Con Angel mecánico se inicia una nueva saga relacionada con el mundo de los Cazadores de Sombras que Cassandra Clare ya nos presentó en su trilogía anterior donde los nefilim, hijos de hombres y ángeles, mantienen el orden en el mundo, luchando con los seres sobrenaturales que lo habitan, llamados subterráneos, que ponen en peligro la vida de los mundanos, como llaman a los humanos, amenazando el equilibrio que hay establecido.

Esta vez la acción se situa en el siglo XIX, con unos protagonistas que nada tienen que ver con los de la anterior trilogía y que hace que el libro se pueda leer de forma totalmente independiente de los anteriormente publicados.

En esta ocasión la protagonista es Tessa, una humana, o al menos, eso es lo que ella cree que es, que viaja desde Nueva York tras la muerte de su tía para encontrarse con su hermano Nate en Londres, única familia que le queda.
Pero a su llegada es llevada mediante engaños a la Casa de las Hermanas Oscuras donde permanece secuestrada y descubrirá que es algo más que una simple muchacha y que oculta un poder que la hace diferente a cualquier ser conocido.

Por casualidad es rescatada por Will y Jem, dos cazadores de sombras, que le presentarán y explicarán sobre el mundo de las sombras y la ayudaran en la búsqueda de su hermano.

Si bien en un principio esperaba encontrarme con un libro con más acción y luchas, una vez pasadas las primeras páginas, cuando ya se encuentran nuestros tres protagonistas principales, la acción decae un poco y se centra mucho más en la explicaciones del mundo de los cazadores de sombras, en temas referente a la políticas y toma de decisiones de los que dirigen la Clave y velan por el cumplimiento de sus leyes.

Lo que nos sirve también para conocer más sobre los tres protagonistas de los que muy poco a poco se van descubriendo pequeños secretos, aunque centrándose más en Tessa, principal personaje, pero sin olvidarse de Will y Jem, jóvenes con un pasado sombrío, caracterizado por la pérdida de sus familiares más queridos, la lucha y el tener que enfrentase al destino de lo que son, siendo el resto de personajes unos secundarios con más o menos peso en la historia, pero cuya intervención no deja de ser importante.

La soledad contra la que luchan a su manera estos tres personajes creará entre Tessa, Will y Jem una relación de amistad. Y aunque el personaje de Will es muy atractivo no llega a conseguir transmitir la química y atracción suficiente como para mantener una tensión amorosa entre ellos.

La autora vuelve a usar el recurso de un tercero, Jem, para intentar formar un triángulo y dudas en la elección de Tessa pero en esta ocasión no llega a ser convincente, por lo menos para mí, ya que en todo momento queda claro que Jem es un amigo pero nada más, al menos para Tessa. Y en contraposición con Jem, el chico bueno, está Will, el rebelde que intenta ir de chico malo pero que se intuye que en el fondo no es lo que aparenta.

Con una ambientación en pleno siglo XIX, Tessa a pesar de ser una chica decidida y valiente muestra en ciertos momentos el recato propio de una señorita de la época, así como en algunos de los diálogos se hace referencia a que hay ciertas cosas que una mujer de la época no puede hacer, o esta mal visto a pesar de que las mujeres cazadoras de sombras luchan como cualquier otro nefilim o ser sobrenatural. Todo esto junto a las descripciones que se dan de la ciudad y de los distintos lugares donde habitan y los utensilios que se usan crea una buena ambientación, creible y real, que combina elementos de la época con otros sobrenaturales.

Un libro que al igual que en la otra trilogía mantiene el misterio y la duda por saber que va a ocurrir. Conforme se avanza en la lectura se va haciendo más interesante, sobre todo a partir de la segunda mitad del libro, hasta llegar a un final que nos deja deseando poder seguir con el siguiente libro ya que son muchos los cabos sueltos que deja para el futuro y que hace imprescincible seguir leyéndo más sobre este apasionante mundo, que nos hará pasar un rato entretenido.

Como nota interesante me ha gustado mucho la referencia que se hace a muchas novelas y poemas clásicos que ha leído la protagonista, una ávida lectora y también Will, que aunque no quiere admitirlo es un romántico al que le gusta la poesía.

Sin duda un libro que recomiendo a todos los fans de la anterior trilogía, que no me ha llegado a resultar tan adictivo ni atrayente como lo fueron los anteriores, quizás porque la relación romántica aquí está más diluida.
Pero que no por ello hay que dejar de leer ya que estoy segura que para valorar este libro habría que leer toda la saga, y como ya nos tiene acostumbrados la autora, cualquier cosa es posible y lo mejor se intuye que está por llegar.