Héctor ya no es un niño: ha terminado sus estudios, ha encontrado trabajo y se ha mudado a otra ciudad. Solo. O todo lo solo que se puede estar viviendo con siete personas en una casa diminuta. Está decidido a disfrutar de su recién obtenida libertad o al menos eso pretende hasta que conoce a Sara, una mujer que le da calabazas sin ni siquiera pestañear después de haberle permitido probar el placer más exquisito.
Sara sabe perfectamente lo que puede esperar de la vida, y eso no incluye salir con un jovencísimo príncipe azul con cara de ángel. Es cantante de noche, secretaria de día y madre a jornada completa. ¡No tiene tiempo para cuentos de hadas! Y aunque lo tuviera, tampoco tiene ganas. Un poco de sexo, sí, por supuesto, y más si es del bueno. Pero ir más allá, no. Es demasiado vieja y sabia para complicarse la vida con historias de amor imposibles.
Música, sexo y amor en un cóctel explosivo en el que la impaciente juventud y la calmada madurez echan un pulso entre las sábanas.

Opinión personal

Por fin tenemos aquí la historia de Héctor, cuarta entrega de la serie «Amigos del barrio». He de confesar que empecé el libro con cierto reparo. Sigo de cerca a Noelia Amarillo, es una de las pocas autoras de novela erótica contemporánea que me gusta leer, y tenía muy claro cual iba a ser el argumento central de la historia y, por ese lado, no iba a haber ningún misterio. Pero sí que es cierto que, a veces, cuando tengo tantas ganas de leerme las aventuras de algún personaje que llevo ya tiempo esperando, las expectativas no coinciden con lo que obtengo una vez finalizada su lectura y, eso es lo que me tenía un poco a la expectativa.  Así que ya digo que la historia de Héctor y Sara me ha gustado mucho.

Para mí, uno de los platos fuertes del libro lo constituye su protagonista femenina. Que conste que Héctor me ha parecido un amor, pero a pesar de que es posible que otras lectoras os hayáis encontrado con protagonistas de esta edad, no es, ni de lejos, una edad habitual. Porque sí, Sara tiene 39 años y eso me ha encantado.

Sara es una mujer cabal. Al contrario de lo que pueda pensarse por el trabajo que desempeña los fines de semana, cantar con su grupo en pequeños escenarios, tiene un trabajo fijo en un organismo que le da la seguridad económica que necesita para mantener a su familia y es una mujer responsable donde las haya y también, a veces, peca de ser demasiado buena persona. Tiene su vida hecha y no le gustan los cambios, ningún cambio. Es una mujer liberal y  moderna, aunque, en materia sentimental, no quiere complicaciones. Ya no tiene edad para andarse con tonterías. Y Héctor representa una gran complicación.

Con Sara me he sentido identificada en muchos momentos, particularmente con todas las dudas que se plantea en referencia a su físico y a su edad. Creo que Noelia Amarillo ha estampado en ella muchas de las tonterías a las que, debido a la gran presión social que ahora vivimos las féminas, tenemos en la cabeza: dudas, complejos y falta de seguridad en nosotras mismas. Y, de paso, yo he soltado alguna que otra carcajada.

Sara me ha parecido un personaje muy creíble. Muy humano. En algunas circunstancias sabe mostrarse dura y firme, una mujer de armas tomar pero, en otras, le falta algo de esa firmeza. Tiene miedo a volver a sufrir, ya ha tenido varios desengaños y prefiere no arriesgarse a volver a pasarlo mal.

Héctor es, posiblemente, el gran protagonista. Es el personaje que más se nos desnuda En mi opinión, Noelia Amarillo ha conseguido darle ese punto perfecto entre tierno y duro, dominante y tolerante, paciente e impetuoso y, para más inri, un cuerpo de infarto. Algunas de las escenas en las que nos muestra sus sentimientos me han acongojado, quizás debido a que no es muy usual encontrarnos con esa sinceridad a reconocer los sentimientos en nuestros héroes.

Héctor es quien más evoluciona a lo largo del libro. Empieza siendo es joven que ya conocíamos, despreocupado, que acaba de abandonar el nido y quien, prácticamente, solo piensa en divertirse y vivir la vida que, al fin y al cabo, es lo que le toca. Está dispuesto a comerse el mundo, aunque se encontrará con los problemas normales de una persona de su edad, que acaba de terminar sus estudios y quiere empezar con su vida laboral. A medida que vamos pasando las páginas, va madurando, cambiando sus prioridades y siendo consciente de las responsabilidades que tiene que adquirir para conseguir lo que quiere. Irá, poco a poco, dándose cuenta de que tiene que aprender a ser totalmente independiente en todos los aspectos, dejando de lado la fácil y cómoda postura de acudir a los suyos cuando tiene “ciertos” problemas, a afrontar sus decisiones y ser consecuente con ellas.

La historia comienza prácticamente desde el final y, través de flash-back,  Héctor irá recordando y les irá relatando a su hermano, Darío, y su cuñada, Ariel, toda la complicada y problemática relación que ha mantenido con Sara.

Héctor y Sara son dos personajes que se conocen y se atraen. Desde el principio será Sara, quien se muestra totalmente reacia a comenzar cualquier tipo de relación con ese jovencito rubio con un cuerpo de escándalo, la que marcará el ritmo de la relación y, en consecuencia, también del libro. Posiblemente ese sea el motivo por el que me ha parecido que a la historia le cuesta arrancar pues, dada la gran oposición a dejarse embaucar por ese dios rubio, resulta necesario, para darle credibilidad a la historia, que la relación entre ellos evolucione de una forma pausada y sosegada, aunque no faltan continuos tiras y aflojas que te mantienen muy atenta a la lectura.

Héctor no cuenta con el sentimiento arrollador que le envolverá cuando conozca a Sara, se muestra, aparentemente, mucho más despreocupado con los tópicos sociales a los que se enfrenta la relación, pero también tiene miedo y se esconde. Sara será la que lo prejuzgue, solo teniendo en cuenta su físico y su edad. Pero el amor no entiende de estas cuestiones, y con la confianza y ganas suficientes, se pueden vencer todos los prejuicios sociales. Alrededor de esta problemática girará toda la historia, en la que los protagonistas deberán hacer frente, no sólo a los supuestos impedimentos sociales, sino a sus propios prejuicios.

Los protagonistas están acompañados de un elenco secundario muy interesante: Alba, la hija de Sara, algo soñadora y terriblemente dura, pero totalmente volcada a conseguir que su madre consiga la felicidad y Elka, su mejor amiga, que hará todo lo necesario para evitarle sufrimiento (estoy deseando leer su historia), sin olvidarnos de Geert, figura también muy importante en la historia ni tampoco de otro curioso personaje masculino.

Noelia Amarillo es una autora que arriesga, algo que me encanta, en este caso, con esta relación entre un hombre y una mujer, ella quince años mayor. Rompiendo con un tabú que, todavía hoy en día, a pesar de que sea una tema altamente vigente debido a “relaciones famosas”, persiste en nuestra sociedad.

Lo que más me gusta de las historias de Noelia Amarillo, es su cotidianidad. Estamos ante una novela erótica pero, como nos tiene acostumbradas, con una historia con fuerza y una trama consistente detrás y unos personajes bien construidos. En este caso considero que ha cuidado más su prosa, sigue llamando a las cosas por su nombre, pero me ha parecido más elaborada. Son historias muy cercanas donde podemos disfrutar del día a día de nuestros personajes, gente tan normal como nosotros mismos.

He disfrutado mucho de esta serie y, en esta entrega, me ha encantado volverme a encontrar con los protagonistas de las primeras historias, a algunos de ellos les tengo un especial cariño. Y me he llevado una muy grata alegría al saber, que no voy a tener que despedirme de ellos, porque podremos leer una historia más… la historia de +Uno… sólo me queda preguntar: ¿para cuándo?