Sin embargo, cuando la misteriosa doctora Sybill Griffin llegue a St. Christopher, Phillip logrará hacer un hueco en su apretada agenda para conocer mejor a esta atractiva mujer. Y aunque la propia Sybill no puede negar los sentimientos que comienza a sentir por Phillip, el secreto vínculo que la une a Seth amenaza con impedir que encuentren la felicidad el uno en el otro.
Tercer libro de la serie "La bahía de Chesapeake".
Con esta novela conocemos la vida de los tres primeros hermanos Quinn antes de ser adoptados, y no sabría decir qué historia es más conmovedora, si la de Cameron, la de Ethan o la de Phillip. Todas tienen algo desgarrador, pero supieron salir adelante con la inestimable ayuda de Stella y Ray Quinn. Ahora son ellos los que han asumido el mismo papel con el pequeño Seth, con el que todos se identifican un poco. La historia de Cam era una introducción a todas las relaciones entre los personajes y la de Ethan una historia puente en la que se ve la evolución de las raíces que se habían plantado anteriormente. Pero desde el principio se nota que en la historia de Phillip se van a revelar secretos importantes puesto que Sybill tiene una relación personal con Seth que sólo ella conoce en Saint Christopher.
A Phillip se le va cogiendo cariño a medida que avanza la serie. A simple vista es un publicista sofisticado muy satisfecho con su vida, pero desde su regreso a la bahía se le nota más distendido, más relajado, más libre. Su pasado es tan conmovedor como el de sus hermanos, pero él es el más abierto socialmente. Phillip me ha encantado, ha ido ganando a lo largo de la serie y sobre todo de esta novela, ha ido evolucionando y adaptándose a la situación. Porque sus recelos a la nueva situación son sentimientos muy humanos dadas las circunstancias. Pese a todo, no ha dejado de sorprenderme que un soltero encantado de serlo se vea inmerso en una relación tan rápidamente y con tanta naturalidad.
Sybill no sabe muy bien que esperar de la familia Quinn, necesita investigar la verdadera relación que hay entre Seth y la familia formándose sus propias opiniones. Y, desde luego, no esperaba sentir una atracción tan inmediata hacia Phillip, pero así es. Algo que favorece a sus propósitos, un coqueteo inofensivo y sin importancia la ayudará a conocer a la familia. Sybill es poco espontánea, se fija mucho en los rituales sociales en lugar de dejarse llevar por el momento, siempre con la libreta en la mano parece una científica que observa a la sociedad como si fueran hormigas tras un cristal. Tiene que aprender a soltarse y dejarse llevar, nadie mejor para mostrárselo que Phillip y su familia. Sybill también evoluciona hasta romper esa barrera de insensibilidad autoprotectora, pero no deja de parecerme una persona fría, demasiado controlada para Phillip. Le duele reconocer que siente envidia del tipo de familia que son los Quinn en contra de la represión emocional que vivió en su infancia.
Lo que para Phillip es algo espontáneo, para Sybill está cuidadosamente planeado hasta cierto punto, pero sus planes se vienen abajo cuando se da cuenta de la situación real y tras la atracción que surge entre los dos. Sorprende un poco la facilidad con la que Phillip le cuenta la historia de su vida a una desconocida, pero eso contribuye a crear más remordimientos en ella por estar fingiendo y ocultar su vinculación con Seth. Al principio la relación me parecía que surgía de manera forzada, y la sensación de que algo va a ocurrir es permanente. Es una historia de amor más complicada que las de Cam y Ethan, porque es inevitable que tenga repercusiones en el resto de la familia, no es algo que puedan dejar al margen. No son mi pareja favorita, creo que les falta algo, química tal vez. Sin embargo, cuando se desvelan los secretos de Sybill también creo que la relación mejora y su evolución es más natural, más creíble.
Los personajes secundarios son todos conocidos, es bonito ver cómo les va a Cam y Anna, y a Grace y Ethan en sus recientes matrimonios. La presencia de Aubrey siempre es agradable y tierna, y la de los perros, divertida. Y, por supuesto, está Seth. Es un factor muy importante en este libro y las escenas de su fiesta de cumpleaños son muy emotivas, igual que su evolución de niño asustado y temeroso a niño querido y alegre. La relación entre los cuatro hermanos es preciosa y conocer los sentimientos de Seth, los que intenta mantener ocultos, son momentos muy tiernos y conmovedores. Y más que nunca uno se queda con la sensación de conocer a Stella y Ray, y al mismo tiempo de querer hacerlo, su historia de amor debe de ser digna de ser contada.
Y tengo que decir que Nora Roberts ha creado algunos personajes realmente mezquinos, como Linda -la madre de Mac en Álbum de boda-, pero la verdad es que Gloria es única en la categoría. Es mentirosa, manipuladora, mezquina y malvada. Todo lo que pueda decir sobre ella es poco.
No ha sido mi historia favorita de la serie, creo que en algunos momentos las cosas suceden de forma algo forzada, y Sybill no me ha acabado de gustar hasta el final, cuando se rompen sus barreras gracias a Phillip y Seth. Pero es una historia de amor bastante intensa en la que se descubren todos los secretos y misterios que envolvieron a la llegada de Seth a casa de los Quinn. Puede que no sea la mejor novela de la serie, pero es importante en el desarrollo de la historia y tiene algunas buenas escenas.