1881. Los cuatro hermanos Mackenzie son ricos, poderosos, peligrosos, excéntricos y... escoceses. Los escándalos y rumores que les envuelven, las habladurías sobre sus amantes y sus oscuros apetitos, tienen alborotado a todo el país. Cualquier dama sabe que si es vista con uno ellos perderá la reputación de inmediato.

Lady Eleanor Ramsay es la única que sabe toda la verdad sobre Hart Mackenzie. A pesar de que es la mujer que le rechazó y le dejó plantado prácticamente ante el altar hace ya mucho tiempo, él jamás ha podido arrancarla de su corazón.

Hart lo tiene todo: un ducado, riqueza, poder, influencias... Está acostumbrado a obtener lo que quiere. Todas las mujeres le desean; su habilidad como amante es legendaria. Pero Hart ha sacrificado mucho para mantener a salvo a sus hermanos, primero de su brutal padre y luego del resto del mundo. Y la vida le ha castigado por ello, robándole lo que más quería; algo de lo que, por desgracia, se dio cuenta cuando ya era demasiado tarde.

Ahora, Eleanor ha vuelto a aparecer en su vida. Se presenta ante su puerta con unas escandalosas fotografías. Intrigado por el desafío que lee en aquellos penetrantes ojos azules, y atraído por su encantadora determinación, se pregunta si su amor de juventud ha aparecido para llevarlo a la ruina... o para salvarlo.

Cuarto libro de la serie “Highland pleasure”.

Con esta novela por fin conocemos la esperada historia de Hart, el poderoso duque de Kilmorgan. A través de los libros anteriores, la autora ha ido preparando el camino para presentarnos al verdadero Hart, un hombre que hasta ahora no sabía si me caía bien o no. Puedo decir que, tras leer su historia, he aprendido a comprenderle, a veces no entiendo su comportamiento pero le comprendo. Ha cometido muchos errores y él lo sabe, por ello se ha refugiado en la política; también ha hecho cosas horribles por un bien mayor. Esas experiencias le han convertido en lo que es, y le han mostrado lo que nunca llegará a ser. Ahora sí puedo decir que conocemos al verdadero Hart; no al político ni al patriarca del clan Mackenzie sino al hombre. Esta es su historia.

La estructura es simliar a la de los libros anteriores. La novela se puede dividir en dos partes; la primera se centra en el misterio, y la segunda en la nueva relación de los protagonistas. Me ha gustado más la primera parte porque la segunda creo que toca de manera más superficial algunos aspectos de la historia.

El pequeño misterio de la novela es paralelo a la historia de amor de los protagonistas. En esta ocasión hay unas fotografías comprometedoras del propio Hart que le son enviadas a su antigua prometida. ¿Quién? ¿Por qué? Son preguntas que se irán respondiendo poco a poco. No es una gran trama de misterio sino una circunstancia para unir de nuevo a Eleanor y Hart, y conocer mejor al mayor de los hermanos Mackenzie. El tema de las fotografías es interesante, pero no me puedo creer que Hart se dejara fotografiar así y después se olvidara del tema como si no importara, como si fuera algo inocente. Desde luego, no las dejó en manos de alguien digno de confianza. Aunque fuera por un acto de rebeldía, me choca y me hace pensar que Hart no es tan inteligente.

Hart es un personaje misterioso, complejo, que intriga desde el primer libro y que va mostrando un poco sobre sí mismo en cada historia. Se conocía su relación con la señora Palmer, que fue un punto determinante en la novela de Ian. Sabíamos que Hart fue abandonado por su prometida, que tiene tendencias sexuales oscuras, y conocíamos la relación que tiene con sus hermanos y la que tuvo con su padre. Pero en este libro se nos muestra mucho más, se muestra al verdadero Hart. Y aun así, hay cosas sobre él que siguen siendo misteriosas. Pese a su frialdad es un hombre con corazón, me han llegado especialmente dos escenas: la del mausoleo y la de las cartas, es ahí donde conocemos al auténtico Hart.

Eleanor Ramsey es la única persona a la que Hart no ha podido doblegar, lo único que no ha podido conseguir. Eleanor es la mujer que le abandonó años atrás, con escena de arrojamiento de anillo de compromiso incluida. Tardó años en poder perdonarle pero nunca ha dejado de quererle. Pero el destino y las circunstancias les han unido de nuevo. Está claro que Eleanor es la mujer perfecta para Hart, pero me ha decepcionado un poco su falta de carácter en algunos momentos, es casi como si se dejara llevar. Se ve involucrada en el tema de las fotografías sin saber por qué, pero igual que para el lector es una excusa para el reencuentro, también es una excusa para Eleanor de volver a ver a Hart. A pesar de parecer absurdo, ella quiere protegerle porque cree que se encuentra en una postura vulnerable. En el fondo así es, Hart necesita a Eleanor.

La historia de amor viene de lejos, y continúa desde el punto en el que la dejaron, pero siendo más maduros y teniendo las ideas más claras que entonces. La suya parecía una relación terminada, pero las actuales circunstancias les vuelven a unir cuando Hart tenía pensado intentar recuperarla. Ahora los acontecimientos precipitan y reafirman esa decisión. La causa del fin de su compromiso se irá revelando poco a poco hasta mostrar el momento definitivo a través de un flashback. En el fondo esperaba más rencor por el pasado, por el tiempo que ha transcurrido porque ambos eran orgullosos y arrogantes, pero también entiendo que ahora tienen otras prioridades y otra forma de ver las cosas, que saben lo que es importante y lo que quieren. El pasado se muestra de forma superficial porque, aunque nos deje con ganas de conocer más, es el tipo de novela que da prioridad a la relación del presente.

Las escenas de sexo están cuidadas, aunque en este libro tardan un poco más en propiciarse, pero la sensualidad y la atracción siempre están presentes, más teniendo en cuenta las inclinaciones de Hart. Inclinaciones, por cierto, que al final no quedan del todo claras. En ese sentido me he sentido un poco engañada porque esperaba un lado más oscuro de él; no he podido evitar pensar «¿Tanto rollo para esto?».

Es imposible no mencionar a la infame señora Palmer, la antigua amante de Hart, una mujer sin la que no se entendería esta novela. Una mujer por la que es imposible sentir respeto, y me molesta la actitud que Hart sigue teniendo hacia ella, casi de lealtad, el que buscara consuelo en ella cuando necesitó compañía. El hecho de no aparecer no significa que no sea una molestia. Pero no hablaré más de ella, primero porque no se merece que le dé más importancia de la necesaria; y, segundo, para no desvelar nada de la historia. Me conformo con que quede claro lo mal que me cae.

Ella más que un personaje secundario es una sombra constante y molesta. Por suerte, hay otros personajes mucho más agradables.

Aparece la familia Mackenzie al completo, y me ha encantado reencontrarlos y comprobar cómo fastidian a Hart ahora que le toca sufrir la cercanía de Eleanor. Pero, sobre todo, me ha gustado la relación entre Hart e Ian, la relación pasada y la presente, la que se ha ido forjando entre los dos. Además, se intuye un inicio de romance entre dos secundarios.

Los últimos capítulos son lo que menos me ha gustado, hay algunos sucesos que me sobran y hacen la novela un poco más pesada y lenta. Pero entiendo que era algo necesario para el desarrollo de la trama.

Llegaba a esta novela sin expectativas hacia Hart porque no sabía que esperar de él, pero también después de que el resto de los hermanos Mackenzie dejara el listón alto. Y es una novela que me ha gustado. Por un lado, es entretenida; por el otro, nos ayuda a entender a la familia Mackenzie y a Hart, que es el gran protagonista de la historia.