Rosalía, una valiente joven cristiana, se adentra en la conflictiva al-Andalus disfrazada de hombre con la intención de rescatar a su padre. Cuando cae en manos del soldado más sanguinario del ejército musulmán, sus esperanzas de salir con vida de su aventura se desvanecieron.

Yibrail es el torturado primo del califa de Sevilla. Sobre el odio que siente por los cristianos tan sólo prevalece el rencor que sentía hacia su madre, quien lo abandonó cuando aún era un niño. Pero sus sentimientos se tornarán casi imperceptibles ante la fuerza del amor que Rosalía despierta en él.

El ímpetu de una pasión prohibida y el anhelo de un amor abrasador. ¿Conseguirán Rosalía y Yibrail vencer el destino?

¡Qué agradable sorpresa este cambio de ambientación! La época hispano-musulmana es especial porque en ella conviven dos culturas muy diferentes, tanto en el plano cultural como en el religioso. Es un momento de la historia de la península Ibérica muy interesante y apenas tratado en el género romántico y me ha parecido todo un acierto y algo novedoso.

Sólo por la ambientación y la documentación exhaustiva que se nota que ha hecho la autora ya merece la pena la historia, pero es que además la novela es preciosa. Pero hay otro elemento que llama la atención: fue finalista en el Premio Planeta 2008, algo poco frecuente en este género.

La historia está marcada por el tipo de odio y rencor que desembocan en venganzas y guerras. Y dos personas serán víctimas de las circunstancias de la época, a pesar del amor que se tienen sienten que traicionan a los suyos y deberán elegir entre la fidelidad y en lo que han creído desde siempre o el amor verdadero. La trama se desarrolla entre Córdoba, Sevilla y Toledo y desde el principio la historia te atrapa y no hay un momento para el aburrimiento, realmente no le faltan aventuras.

Rosalía es una rica heredera, bella, valiente y obstinada, que se verá descubierta por Yibrail antes de cumplir con su objetivo de liberar a su padre. Para ayudar a su padre no le queda más remedio que marcharse con Yibrail a Córdoba y allí descubre a un hombre muy diferente del que describe todo el mundo, un hombre atractivo y culto del que se enamora.

Yibrail es hijo de una princesa musulmana y un noble cristiano, pero a raíz del suicidio de su madre cuando él era un bebé fue criado por la familia de su madre y ha crecido odiándola a ella por haberlo abandonado y odiando a todos los cristianos. Pero no puede evitar sentir curiosidad por la joven cristiana que encuentra merodeando cerca de las mazmorras, se siente intrigado por su valentía y valor, y también atraído por ella. Es un personaje de los que enamoran.

La historia de amor es muy bonita, una especie de versión de Romeo y Julieta, solo que en lugar de los Montescos y Capuletos, el enfrentamiento está representado por cristianos y musulmanes. Los protagonistas tienen una relación de amor-odio desde el principio, el evidente deseo que sienten se va convirtiendo en amor, pero las intrigas políticas y personales les hacen víctimas de las circunstancias. Son dos personajes cabezotas y orgullosos que tendrán que demostrar que su amor es más fuerte que la fe y la guerra. La obstinación de ambos llega a ser desesperante pero a la vez comprensible. Las escenas de amor son pocas pero están muy bien y la tensión sexual se percibe desde casi el momento en que se conocen.

Hay bastantes secundarios, tanto por el bando musulmán como por el cristiano, personas leales a sus respectivos señores. Los más relevantes para la historia son tres hombres: el califa de Sevilla, primo de Yibrail, un hombre peligroso a quien Yibrail aprecia pero al que está dispuesto a desobedecer arriesgándolo todo para ayudar a Rosalía. Amed, el eunuco que Yibrail le asigna a Roslaía y al que ella no acaba de entender en ocasiones pero le reconforta su ayuda. Roland, el mercenario contratado por el abuelo de Rosalía para encontrarla, es un personaje decisivo y su aparición será determinante.

Hay varias escenas dignas de recordar, como la estancia en el palacio de Córdoba, llena de momentos sensuales, en el que los protagonistas viven felices sin pensar en nada más. Y el lío que se forma cuando los protagonistas se reencuentran en Puertas Negras, una escena curiosa a la vez que surrealista y emocionante. Y, por supuesto, el final, que es emotivo y muy bonito.

Me ha encantado. El libro está lleno de viajes y aventuras que te meten de lleno en la historia y en la época y está muy bien ambientado en el contexto histórico, con descripciones de la comida, el vestuario, la arquitectura... Es una lástima que el epílogo no sea un poco más largo después de todas las adversidades que pasan los protagonistas pero desde luego es un libro precioso y merece la pena.