El conde de Lisle acaba de llegar de unas peligrosas excavaciones arqueológicas en Egipto y ya se ha metido en un nuevo lío: su familia le manda supervisar las obras de restauración del castillo de Gorewood, que se dice que está habitado por fantasmas.
Para colmo, miss Olivia Wingate-Carsington, una encantadora jovencita con un talento innato para complicarle la vida, decide apuntarse a la expedición.
Cuando llegan al lúgubre castillo, los intrépidos jóvenes deben hacer frente a un peligro inesperado: la llama que empieza a arder en sus tercos corazones.
Cuarto libro de la serie Mujeres seducidas.
Qué alegria me llevé al saber que Olivia y Peregrine tenian una historia propia, se la merecían. He disfrutado con este libro, que enlaza la serie "Mujeres seducidas" con la de "Hermanos Carsington", porque los dos protagonistas me encantan, tienen una forma de ser muy auténtica y ninguno se adapta las normas sociales. Aunque también es cierto se le podia haber sacado más partido a la novela y que algunas escenas están un poco desaprovechadas, en algunos momentos la relación de ellos quizás da demasiadas vueltas y tarda en avanzar. Aún así, eso no desmerece la historia que es bastante entretenida y me ha gustado porque también está narrada de forma amena y, en realidad, la novela se me ha hecho muy corta.
Olivia ya ha roto varios compromisos matrimoniales y sus padres empiezan a temer que sea un caso perdido y no se case nunca. Es una joven alegre, a la que le gusta escribir unas cartas de lo más melodramáticas y divertidas, y con una gran tendencia a meterse en lios y arrastrar a su amigo Lisle en ellos, pero en el fondo siente envidia de las aventuras que él puede vivir en Egipto y que a ella le están prohibidas, por eso ve una oportunidad de oro en la visita al castillo encantado de Escocia para vivir una última aventura antes de empezar una más que posible nueva y, seguramente, aburrida vida siendo la esposa de alguien.
Lisle ha vuelto a Londres por poco tiempo, tiene intención de volver a Egipto y a sus excavaciones cuanto antes, pero sus irreverentes e irresponsables padres tienen intención de retenerle como sea. Hacen todo lo posible por enviarle a Escocia a supervisar un castillo familiar del que se dice que está habitado por fantasmas. Lisle tiene un fuerte vínculo con la família Carsington, família a la que considera más cercana que a la suya propia; ha sido educado por Daphne y Rupert Carsington en Egipto durante los últimos diez años y su tio, el padrastro de Olivia, le inculcó altos valores morales, por eso sus sentimientos por Olivia le hacen sentirse frustrado, además de no querer comprometerse con nadie para continuar con sus planes de volver a Egipto.
Olivia y Lisle son amigos, compañeros de aventuras y aliados desde la adolescencia, además de ser parientes políticos porque el padrastro de Olivia también es el tio de Lisle. Hace años que no se ven, mientras ella vive en Londres, él está en Egipto junto a sus tios Daphne y Rupert, pero han mantenido contacto constante por carta. Su reencuentro es memorable, durante un baile lleno de admiradores que rodean a Olivia, pero ellos actúan como si estuvieran solos, al volver a verse ambos reciben una fuerte impresión y a partir de ese momento sus sentimientos fraternales empiezan a cambiar. El viaje a Escocia los acerca más, pero los roces y la frustración por no dar rienda suelta a sus sentimientos hace que tengan algunas discusiones.
Si Olivia y Lisle no tenian bastantes problemas con sus recientes sentimientos, ahora deben enfrentarse a un castillo supuestamente habitado por fantasmas; pero siempre es emocionante encontrarse con un castillo encantado en un lugar perdido de Escocia. Además hay que añadir la actitud hostil de los sirvientes y los habitantes de los alrededores, así que la intrépida pareja tendrá que esforzarse por mantener el orden y desentrañar los misterios del castillo.
Las Arpias -como a ellas mismas les gusta que las llamen- son dignas de mención, dos ancianas amigas de la bisabuela Carsington que viajan con ellos en calidad de carabinas, pero vaya carabinas, se pasan el rato durmiendo, emborrachándose, jugando a las cartas o contándole a Olivia historias picantes y haciéndole a Lisle comentarios tipo "si está tan moreno por todo el cuerpo como en la cara" o "si ha probado todas las posturas del Kamasutra"; lástima que no hayan aparecido más porque le daban más salsa a la historia. También es una lástima que el resto de la família carsington apenas aparezca.
La historia me ha gustado bastante pero tiene algunos puntos débiles, como ya he mencionado antes, pero los protagonistas me gustan tanto que compensa los defectos que la novela pueda tener. Hasta que llegan a Escocia me ha parecido muy entretenida y con diálogos divertidos, después la historia decae un poco, pero cuando empiezan a excavar para buscar el supuesto tesoro -como en los viejos tiempos- la cosa se vuelve a animar; no puedo negar que me he divertido con esta novela. Aunque se me plantean algunas dudas, no me ha quedado claro dónde van a vivir los protagonistas, no es lo mismo Escocia que Egipto. Y otra duda... ¿Qué pasa con Edward, el mayordomo que Olivia les toma prestado a sus padres? Desaparece pero luego no hay rastro de él, me ha parecido curioso que todo el mundo piense que se ha fugado y no se sabe nada más, pobre Edwards.