tenga una casa de soltera en la que viven ella y su prima Beatrice —un alma cándida a la que por trata fatal—, cuando lo lógico es que Spinton has hubiera acogido a la muerte del abuelo, y se hubiera casado con Octavia.
La siguiente incoherencia viene porque ambos se encuentran en Londres en un baile, han pasado doce años desde la última vez que se vieron, donde compartieron mucho más de lo que deberían, y aun así han estado viviendo en la misma ciudad sin encontrarse nunca. ¿Ni una sola vez cuando ambos se mueven por los mismos círculos, puesto que North trabaja para nobles?
Para rizar más la historia, no sólo está el tema de las cartas amenazantes, que me ha parecido una soberana estupidez de relleno, sino que durante todo el libro tenemos una sombra amenazante que pone la vida de North en peligro. Un hombre llamado Harken al que North ha estado persiguiendo durante años, sin apenas pruebas, para poder encarcelarle.
Problema: no sabemos cómo, ni cuándo, ni por qué semejante inquina por este criminal. ¿Qué hizo para ser el archienemigo de North? Sigo diciendo que el lector no es adivino y me falta más información.
En cuanto a los protagonistas, después de esos increíbles doce años sin verse, cuando los tenemos juntos saltan cohetes alrededor, se siguen queriendo, no pueden estar sin el otro, pero tenemos dos problemas.
Primero, Octavia está prometida a otro hombre, un hombre bueno que no la merece.
Y segundo, North no puede permitirse amarla porque no tiene una posición que ofrecerle; además, un peligroso criminal podría acabar con él en cualquier momento.
Esos son todos los detalles que puedo dar superficialmente sobre el libro, y no quiero meter más rollos sobre lo que me han parecido las dotes detectivescas de Octavia o Brahm para dar con Harken cuando North es el detective y no sabe nunca dónde encontrarle.
En conclusión: una trama que podría haberse aprovechado algo mejor con un poco de inventiva, pero a la que le sobran absurdidades. Como digo, no es un libro especialmente malo, se disfruta mientras lo lees, pero no aporta nada nuevo, y es una lástima que la autora no le dedicara un mejor trabajo.
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El profesor de baile de la señorita Seymour de Eleanor Rigby