DeDanna Ave César, las que van a sufrir te saludan
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| Tema: Persiguiendo a Daisy - Paige Toon Vie 13 Abr 2012 - 21:42 | |
| Persiguiendo a Daisy
Paige Toon
Sinopsis: Daisy Rogers está enamorada; y eso no es bueno. No porque simplemente no se haya desligado del todo de su famosísimo exnovio, ni porque siga pensando en él, sino porque el nuevo hombre de sus sueños, William Trust, tiene novia; y lleva con ella toda la vida. Además, como piloto de Fórmula 1, arriesga su vida a diario en la pista.
Desde Melbourne a Monte Carlo, y desde Sao Paulo a Singapur, Daisy y su mejor amiga Holly viajan por todo el mundo como azafatas del Gran Premio de Fórmula 1. Y con más secretos entre ellas que pares de zapatos tiene Paris Hilton, la vida promete ser de todo menos aburrida.
Debo confesar que me costó muchísimo entrarle a este libro. Pero muchísimo. Las primeras veinte o treinta páginas fueron una auténtica tortura, no tanto por la historia o los personajes, como porque la autora lo ha escrito en primera persona y en presente. Puedo pasar por la primera persona. Es muy típica en novela romántica. Pero ¿presente? ¿Por qué? Quiero decir… ¡¿Por qué!? Es una manía personal, lo sé, pero es que no estoy habituada a leer en ese tiempo, y mi cerebro se empeñaba una y otra vez en “traducir” los verbos como si tuvieran tilde —comentó en lugar de comento y cosas así— y claro, nada encajaba.
Después de dejarlo dos días encima de la mesilla, mirándome con cara de perrito apaleado, decidí que había llegado el momento de cambiar el chip, así que me armé de paciencia y empecé a sumergirme en la historia, intentando obviar el particular estilo de la Toon. Y, bueno, no me arrepentí de hacerlo, la verdad.
Para empezar, está la ambientación. Aunque las ciudades que recorre Daisy con el equipo de fórmula uno apenas son esbozos y fácilmente puedes confundírtelas unas con otras, está claro que Paige Toon tiene bastante idea de cómo se organiza un equipo de carreras, y lo demuestra sin resultar demasiado técnica ni pesada, pero sí de una forma que ayuda a centrarte en la historia, lo que siempre es un punto a favor.
Después están los personajes. Puros clichés, lo reconozco, pero si un cliché lo es, es porque funciona. No tengo nada en contra de ellos, pero sí advierto que es lo que hay. Daisy es hiperactiva, encantadora, con una mente de adolescente cargada de hormonas y una preocupante tendencia por los tacos en italiano, que invariablemente consiguen arrancarte una sonrisa. Y, claro, tiene su historia detrás, para hacerla más interesante. Es la clásica “pobre niña rica”, que siempre ha tenido todo lo que ha querido salvo el afecto de su padre. Después está Will, que es tan perfecto que casi dan ganas de rechinar los dientes cuando aparece y que tiene que caerte bien sí o sí a pesar de que tiene una novia de toda la vida pero no puede resistirse a nuestra preciosa protagonista. Y Luís… El contrapunto perfecto al maravilloso Will. El siempre infalible personaje del “canalla con encanto”, que consigue caerte cada vez mejor a medida que la historia avanza. No sé si porque está previsto que así sea, o porque a mí y a mis peculiares gustos nos parecía un auténtico relajo encontrarnos con él después de tener que tragar al precioso, perfecto y maravilloso Will (sí, léase con todo el sarcasmo del mundo). Como secundarios destacaría a mi archi cliché favorito: la abuelita italiana, una resabiada con mucho carácter y enormes dotes para la manipulación.
La historia es sencilla: poco más que una temporada de F1, con los viajes del equipo y las carreras como telón de fondo para contarnos como dos personas (¿o tres?) se conocen y se enamoran de una forma normal y corriente, como podríamos enamorarnos cualquiera de nosotras: charlando, tomando unas copas, viendo unas películas… Desde el principio sospechas cómo va a terminar todo, pero no puedes dejar de sentir curiosidad por saber cómo diablos se las va a arreglar la autora para conseguirlo. Y debo reconocer que la forma de arreglarlo no es ni de lejos la que yo esperaba, y todavía no estoy muy segura de que me haya convencido, pero bueno, es lo que hay. Es su historia, al fin y al cabo, y tiene sentido y encaja, así que a mí me vale.
Las situaciones son amenas, sobre todo porque son tan típicas que no puedes evitar verte reflejada en ellas. ¿Quién no ha sentido un nudo en el estómago cuando ve al chico que le gusta? ¿Quién no se ha puesto de mal humor porque no la ha saludado con una sonrisa como todas las mañanas? ¿Quién no se ha animado como una idiota cuando por fin aparece ese saludo? El estado de ánimo de Daisy depende por completo de la veleta de su amor y todo eso es tan real, tan tópico, tan familiar, que por mucho que lo intentes no puedes evitar empatizar con sus reacciones.
En resumen, una novela entretenida, sin demasiadas pretensiones, pero que se lee con agrado… una vez que se supera el escollo del dichoso tiempo presente.
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mirada Oráculo
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