El gato y el ratón
Sinopsis: En El gato y el ratón encontramos el mismo escenario de obras anteriores, Danzig; un periodo de tiempo que ya había tocado, 1939-1945; un grupo de personajes que ya había aparecido en otros libros suyos. Sin embargo, hay un elemento que por primera vez trata una extensión: el amor. El grupo de adolescentes que en el primer verano nadan hasta un barco semihundido y la convierten en mítica isla donde fantasear aventuras personales es el mismo que muy poco tiempo después, recién abandonado el pantalón corto, tendrá que ir al frente. El gato y el ratón es la crónica apasionada de unas adolescencias quebradas por la guerra, que les hace salir de su mundo juvenil para enfrentarse con la catástrofe de un entorno en conflicto y en descomposición.
Lei este libro con desconfianza porque al comienzo no me gusto nada pero a medida que segui la lectura le encontre el gusto y el sentido, es una novela muy breve pero no por eso facil de digerir, sin embargo, recomendable.
Corresponde al segundo libro de la trilogía de Danzig, aunque cada uno puede leerse por separado, ya que comparten lugar y algunos personajes sin relacionar tramas.
Es una novela fuera de lo común, si confió en que mi traducción sea la deseada, tiene un estilo particular de narrar una historia que sucede en Alemania en la época de la segunda guerra mundial. La guerra es escenario, nunca protagonista, pero a gusto del lector podría transformarse en el trasfondo real de la novela. (Lo bueno de los libros) Quizás lo sea pero siempre desde la mirada ociosa de un grupo de jóvenes, que se dedican a bucear en un hundido barco polaco.
Cuanta la vida (entre el 30 y algo y el 45) de Joaquin Malhke, un chico diferente a todos sus amigos, y que gracias a sus habilidades o más bien a su fuerte decisión y esfuerzo se gana la admiración e incluso reverencia de sus pares, especialmente de quien cuenta esta memorable historia, Pilenz. Este adolescente (y aquí hago mi interpretación de la metáfora) es el gato que persigue a un ratón, pero es un gato que parece asustado ratón persiguiendo a un poderoso e indiferente ratón. Simplemente no podía dejar de “vivir” por él, y ese recuerdo, de su vida adolecente mientras el mundo estaba en guerra y la culpa, y el amor, es lo que lo lleva a narrar su historia y de la Malhke.
Narraciones alternadas, en primera y tercera persona. Saltos cronológicos poco delimitados, incluso dentro de un mismo párrafo la información se entrega como en cuenta gotas, bien hilada y muy bien narrada pero claramente no lineal, sino más bien un hilo enmadejado.
El ir descubriendo tan paulatinamente hacia dónde va o si es que va a algún lugar (en cierto minuto lo dude) sumado al sentimiento con el que Pilenz habla sobre Malhke formaron una muy buena novela.