Enamorarse de Justice Garrett fue algo increíble para la adolescente Patience McGraw. Incluso después de que hubiera desaparecido, Patience nunca había olvidado al chico que le había robado el corazón. Ahora Justice había vuelto a Fool’s Gold, y la pasión que sentía por él era más fuerte que nunca. Pero ¿cómo podía confiar en que no fuera a abandonarla otra vez… y también a su hija?

Cuando el guardaespaldas Justice Garrett era joven, el programa de protección de menores lo llevó a ese idílico pueblo y nunca pudo olvidar ni su calidez ni la dulce belleza de su amiga. Había vuelto para abrir una academia de defensa personal, y la Patience que había conocido ya era toda una mujer. No podía resistirse ni a sus curvas ni a su sonrisa, pero su pasado hacía imposible que pudiera plantearse ser esposo o padre...

Décimo libro de la serie «Fool's Gold».

Esta novela me ha sorprendido, porque me había imaginado una trama algo distinta a la que finalmente me he encontrado, pero ha sido una sorpresa agradable. Todo se resume en que es una historia dulce, tierna y sencilla sobre el reencuentro de un primer amor, y me ha gustado que sea un reencuentro tan natural, sin rencores, sin recriminaciones. Después de todo, no tienen nada que reprocharse ninguno de los dos protagonistas.

El prólogo, quince años antes del desarrollo de la historia propiamente dicha, ya demuestra los sentimientos tiernos que hay entre dos adolescentes. Las circunstancias, tan inesperadas como increíbles, les llevan por caminos separados, pero el destino y el recuerdo les vuelve a unir. En principio como amigos.

Es un punto de partida interesante, un poco increíble, sí, pero al mismo tiempo sencillo. Y la historia se basa, sobre todo, en esa evolución de su antigua relación, que estaba a punto de pasar de la amistad al amor.

Los dos protagonistas, a los que conocimos un poco en la novela anterior, me han gustado, y forman una pareja entrañable, más tierna que apasionada.

Patience es una mujer dulce y sencilla que pasó por un divorcio tan rápido como su matrimonio, pero eso no la dejó demasiado marcada, y adora vivir de nuevo en Fool's Gold. Sigue conservando la esencia de la adolescente que fue, de la que una vez fue la amiga de Justice, de la chica de la que él se enamoró. Su actitud entusiasta a veces es algo infantil, pero eso es lo que necesita Justice contra la oscuridad que rodea su pasado.

Justice es todo lo contrario a Patience, porque pasó varios años en el programa de protección de testigos para huir de su padre, sin ni siquiera poder confesarle la verdad a su mejor amiga. Pero su corta estancia en Fool's Gold le dejó huella, ahora Justice es un hombre encantador y divertido, pero también es un hombre peligroso. A veces resulta un poco exagerado y repetitivo su temor a ser como su padre cuando está claro que no tiene nada que ver con él. Si Justice tiene algún defecto es la testarudez.

La historia de amor es sencilla y tierna, la historia de un reencuentro. El mayor problema al que se enfrentan es al pasado de Justice, que le plantea dudas a éste, por mucho que quiera mantener a salvo a Patience no sabe si le romperá el corazón de alguna forma. Él no se atreve a comprometerse, y Patience sigue recordando la noche en la que se marchó sin explicaciones, todavía no está convencida de que no vuelva a suceder lo mismo. Pero lo que fue un amor puro de juventud se va convirtiendo en un sentimiento más profundo, porque la atracción siempre ha existido y nunca han podido olvidarse.

Como personaje secundario, destaco a Lillie. Normalmente recelo de los niños que aparecen en las novelas románticas, y aquí aparece la hija de Patience. Pero es una niña encantadora y adorable, protagoniza un par de escenas muy tiernas, y una en concreto con Justice que me ha parecido muy divertida. Después de eso, la pequeña Lillie me ha conquistado y me ha gustado.

También hay una pequeña historia de amor secundaria que es un poco increíble, pero tampoco me ha sorprendido. Y alguna escena divertida entre secundarios, como la malhumorada y masculina Charlie atrapada entre sus dos amigas embarazadas, una en fase zen y la otra en fase llorona.

La parte final de la historia es la más emotiva de la novela, pero el final es bastante rápido, pasan demasiadas cosas en pocas páginas.

Es una historia muy tierna, sencilla, divertida, con unos personajes agradables en un pueblo tan acogedor como exasperante. Tiene algunos detalles predecibles, pero es una historia bonita y me ha gustado.