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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
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pricesa Cazadora en prácticas
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corandra Diosa Atlante
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 17 Feb 2013 - 21:34 | |
| Bien...sigo!! La embarcación... se estaba haciendo pedazos... —No podemos hundirnos —dijo alguien. ¿Había sido ella? «No hables. Quédate quieta. No te muevas. No respires.» —No nos hundiremos —le aseguró él—. Es una tormenta muy fuerte, pero no nos hundiremos. Tome, beba esto. XX negó con la cabeza. Un grave error. Se le subió la bilis a la garganta. —No puedo. —Un sorbito —insistió el duque—. Es láudano. La ayudará, se lo prometo. No podía levantar la cabeza, ni siquiera podía abrir los ojos. El mundo giraba a su alrededor sin parar, subiendo y bajando, zarandeándose. «¿Dónde estoy?» «¡HIJA, HIJA!» Sin embargo, HIJA estaba lejos. A salvo en Londres con sus queridas tías, que la mimaban de forma espantosa. HIJA estaba a salvo porque su madre y sus tías se habían convertido en brujas y habían preparado brebajes para mantenerla con vida. HIJA había sobrevivido, al igual que ellas. El diablo no las quería. Habían sobrevivido al cólera mientras que otros muchos habían sucumbido a la horrible enfermedad en cuestión de horas. Y no se habían esforzado tanto en mantener a HIJA con vida solo para dejarla huérfana porque su madre había cometido un estúpido error. Un error en forma de hombre. De más de metro ochenta de estatura y muy arrogante... con unas manos enormes y maravillosas. —Un poco más —dijo él—. Otro sorbito. «Tómate tu medicina. Ponte bien. Vuelve con HIJA.» Bebió otro sorbo. Estaba muy amargo. —Asqueroso —dijo—. Asqueroso. —Lo sé, pero ayuda. Confíe en mí. Lo sé muy bien. —Confiar en usted —replicó—. ¡Ja! —Salta a la vista que no se está muriendo. —No. El diablo no me quiere. Otra vez aquella ronca carcajada. —Entonces estamos a salvo. Ella no estaba a salvo. La tormenta seguía rugiendo y la embarcación protestaba, inclinándose de un lado a otro, subiendo y bajando con cada ola. Ya había navegado con el mar revuelto. Sabía que se encontraban en una situación pésima y que no estaba a salvo. Sin embargo, si bien su cabeza lo sabía, su corazón veía las cosas de otra manera, ya que solo reconocía su voz, la sorprendente ternura de sus manos al tocarla y la tranquilidad que le ofrecía su presencia. Tranquilidad... ¡Menuda ironía! —Vaya, está sonriendo —comentó él—. Ya veo que el opio empieza a hacer efecto. ¿Ya? ¿Se había quedado dormida? Había perdido la noción del tiempo. —No, es usted —replicó. Su voz sonaba muy lejana, como si se hubiera adelantado a ella y ya estuviera en Londres—. Su seguridad ducal. Todo debe doblegarse ante usted. Incluso la tormenta del mismísimo demonio. —Definitivamente está mejor —repuso él—. Frases completas y desdeñosas. —Sí, estoy mejor. Su estómago parecía más asentado. Pero le dolía muchísimo la cabeza. Abrió los ojos, aunque le costó la misma vida. El duque estaba inclinado sobre ella. La luz era demasiado débil para verlo con claridad, y las cosas se movían de sitio. Sus ojos eran como dos sombras en su cara. Pero sabía que eran verdes. De un verde jade. ¿O era un verde mar? Un color que a pocas mujeres les sentaba bien. Un color que pocas mujeres podrían soportar... en los ojos de un hombre. |
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corandra Diosa Atlante
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 17 Feb 2013 - 21:42 | |
| Por qué no? gana la que primera lo adivine, o no? hay que dejar el turno a otra cuando es así? |
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pricesa Cazadora en prácticas
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corandra Diosa Atlante
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
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corandra Diosa Atlante
Mensajes : 1464 Edad : 56 Localización : Venezuela Inscripción : 19/12/2012
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 18 Feb 2013 - 1:58 | |
| Aquí va:
Riéndose de sus pensamientos, se levantó y se dirigió hacia ella. XX dio un respingo, dejó de cepillarse el cabello y lo miró con los ojos muy abiertos. XY le sonrió y apoyó una mano sobre su vientre. —Se está usted abombando muy bien, señora mía —bromeó—. Todo LUGAR sabrá que no esperé ni un solo minuto en poseerte. Lo más difícil será explicarle a mi prometida por qué estás a mi lado. XX soltó un grito, enfurecida, evidentemente ofendida por sus palabras y le apartó la mano de su barriga muy enfadada. —¡Eres una bestia! —rugió—. ¡Cómo te atreves a decir que tendrás que darle explicaciones a tu prometida respecto de mí! ¡Si tuvieras corazón me darías a mí esas explicaciones! Yo soy tu esposa, la madre de tu hijo, ¡y me tratas peor que a un despojo que hubieras pisado en la calle! —Se encaró con él, fulminándole con sus ojos azules—. Me importa realmente muy poco lo que le digas. Estoy segura de que tus palabras serán suaves y dulces cuando le cuentes que yo te forcé a casarte con una mujer que ya estaba embarazada. Te harás el inocente, aprovechándote de mí ante esa maquinadora, sin importarte el niño en absoluto. No te olvides de contarle también, mi amor, que me sacaste de la miseria en la que vivía y me diste tu nombre forzado por un chantaje. ¡Tus palabras serán de lo más convincentes no me cabe la menor duda, y antes de que acabes, te habrás ganado también su virginidad! XY la miró enfadado y dio un paso hacia ella. XX retrocedió de un salto y colocó una silla entre los dos. —¡No te atrevas a ponerme una mano encima! —gritó—. Si lo haces, te juro que me tiraré por la borda. XY la alcanzó, apartó la silla y siguió avanzando hacia ella. La joven fue retrocediendo temerosa hasta que su espalda topó con la pared. —Por favor —suplicó sollozando mientras XY la agarraba por los brazos—. Por favor, no me hagas daño, XY. Piensa en el bebé. —No tengo ninguna intención de hacerte daño —gruñó él—, pero tu hiriente lengua despierta mi rabia. Ve con cuidado, mujer. Tengo muchas otras formas de hacer que tu vida sea una desgracia. XX tragó saliva. Sus ojos estaban bien abiertos, su mirada insegura y sus labios temblaban. Al ver el terror en la joven, XY blasfemó y se dirigió a la litera. —Ahora ven a la cama. He estado demasiado tiempo sin dormir y tengo la intención de recuperarme esta noche. XX levantó bruscamente la cabeza mientras el miedo daba paso a la ira. ¿Cómo se atrevía a sugerirle que se echara junto a él, después de todo lo que le había dicho? Tenía su orgullo. Aunque tenía los ojos arrasados en lágrimas, levantó desafiante la barbilla, se acercó a la litera, cogió su almohada y el edredón y se los llevó a la galería de popa. XY se volvió con una ceja arqueada y observó por encima del hombro cómo extendía la colcha en el alféizar de la ventana. —¿Pretendes dormir ahí? —inquirió, incrédulo. —Sí—repuso ella en un murmullo, sacándose la bata. Se acomodó sobre los cojines y se tapó con el edredón. —No es un buen lugar para que pases la noche —dijo él—. Todavía no ha pasado la tormenta. La ventana está húmeda y hace frío. No estarás cómoda ahí. —Me las arreglaré —contestó XX. XY blasfemó en voz baja, se quitó la bata y la tiró sobre la silla. Se sentó en el borde de la litera y se quedó mirándola fijamente. XX se revolvió intentando encontrar una postura en la que poder dormir. De repente, el barco dio una fuerte sacudida casi depositándola en el suelo. XY no pudo aguantarse la risa y ella le miró enfurecida, tirando de la colcha. Se colocó entre las vigas de madera y se sujetó a ellas para no caer. Consiguió algo de seguridad, pero la postura continuaba siendo insoportablemente incómoda. XY se sentó durante un largo rato observándola, hasta que finalmente se tumbó. Vio el espacio en que ella había dormido desde el inicio del viaje, ahora vacío, y de repente cayó en la cuenta de lo mucho que la iba a echar de menos a su lado. Justo la noche anterior, ella había compartido el calor de su cuerpo intentando alejar el frío del suyo. Volvió a mirarla y, cuando habló, su voz parecía a punto de quebrársele. —Hay muy poco calor que desperdiciar en este barco. Sugiero que combinemos el nuestro bajo estas mantas —comentó. XX arrugó la nariz con mojigatería. —Soy tan tonta, mi señor, que creo que hay vacas en medio del Atlántico y mi cerebro es tan simple que no me permite levantarme de esta ventanilla y pasar la noche en esa cama con usted —replicó. XY apartó los edredones, furioso. —Muy bien, entonces, pequeña cabeza de chorlito —espetó—. Estoy seguro de que tú y el gélido mar seréis grandes compañeros en ese rígido alféizar. No volveré a suplicarte que vengas conmigo. Simplemente, cuando te hayas cansado de jugar, déjamelo saber y te haré sitio. No durarás ahí mucho tiempo. |
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Sariita ¿Diosa? ¡Cotorra, eso es lo que eres!
Mensajes : 1947 Inscripción : 04/11/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 18 Feb 2013 - 2:01 | |
| La llama y la flor de Kathlen W.....( no recuerdo el apellido) |
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corandra Diosa Atlante
Mensajes : 1464 Edad : 56 Localización : Venezuela Inscripción : 19/12/2012
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Maryss28 Soy Cazadora y tengo un problema
Mensajes : 25278 Edad : 36 Localización : no se... buena pregunta!!! Empleo/Ocios : lectora empedernida! Humor : Bazinga!!! Inscripción : 30/06/2010
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corandra Diosa Atlante
Mensajes : 1464 Edad : 56 Localización : Venezuela Inscripción : 19/12/2012
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Sariita ¿Diosa? ¡Cotorra, eso es lo que eres!
Mensajes : 1947 Inscripción : 04/11/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 18 Feb 2013 - 2:30 | |
| Lo leí hace un tiempo,es el único que leí de esa autora. Ok subo extracto: —No tan deprisa, mi amigo ratero. Debo darle las gracias por haberme salvado la vida. El ladrón trató de zafarse, pero perdió pie sobre las tejas heladas y chocó contra XY. Juntos cayeron en el seguro ángulo que formaban la chimenea y el tejado, XY debajo, su presa esparrancada encima de él. Después de recuperar el aliento, XY se dio cuenta de que había algo muy familiar en la grácil forma del ladrón. Y también en la esquiva y picante fragancia de clavel, que no era precisamente lo que uno esperaba encontrar en un desvalijador de casas. Recientemente había conocido a otra persona que también usaba ese aroma de clavel. Con una sensación de inevitabilidad, arrancó de un tirón el pañuelo negro que ocultaba la cara del ladrón. El rostro pálido y ovalado fue reconocible al instante incluso en medio de la oscuridad. XY sonrió abiertamente al tiempo que inmovilizaba contra sí la forma alargada y deliciosamente femenina de la joven. —De manera que volvemos a encontrarnos, lady XX. O como se llame usted esta noche. Empiezo a creer que estamos destinados a estar juntos. —Esto no es el destino, sino una farsa —soltó XX. Acompañó el comentario con un codazo en el estómago de XY, en su afán de zafarse de él. El golpe le habría dolido si su cuerpo y su mente estuvieran debidamente conectados entre sí. —Debe de estar deseando que la transporten a Nueva Gales del Sur —señaló XY, al tiempo que la abrazaba con fuerza para inmovilizarle los brazos—, o de lo contrario no habría irrumpido en una casa en la que se está celebrando una fiesta. —Creí que lord M estaba ausente, porque la mayoría de las ventanas estaban a oscuras. —Privada del movimiento de los brazos, intentó propinarle un rodillazo en la ingle. Afortunadamente, él la sujetaba lo bastante cerca como para que ella no tuviera espacio para hacerle ningún daño. —Es usted muy fuerte para ser mujer —le dijo más bien sin resuello—. Claro que, si no lo fuera, no estaría descolgándose por los tejados de Londres como un mono enloquecido. —¡Mira quién habla! Era usted el que se estaba arriesgando como un demente. Resulta increíble que no se haya caído antes. —Empujó con fuerza con manos y codos, tratando de liberarse de sus brazos - ¡Suélteme maldito patán! —Es que no quiero soltarla – replicó él con simplicidad sobrecogedora – En este momento sólo estoy haciendo lo que quiero. ¡Debería haberle dejado caerse por el tejado! Muy apropiado – admitióXY – Pero ya que no lo ha hecho, tengo una idea mejor. Y la beso.
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Itzy Persiguiendo un Highlander
Mensajes : 19319 Edad : 31 Localización : Cazando, y no animales eh!!! Empleo/Ocios : Vacaciones.... Por fin! Humor : Se podría ser mas feliz??? Inscripción : 27/02/2012
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corandra Diosa Atlante
Mensajes : 1464 Edad : 56 Localización : Venezuela Inscripción : 19/12/2012
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Sariita ¿Diosa? ¡Cotorra, eso es lo que eres!
Mensajes : 1947 Inscripción : 04/11/2011
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 18 Feb 2013 - 3:58 | |
| - corandra escribió:
- Un baile con el diablo de Mary Jo Putney
Sip, te toca. |
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Itzy Persiguiendo un Highlander
Mensajes : 19319 Edad : 31 Localización : Cazando, y no animales eh!!! Empleo/Ocios : Vacaciones.... Por fin! Humor : Se podría ser mas feliz??? Inscripción : 27/02/2012
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corandra Diosa Atlante
Mensajes : 1464 Edad : 56 Localización : Venezuela Inscripción : 19/12/2012
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 18 Feb 2013 - 4:57 | |
| Aquí va un trozo:
—¡Ten cuidado, ARPÍA, porque estoy a un paso de darte una muestra de lo que le di a AMIGO la otra noche! Ahora, cuéntame: ¿qué le dijiste a ENAMORADA? ARPÍA le dirigió la parodia de una sonrisa. Levantó la barbilla y los ojos le brillaron con una luz vengadora: —¿Qué pasa, amorcito, ya no está tan ansiosa por dejar que la manosees? ¿No quiere desabrocharse los calzones, o acaso usa la misma ropa interior enteriza que los muchachos? Le apretó los brazos con tanta fuerza que las costuras de las mangas se rompieron. —Estás hablando de la mujer con la que voy a casarme y harías bien en recordar que los hombres no nos casamos con las que se dejan manosear. ARPÍA dilató las fosas nasales. —Y tú quizá descubras que las mujeres no se casan con hombres que prueban a otras. —¡Le dijiste eso! —¿Por qué no? Podría haber sido verdad. En muchas ocasiones lo deseaste. —¡Perra mentirosa! —le dijo entre dientes. —Lo quisiste, AUDAZ APELLIDO —se jactó, con maliciosa satisfacción—. Docenas de veces me tocaste como jamás permití que lo hiciera otro hombre y te encantó. Te ponías tan caliente que me parecía ver brotar vapor de tus pantalones... ¡cuál es la diferencia, pues! Conoces mi cuerpo mejor que el suyo y no pienso dejar que lo olvide, porque me clavó un cuchillo en la espalda. ¡Quería casarme contigo, mujeriego! ¡Casarme contigo!, ¿me oyes? —gritó, con los ojos desbordantes de furia—. Si yo no puedo tenerte, nadie más podrá. ¡Espera y verás qué sacas de ella la noche de bodas! AUDAZ nunca había odiado a ningún ser viviente con semejante intensidad. Creció dentro de él como lava, ascendiendo hacia la superficie, provocándole un abrumador deseo de castigar. Pero esa chica era sucia... no valía la pena que se ensuciara las manos. Las dejó caer, incapaz de soportar el contacto un instante más. —¿Sabes? —le comentó en voz baja—. Compadezco al pobre pelele que consigas atrapar. Eso no será un matrimonio: será una condena a cadena perpetua. —¡Ja! —ladró—. ¡Por lo menos sabrá que está en la cama con una mujer! —¡Cállate! La actitud de AUDAZ cambió de repente, pasó de la hostilidad a la vigilancia, inclinando un oído hacia el pueblo. —¿No puedes aceptar... ? —¡Silencio! —La pelea con ARPÍA terminó tan rápido como empezó—. ¡Escucha! —Se volvió hacia los peldaños del porche y escudriñó en la oscuridad—. ¿Oíste eso? —¿Qué cosa? Los ruidos llegaron flotando desde el pueblo, que estaba más abajo: una campana que tañía clamorosamente y el acompañamiento lejano de gritos inquietantes. AUDAZ subió los escalones y aguardó, tenso, observando el cielo que se cernía sobre el pueblo. —Oh, Dios mío —murmuró—. Fuego. —¿Fuego? Dando un salto, traspuso los cinco escalones y cayó en el patio, lanzándose a correr. —¡Avísale a tu padre! ¡Rápido! No esperó ni le importó si ARPÍA lo seguía. Lo dominó el instinto y corrió atropelladamente atravesando el patio hacia la calle, y por ella hasta la zona comercial del pueblo, donde ya un resplandor anaranjado iluminaba el cielo. ¿El local de quién? ¿El local de quién? Si no era en la calle LUGAR, estaba muy cerca. Corrió, impulsado por la adrenalina, sin hacer caso del dolor que le traspasaba las costillas a cada choque de los talones con el suelo helado. El corazón le martilleaba. Le ardía la garganta. Casi se dejó caer en plomada colina abajo, sintiendo que la calle caía debajo de él, hasta que las casas le cortaron la línea del horizonte y perdió de vista la cúpula dorada que florecía en el cielo nocturno. Más adelante, se oían chillidos de pánico. ¡Fuego! ¡Fuego! El tañido frenético de una segunda campana se unió al primero. Alrededor de AUDAZ se abrían las puertas de las casas y la gente salía a los patios delanteros y corría como embrujada, sin molestarse en buscar un abrigo. "¿De quién es el local?", preguntaban todos, con voces agitadas de correr colina abajo. No lo sé. AUDAZ no supo si contestó en voz alta o sólo para sus adentros. Sus piernas se movían como engranajes de acero. Se le resecaron los ojos. Le quemaban los pulmones. |
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 18 Feb 2013 - 10:56 | |
| Ni idea. No me extrañaría que lo haya leído, y que no lo recuerde. |
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Fantástica Buscando grupo de ayuda
Mensajes : 26861 Edad : 46 Localización : En medio del océano... Empleo/Ocios : Pensar y meditar... Humor : Raro, raro, raro... Inscripción : 21/12/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 18 Feb 2013 - 13:27 | |
| NI idea Ultimamente estoy muy despistada y no me entero de nada en este juego |
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corandra Diosa Atlante
Mensajes : 1464 Edad : 56 Localización : Venezuela Inscripción : 19/12/2012
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Sariita ¿Diosa? ¡Cotorra, eso es lo que eres!
Mensajes : 1947 Inscripción : 04/11/2011
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