Jenny, una pitonisa de origen humilde, podía conseguir que incluso los más escépticos creyeran sus predicciones. A veces le bastaba con batir sus oscuras y misteriosas pestañas. Hasta que llegó a su vida Gareth Carhart, marqués de Blakely, un científico que no estaba dispuesto a creerla.

El reflexivo y atractivo Gareth no podía entender que su primo hubiera caído en las garras de Madame Esmeralda. Decidió entonces exponer sus mentiras y mostrar a todo el mundo que era una embustera. Pero la inesperada atracción que comenzó a sentir por la hechicera desafiaba toda lógica, y vio que sólo le quedaban dos opciones: seducirla o arruinar su vida.

Es un libro corto pero muy bonito, que trata sobre dos personas solitarias que crecieron y se educaron sin demostraciones de cariño o de afecto, aunque en circunstancias muy diferentes, y de manera distinta les cuesta revelar sus emociones. Desde el momento en que se encuentran los protagonistas hay sentimientos encontrados porque, por una parte, hay una innegable atracción física entre ellos; y por la otra, no dejan de discutir porque él la acusa de farsante y se crea una especie de batalla entre los dos. Además, ese primer encuentro no solo afecta a las vidas de los protagonistas, sino, indirectamente, también a las de otras personas.

Es una historia con una combinación de ternura, humor y amor que resulta conmovedora y entretenida al mismo tiempo. Se presenta una cara de Londres menos glamurosa que en otras novelas, más bien como una ciudad gris y hueca, habitada por una aristocracia fría y superficial.

Jenny hace mucho tiempo que se convirtió en Madame Esmeralda, una adivina que lee el futuro. Tiene unos orígenes algo misteriosos que marcaron su infancia en el estricto colegio para señoritas al que asistió, siempre ha estado sola, pero lo que más le ha dolido es que todo el mundo la ha acabado abandonando. Cuando empieza a sentir que ha entregado su corazón a Gareth tiene miedo de que él también la abandone porque nunca ha conocido el amor incondicional. Es una mujer lo bastante inteligente e ingeniosa como para poder dedicarse a la adivinación y poder decirles a sus clientes lo que quieren oír en cada momento. Hubo un tiempo en que sintió cierto placer inventando el futuro de miembros de la aristocracia como una forma de desquitarse por el rechazo de las niñas de buena familia durante su etapa en el colegio; pero hace tiempo que eso quedó atrás, sobre todo desde que conoció al joven Ned, que realmente necesitaba su ayuda y ella hizo todo lo que pudo por él, desde entonces el papel de Madame Esmeralda empezó a pesarle, porque se dió cuenta de que con ella no quedaba espacio para la verdadera Jenny.

Gareth empieza siendo un marqués consagrado a las actividades científicas que no sonríe nunca, estirado, arrogante, serio, racional y lógico; Jenny llega a decirle que no es humano sino un autómata sin pasión. Pero ella le inspira sentimientos muy humanos y pasionales, Jenny consigue que sonría y que exprese emociones más allá del enfado. Es un personaje muy conseguido y bien definido, la evolución de Gareth se aprecia claramente, sobre todo en la naturaleza de su relación con Jenny y el trato hacia su primo y su hermana, a los que nunca ha sabido como tratar ni cómo acercarse. Al igual que Jenny, para él tampoco hubo demostraciones de cariño porque su tutor, su abuelo y último marqués, le educó para ostentar el título y todo se limitaba a lecciones y responsabilidades. Pero a Gareth lo que más le interesa es la ciencia, pasó varios años en la selva de Brasil como biólogo -lleva de vuelta en Londres un año- y por eso no cree en las predicciones de Madame Esmeralda. Y como le sucede a Jenny, las responsabilidades del marqués de Blakely no dejan espacio para el verdadero Gareth.

Es una historia de amor muy tierna, lo que parece una pareja sin nada en común salvo su mutuo desprecio, siendo ella una vidente sin poderes y él un científico aristócrata, resultan ser dos personas más parecidas de lo que creen. En el fondo sus sentimientos de soledad son similares, han estado toda la vida buscando algo que no han podido encontrar, o han tenido miedo de hacerlo. La atracción que los une es evidente pero compartiendo confidencias se establece un grado de intimidad mayor, que en pocas semanas da paso a un sentimiento más fuerte. Jenny tiene miedo de que ese amor se acabe y él la abandone como le ha pasado con otras personas, y Gareth tendrá que aprender a establecer prioridades para que la figura del marqués de Blakely no se interponga entre ellos. Pero la forma en que superan esos obstáculos, cómo Gareth entiende que su título no le hace mejor, que lo que ella necesita no es algo material sino su respeto y el de los demás, y la manera en que la defiende para que lo consiga, es simplemente preciosa.

Se puede decir que los protagonistas se conocen gracias a Ned, el primo de Gareth, un personaje tierno pero con sombras, más complejo de lo que parece, que cree totalmente en Madame Esmeralda, pero Gareth quiere rescatarlo de sus garras. Es inseguro y a veces bastante impulsivo y eso le trae más de un problema, sobre todo sus descabelladas ideas acerca de lady Kathleen, una dama que aparece poco pero que tiene carácter y presencia. La hermana de Gareth también es un personaje entrañable aunque aparece poco, pero al igual que Ned, también tiene peso en el cambio de Gareth. Y también tiene cierta presencia William White, su secretario, protagonista del relato "El regalo envenenado" que aparece en la antología «El corazón de una Navidad» y me ha parecido un hombre bastante encantador.

El final es precioso, me ha gustado porque está lleno de romanticismo por la forma que tiene Gareth de recuperar a Jenny, con un acto de amor para resarcirla de alguna manera del trato que tuvo durante su infancia, dándole lo que siempre ha deseado: amor y respetabilidad.

En conclusión, es un libro romántico, tierno y apasionado. Con una pareja protagonista muy bien perfilada a la que llegamos a conocer bien, y unos personajes secundarios interesantes. Es una novela entretenida, con sus momentos de humor y sus escenas emotivas. Un libro muy bonito y bien escrito, que también es la primera novela de la autora, y es un inicio interesante.