Brisas de noviembre – Robyn Carr
SinopsisCuatro años atrás, Franci Duncan y Sean Riordan, compañeros en la Fuerza Aérea, rompieron su relación de pareja. Ella quería casarse y tener hijos. Él, no. Pero un encuentro casual les demostró que su amarga ruptura no había enfriado la pasión que ardía entre ellos.
Sean había sentado la cabeza: ya no era el arrogante piloto de caza de años atrás, y quería que lo intentaran de nuevo. A fin de cuentas, tenían un pasado común. Pero no era eso lo único que compartían.
Franci había tenido un motivo secreto para abandonar a Sean cuando se había negado a comprometerse con ella: se llamaba Rosie y era una niña pelirroja de tres años y medio que había heredado los ojos verde esmeralda de su padre. Sean se llevó una sorpresa mayúscula y se puso furioso al descubrir el engaño de Franci.
Para que Franci y Sean volvieran a confiar el uno en el otro quizás hiciera falta un pequeño milagro... y un amor de los que movían montañas.
ValoraciónDécimo libro de la saga “Virgin River”.
El protagonista de este libro es Sean Riordan, uno de los hermanos de Luke, al que ya conocimos en “Tentación en el viento”. Pertenece a ese grupo de hermanos que tan reacios son a casarse y establecerse, y ése es el verdadero problema de este libro.
Como nos revela en la sinopsis, Sean y Franci tuvieron una relación hace cuatro años. Franci se quedó embarazada y ante la negativa de Sean de casarse, Franci se marchó sin decírselo, evitando así que Sean se casara con ella sólo por la niña. Si bien esta acción puedo entenderla, creo que Franci, una vez se vuelven a encontrar, está bastante predispuesta a hacer lo que juró en su día no hacer. Aunque durante el desarrollo de la historia, Franci se muestra en contra de casarse con Sean por la niña, la actitud que realmente muestra a mí se me tradujo en lo contrario. No sabría explicarlo muy bien. Sí, le deja saber que no se van a casar sólo por Rosie, pero a la hora de la verdad, no hay nada que demuestre o indique que Sean realmente quiere casarse por establecer una familia y no por compromiso. Te lo dice, sí. Pero de palabra se pueden decir muchas cosas. No hay nada “transcendental” que te haga pensar: “si esto no es una prueba de que realmente ha cambiado de actitud, nada lo demostrará”.
Supongo que después de una separación tan dura como la que sufrió Franci, es decir, dejar a la persona que quería para tener una niña y criarla sola, me faltó esa “gran” demostración/declaración que haría creíble que volvieran juntos.
Desde esa perspectiva, me pareció un poco cogida por los pelos la nueva relación. Supuestamente han pasado cuatro años, pero cuando se reencuentran, parece que se separaron por una bronca hace dos semanas. Sean llega a la conclusión de que Franci es la mujer con la que mejor ha estado en una relación y cuando la ve, decide que deben volver. Pero es que es así, no me lo estoy inventando. Es literal: Sean se la encuentra, le dice que quiere volver, ella le dice que después de cuatro años su vida ha cambiado, le pregunta si está con alguien, responde que no (Franci miente aquí), y Sean le dice: pues ya está, volvemos.
Y ya está, adiós cuatro años de separación con la mala sangre que cogieron por la ruptura. No sé, supongo que soy más rencorosa que Franci porque tal cual me hubiera venido Sean así, le hubiera mandado a hacer gárgaras.
No sé, aunque igualmente, la historia que surge entre ellos sí me ha gustado, no he dejado de tener esa espina por cómo se sustenta toda la historia. Hubiera esperado más resquemor entre ellos: una porque la inmadurez de Sean la llevó a tener a su hija sola, y el otro, por enterarse de tener una niña sin saberlo. Si bien, desde mi perspectiva, Sean es bastante culpable de lo que pasó y rápidamente lo reconoce, no creo que eso te exima de darle vueltas al “que hubiera pasado si”.
Creo que Robyn Carr quiso hacer una historia de “padre con hija desconocida que posteriormente lo descubre” y se dejó en el tintero las repercusiones de esto. Para mí es un hecho de gran transcendencia para todos, pero ha pasado por ello de puntillas, casi como si lo que trataran fuera que cuando se separaron, ella se quedó con su colección de música. Como digo, la historia entre ellos es bonita, pero yo eché en falta más tensión con este tema.
Por otro lado, como la relación se resuelve más o menos rápidamente, esto da paso a conocer más la vida de otros personajes. Volveremos a los habitantes de Virgin River para ver cómo les va y la última parte del libro se centrará en la historia de la madre de Sean dejando prácticamente de lado todo lo demás. Teniendo en cuenta que estoy más acostumbrada a cómo entremezcla todas las historias, fue algo desconcertante ver esa separación de “una historia hasta aquí; otra historia lo que queda”.
Pero salvando los dos escollos totalmente subjetivos para mí (porque otra persona, puede que ni siquiera se dé cuenta de ello), lo cierto es que es un buen libro. Las historias que se cuentan son bonitas y realmente te quedas leyendo esperando ver cómo van a concluir.