Un tipo odioso.

Christina Lauren.

Sinopsis: Inteligente, trabajadora y decidida a terminar su máster con la nota más alta, Chloe Mills solo tiene un problema: su jefe, Bennett Ryan. Es exigente, riguroso, brusco, desconsiderado, arrogante… y absolutamente irresistible.

Tras pasar seis años trabajando en París, Bennett ha vuelto a Chicago para liderar la empresa familiar. Nunca pensó que la asistente que le había asignado su padre fuera la despampanante, inocente, provocadora y exasperante criatura a la que ahora tiene que ver cada día. A pesar de los rumores, nunca ha sido el tipo de hombre que mezcla los negocios con el placer, pero Chloe supone una tentación tal que está deseando romper esa regla. De hecho está más que dispuesto a saltársela a la torera si así logra estar con ella... por todos los rincones de la oficina.

Al tiempo que el deseo de ambos alcanza cotas insospechadas, Bennett y Chloe deberán decidir a qué están dispuestos a renunciar para ganarse el uno al otro.


Bueno, antes de empezar, tengo que hacer una confesión. A veces —sólo a veces, de verdad, lo prometo—, me gusta leer algún libro para poder hacer una crítica de puro desahogo e hincarle los colmillos con saña. Sí, lo sé, lo sé, soy una mala persona y todo eso. Pues menudo descubrimiento a estas alturas de la película…

El caso es que éste parecía el libro perfecto para ese fin: basado en un fanfic, erótico (en los tiempos que corren) y escrito a cuatro manos. Y con el típico empresario y la típica becaria. Os juro que los colmillos me goteaban de pura anticipación cuando abrí la primera página…

Pero, por algún motivo que me tiene muy, muy confusa y que me resisto a analizar por mi propia salud mental, me lo he pasado bien leyéndolo. Sí, vale. No es gran cosa. Ni muchísimo menos. Es una historia de lo más típica y lo más simplona, sin complicaciones, sin grandes tramas, sin una narración espectacular…  Pero el caso es que, quizá porque rompe con algunos de los clichés que se han estado poniendo de moda en los últimos tiempos por culpa de la trilogía que no nombraré, me ha pillado tonta. Soy casi humana, al fin y al cabo y estas cosas pasan en las mejores familias.

Para empezar, no os vais a encontrar con la típica historia de amor en la que se encuentran y caen rendidos a los pies uno del otro, no pueden vivir sin estar juntos y todo es súper ideal de la muerte y mega fantástico y son chachi felices y comen perdices y hasta caviar. Qué va, para nada. ¿Sabéis eso de cuanto más reñidos más queridos? Pues lo de este par debe ser épico, porque se detestan. En serio, se aborrecen hasta puntos insospechados. Él piensa, y con razón, que ella es una arpía; ella piensa, y con razón, que él es un tirano arrogante y desagradable. Trabajan juntos, no se soportan y se hacen la vida imposible el uno al otro. Pero, como el cuerpo no sabe de personalidades, por mucho que le cueste entenderlo a las más románticas, también se sienten muy, muy atraídos sexualmente uno hacia otro. Y discutir hace que esa atracción suba cien enteros, así que, cada vez que discuten —y discuten todos los días—, acaban con los pantalones en los tobillos. En cualquier sitio. A cualquier hora.

Y aquí es donde viene la otra gran diferencia con los clichés de moda: es simple y puro sexo, salvaje y duro. Sin adornos, sin ataduras, ni látigos, ni juguetitos, ni nada de nada. Sólo sexo. Él intenta dominarla, ella intenta dominarlo más a él y todo es un puro combate de voluntades y deseos. Porque, y aquí viene la tercera y maravillosa gran diferencia, Chloe es una tía como mandan los cánones. Nada de sumisión, de virginidad, de timidez o de falta de carácter. ¿Que me mandas? Paso de ti y hago lo que me da la real gana. ¿Que te pones chulo? Yo me pongo más. ¿Que me dices guarradas? Yo te las digo peores. ¿Que no me buscas? Pues voy yo a por ti. ¿Que me tocas las narices? Te dejo a medias y que te den. Y esto último es literal y me hizo partirme de risa cuando él le devolvió la jugada.

También es de agradecer que sean personas más o menos normales y corrientes, que no arrastren terribles traumas y que no lloriqueen por las esquinas porque mamá no les hacía galletas o papá siempre tenía partida de bolos el día que había función en el colegio. Sólo gente normal, con su carácter, con su vida, sin tragedias de baratillo. Qué alivio, por favor…

Por supuesto, esto es romántica, así que, bajo capas y capas de excitación, sexo de «aquí te pillo aquí te mato y después me largo porque te aborrezco», y peleas y más peleas, la cosa va convirtiéndose en… Bueno, en algo más típico. Y aquí es donde todo hace aguas definitivamente, porque, despojada de las peleas, de los diálogos cortantes y de los arrebatos de pasión, la novela pierde muchísimo y se convierte en una sucesión de tópicos. Ya sabéis: no puedo vivir sin ti, no puedo dormir, no puedo comer, no puedo concentrarme. Azúcar, azúcar y más azúcar. Que sí, que habrá a quien le guste, pero yo lo detesto, es lo que hay. Por suerte, sólo pasa en las últimas treinta páginas.

Tengo que decir también que, al menos, por una vez y sin que sirva de precedente, vemos los pensamientos de los dos. Está narrada en primera, pero desde los dos puntos de vista, así que tenemos capítulos con el monólogo interno de Chloe y otros con las paranoias de Bennet, con lo que no tenemos que imaginar lo que pasa por la cabeza del mega fantástico hombre todopoderoso. Lo vemos en directo y eso lo desmitifica mucho, lo que es muy de agradecer. Además, para mí es el mejor recurso para escribir a cuatro manos. Si cada autor lleva un punto de vista, las diferencias de estilo se diluyen y se explican con las distintas maneras de pensar de los protagonistas, y ayuda a darle coherencia a la narración. Como ya he dicho, los dos estilos no es que sean para dar palmas, pero encajan, y la elección de la estructura ha sido lo bastante inteligente como para ayudar a ello.

Por supuesto, tiene sus cosas negativas. Bastantes, la verdad: mucha repetición, mucha escena que no lleva a gran sitio, una historia simple y lineal, una prosa que, sin caer en lo vulgar —aunque sí en lo muy explícito—, no es tampoco para dar saltos, mucho recurso fácil usado una y otra vez…

Y sobre esto último voy a dar uno de mis acostumbrados saltos mortales y voy a dejar una reflexión: señoras, señoritas y demás fauna, por mucho que la gente crea, y por mucho que se empeñen en usarlo las autoras en sus novelas, la ropa interior no es tan fácil de romper. En serio, no lo es. Una vez, por casualidad, y si la cosa está en un nivel muy alto… Puede. Ahora, ¿media docena de veces? ¿De un tirón y con una sola mano? Venga ya, hombre. Que no, que ni en broma. Y lo que es más: a mí un tío me rompe media docena de bragas de La Perla y no se las guarda en el bolsillo como hace éste, no. Se las come untadas en salsa de tabasco. Y después me compra una docena nuevas, como mínimo. Que la primera me la romperá porque me ha pillado tonta, pero a la segunda me voy a su apartamento y le rajo todos los trajes de Armani con un cuchillo de cortar el pan. Anda que no. Que sí, que te excitas y todo lo que tú quieras, chavalote, pero ¿sabéis lo que vale un tanga de La Perla? ¿No? Pues ya os lo digo yo: fácilmente unos cien pavos. Así que, mira, chato, el primero lo rompes. En el segundo te rompo yo a ti los dedos.

Desde luego, lo que no hago es pedirle que me lo rompa cada vez que al niño le dé el capricho de ponerme mirando a Cuenca. Ni en broma. Porque sí, todas entendemos la pasión desenfrenada y blablablá, pero, y aun a riesgo de repetirme: ¡¡cien pavos!! Y eso los tangas, que los ligueros se van al doble. Que al sexto «encuentro desenfrenado» se ha pulido la mitad de mi sueldo con la gracia, y tengo la mala costumbre de querer comer todos los días y pagar mis facturas. Sí, vale, llamadme frívola. O fría, incluso, pero que no me cuela dos veces, es un hecho.

Pero claro, a las autoras debió hacerles gracia, porque se convierte en un auténtico fetiche para ambos y cada vez que se enredan estás esperando el momento «rómpelo». No es como la Diosa interior, pero que acaba resultando cargante, pues como que sí.

Por lo demás, pues no sé qué deciros. No sé por qué me lo leí y no sé si me gustó o no, pero sí sé que me voy a leer el segundo.

A veces no me entiendo ni a mí misma, de verdad.

Yo lo leí como fanfic llamado la oficina y no me disgustó, pero tampoco me encantó, no lo he leído como historia original, pero según escuché, la autora no le cambió mucho, es el mismo, es una serie de escenas de cama una tras otra, el libro te entretiene mientras lo lees, pero al momento de cerrarlo ya lo olvidaste, no te deja un mal sabor de boca al terminarlo pero no se te queda en la memoria como otros que he leído,es como dice la crítica tienes el añadido que sabes lo que él está pensando, pero tampoco lo hace mas emocionante, la trama me pareció plana, sin grandes sobresaltos o vueltas de tuerca, mi opinión es que es un libro que se deja leer si te gustan muchas escenas de sexo explícito pero que cuando lo terminas ya te olvidaste hasta de lo que trataba.
 Es un libro para pasar el rato pero no te ofrece una gran historia de amor de esas que te hacen suspirar. mi humilde opinión.

¡¡¡Una crítica buenisima Danna, me encanta!!! Me he reido muchisimo    Y te apoyo, un tio me rompe las bragas de La Perla con esa generosidad y se las traga como poco  

Por supuesto voy a leerlo, quiero reirme y ver a esos dos pelear como locos   Ya lo tengo esperando, es más, puede que esta noche lo empiece, necesito que se me pase el enfado que tengo con otro que tengo que terminar

Te contaré  

Ahora miro lo otro 

me estais picando, chicas, igual lo empiezo mañana

DeDanna escribió:

Ya, la cosa es que yo nunca suspiro y las grandes historias de amor me la traen bastante al fresco, la verdad, así que eso me dio igual :jiji:Y los Harlequines también los olvido nada más terminarlos y sigo leyéndolos, así que tampoco es que me importe.

Lo que no quita que siga sin saber si me gustó o la odié  La esquizofrenia es lo que tiene, mis Voces no se ponen de acuerdo

    Sí tienes razón, yo también leo Harlequines que olvido enseguida y sin duda continuo leyendolos y lo seguiré haciendo y también  tienen razón en decir que un libro llamado un tipo odioso no va a ser una gran historia de amor:jiji:
Lo que sí son interesantes son las escenas hot:twisted:  y de esas hay muchas y super calientes:calor:  , El prota es experto en la ropa interior:jiji: 

La crítica estupenda, pero no creo que me gustara a mi este libro. Gracias.

bueno, chicas, me lo estoy leyendo, pero primero, por orden , 

Dedanna, me rei un monton con tu critica, excelentemente ccortante como siempre, pero genial , y si tienens razon lo de la rotura de braga y tanga no lo entendi, por casualidad una pase pero asi, bueno lo dejamos en asi, la que es idiota es ella, que encima no le deja reponer la ropa, ja era lo que faltaba que el millonetti encima se vaya de rositas, y si lo que tu dices si rompes una compras 3 y ademas no creo yo que le desajuste la economia al pimpollo , cuando lo acabe os comento , de momento no puedo decir nada un saludo

Bueno Danna, creo que ya te comenté que lo terminé y yo me lo pasé genial     Lo que me pude reir, son tal para cual    Eso sí, las bragas se las pongo de sombrero

bueno, lo acabe y que puedo decir, que me rei si, que me ofendio lo de lla ropa interior , que con lo que cuesta es para matarlo y que las escenas   , estan genial, pero no se me dejo un sabor de no se que , no se como decirlo, es que conectar asi solo en el sexo y despues tratarla asi de friamente, no se no me termina de chocar, la verdad es que de momento no la puedo calificar, a no ser mas de lo mismo con escenas geniales, y como soy boba me leere el 2 seguro esto ya es masoquismo      pero bueno, solo en caso de no tener nada mas que leer