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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 1 Ago 2014 - 10:26 | |
| - Fantástica escribió:
- ... la Lindsey y yo como que no ...
Yo tampoco le cojo el gusto a esta autora. |
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sombra Cazadora consagrada
Mensajes : 12511 Edad : 32 Localización : Aquí y allí y en ninguna parte Empleo/Ocios : Sumergirme entre libros Humor : Siempre intentándolo Inscripción : 04/07/2012
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 1 Ago 2014 - 15:13 | |
| - Mau escribió:
- "Dime que me amas" de Lindsey?
Sí, ese es Mau, te toca |
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Vie 1 Ago 2014 - 19:27 | |
| Ahí va!
De repente, se dio cuenta de que no estaba sola. Un hombre vuelto de espaldas se hallaba en la sección de poesía. Un hombre muy alto y corpulento con los hombros más anchos que XX había visto nunca. Vestía un abrigo largo y gris sobre pantalones de color ante y brillantes botas altas. El sombrero que reposaba sobre su cabeza le añadía unos cuantos centímetros de estatura. ¡Era un gigante! Y debería causarle temor, pero lo único que XX pudo hacer fue quedarse pasmada mirándolo. Nunca había visto a un hombre tan... tan... imponente. Él no la oyó acercarse, toda su atención se dirigía al libro que tenía en la mano. —«Camina hermosa, como la noche / De climas sin nubes y cielos estrellados, / Y todo lo mejor de luz y sombra / Se halla en sus ojos y apostura: /Así suaviza esa tierna luz / Que el cielo al espléndido día niega.» Su voz era profunda y melódica, con un ligero acento que hacía las palabras de Byron aún más efectivas. —Leéis muy bien, caballero —comentó XX, con voz ahogada. No debería haber hablado. Era muy incorrecto, pero no había nadie que la pudiera oír excepto él. El hombre se sobresaltó. Cerró el libro de golpe, se dio la vuelta para mirarla y el efecto total de su apariencia fue para XX como un golpe en el estómago. Sin duda era el hombre de aspecto más increíble que jamás se había encontrado. Lo que se le veía del cabello era de color marrón claro con mechas doradas. Y los rasgos eran fuertes y solemnes. No era exactamente apuesto, pero sí increíblemente cautivador. Y joven, aunque con unos cuantos años más de los dieciocho de XX. —G... gracias —respondió él, con los ojos color ave¬llana vacilantes al encontrarse con los de XX—, señorita... ¡Oh! ¿Dónde estaban sus modales? XX podía haber obrado de manera escandalosa al hablarle, pero aún era más grosero no presentarse. Alargó la mano con una sonrisa, esperando no parecer una completa idiota. —Señorita XX. ¿Y vos sois? —Aparte de ser la magnificencia misma, claro. Él le tomó la mano, que parecía minúscula en la suya. —XY. —Lo pronunció como «ASÍ» en vez del más suave «OTROMODO» —Bueno, señor XY —repuso XX, mientras se maravillaba de la fuerza de los dedos que rodeaban a los suyos—. Tenéis una hermosa voz para la poesía, y también buen gusto. Él alzó el libro, mientras una sonrisa le curvaba los labios. —Nunca había leído a Byron. He oído hablar tanto de él que decidí que, como mínimo, debía ver a qué viene tanto alboroto. —Es uno de mis favoritos. —Mirando hacia las estanterías, XX descubrió el espacio vacío del que el señor XY había sacado el libro. Era la última copia. Disimulando su decepción, le sonrió. —Os recomiendo de todo corazón que compréis ese libro. La mirada de él no se había apartado del rostro de XX, que notó que se sonrojaba. —¿Por casualidad no será el libro que habéis venido a comprar? —Lo era —respondió ella con sinceridad—. Pero ya tengo parte de la obra de Byron en casa. Detestaría negaros el placer de descubrir su poesía. Él le ofreció el libro. —No podría disfrutarlo sabiendo que os lo he quitado a vos. ¡Parecía tan sincero! El rubor de XX se intensificó. —Por favor. Insisto. XX no podía explicarlo, ni siquiera a sí misma, pero de repente le resultaba de la mayor importancia que él se quedara con el libro. El joven se apretó el libro contra el pecho con una gran mano. —Siempre me han dicho que es grosero discutir con una dama, así que no lo haré ahora. Os agradezco vuestro sacrificio, señorita XX. XX sonrió. ¿Hacía calor en la librería o era ella? —Yo no lo llamaría un sacrificio, señor XY, pero acepto vuestra gratitud. Espero que os guste.
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Fantástica Buscando grupo de ayuda
Mensajes : 26861 Edad : 46 Localización : En medio del océano... Empleo/Ocios : Pensar y meditar... Humor : Raro, raro, raro... Inscripción : 21/12/2010
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kadesh Reencarnada en cazadora
Mensajes : 9967 Edad : 40 Humor : Negro Inscripción : 23/04/2010
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
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Fantástica Buscando grupo de ayuda
Mensajes : 26861 Edad : 46 Localización : En medio del océano... Empleo/Ocios : Pensar y meditar... Humor : Raro, raro, raro... Inscripción : 21/12/2010
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Sáb 2 Ago 2014 - 11:01 | |
| La verdad es que no lo sé. No recuerdo si se han puesto libros juveniles hasta ahora, así que no sé que decir. Pero el libro es este, estoy segura. |
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drew Cazadora de élite
Mensajes : 13989 Edad : 33 Localización : Sevilla Humor : depende del dia =p Inscripción : 18/02/2011
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 3 Ago 2014 - 22:27 | |
| Sí es ese, pero es juvenil??? hasta donde yo sé es histórico romántica...te toca pricesa!! |
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 4 Ago 2014 - 0:42 | |
| Las reglas dicen que no valen los libros no publicados en español y los harlequines... |
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 4 Ago 2014 - 20:33 | |
| Ok, sigo.
Ansioso aún por compensar sus anteriores pensamientos, SOLDADO reaccionó con presteza, y cayó al suelo con la misma rapidez en cuanto XY lo derribó de un culatazo. Luego éste cerró la puerta para que no los sorprendiera nadie que entrara en la cárcel y a continuación arrastró a SOLDADO hasta la celda y lo metió dentro de un empujón. Cogió el sombrero del soldado y se lo puso, remetiendo de cualquier modo parte de su largo cabello. —Deje de parecer tan afligida, no le he disparado. —Aun así, está herido por mi culpa. —XX apartó la mirada del guardia inconsciente y sus ojos volvieron a fijarse en XY—. Venga. ¿A qué espera? Es libre de irse. No esperaba que su comentario le hiciera gracia, pero estaba segura de que lo que veía en los escarchados ojos grises de él era regocijo. Entonces añadió: —No es que me importe, pero está perdiendo el tiempo. Él dobló el dedo índice para indicar que se le acercara. Las oscuras cejas rojas de XX se fruncieron. —Estoy bien donde estoy, gracias. XY volvió a alzar el arma, pero no la apuntó a ella, sino a la infortunada cabeza de SOLDADO. —Aún no es demasiado tarde —susurró-, todavía puedo matarlo. XX sintió que sus ideas empezaban a despejarse, y tuvo tiempo de evaluar la situación; se sentía infinitamente más segura de sí misma que unos momentos antes. —Si dispara atraerá a los soldados, no creo que sea eso lo que quiere. Él no parpadeó. —Van a ahorcarme —dijo con voz firme—; creo que correré el riesgo. Tiró del percutor hacia atrás y XX se levantó. —Matón... —Traiga el maletín... Y la Biblia también, si quiere. Tras cogerlos del catre, XX pasó por encima del cuerpo de SOLDADO y salió de la celda delante de XY. Este cerró la puerta con llave y la siguió hasta el cuarto de guardia, que continuaba vacío. Con un gesto, le indicó que lo cruzara. —¿Y ahora qué? —preguntó ella enfadada. XY le posó una mano en la base de la espalda y notó que reaccionaba con tanto nerviosismo como si hubiera sido un revólver. Se inclinó hasta su oreja y en voz baja dijo: —Por esa puerta y al patio. Procure no llamar la atención. —Creo que de eso ya se encargarán usted y su arma. |
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sombra Cazadora consagrada
Mensajes : 12511 Edad : 32 Localización : Aquí y allí y en ninguna parte Empleo/Ocios : Sumergirme entre libros Humor : Siempre intentándolo Inscripción : 04/07/2012
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drew Cazadora de élite
Mensajes : 13989 Edad : 33 Localización : Sevilla Humor : depende del dia =p Inscripción : 18/02/2011
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latipa Diosa Atlante
Mensajes : 1187 Edad : 36 Localización : tumbada a la bartola Empleo/Ocios : perderme en el bosque Humor : optimista Inscripción : 04/02/2010
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Jue 7 Ago 2014 - 12:16 | |
| Un poco más. XX no había llegado lejos. Alzó el farol al vislumbrar la combinación de algodón, y la vio arrimada a la pared del túnel, de espaldas a él, con un hombro pegado a la piedra. —Váyase —dijo. No tuvo que alzar la voz porque XY estaba cerca. La luz del farol iluminaba hasta más allá de ella y proyectaba una sombra donde antes sólo había oscuridad. —Vuelva conmigo. XX tenía los brazos cruzados para resguardarse del frío y de la absoluta tristeza que se obstinaba en ser su compañera. Meneó la cabeza. —No tengo adonde ir. Sin un farol no me veo ni la mano delante de la cara. XY se acercó y vio cómo XX se ponía tensa, aunque se negó a volverse para mirarlo. —No tiene que quedarse aquí —dijo él. Ella alzó una mano rápidamente y se enjugó una lágrima. —Tiene razón, por tanto, déjeme marchar. Acompáñeme a la boca de esta gruta y yo buscaré el camino de vuelta al fuerte. —Se moriría ahí fuera. Ella sorbió por la nariz y, con gesto de enfado, se enjugó otra lágrima. —Ya lo sé... —replicó, impaciente—. Y mi cuerpo atraería a los buitres, y los buitres atraerían a los miembros del grupo de rescate, y me encontrarían porque uno de mis huesudos dedos apuntaría directamente a esta gruta. —Algo así —convino él con ironía. Levantó una mano para ponérsela en el hombro, pero ella percibió el gesto y, con un estremecimiento, se encogió más. Él se quedó callado varios minutos. En el pasillo sólo se oían el esporádico goteo entrecortado del agua que caía de su ropa y algún sollozo que XX era incapaz de contener. —Vámonos —dijo él al fin, en voz baja. Sin mirarlo, con los hombros caídos y la cabeza gacha, esta vez, ella se volvió y se acercó. Él observó que tenía buen cuidado de no tocarlo. —No creí que llegaría a odiarlo —murmuró XX con un tono desprovisto de emoción. |
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Mau ¡¡Que alguien le rompa los dedos!!
Mensajes : 4244 Edad : 44 Inscripción : 14/09/2008
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pricesa Cazadora en prácticas
Mensajes : 11824 Edad : 40 Localización : Tarragona.. Inscripción : 28/01/2010
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latipa Diosa Atlante
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uni13 Buscando grupo de ayuda
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kadesh Reencarnada en cazadora
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Dom 10 Ago 2014 - 17:33 | |
| Ah, yo no pasé del primero, tengo que volver a ponerme al día |
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drew Cazadora de élite
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pricesa Cazadora en prácticas
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latipa Diosa Atlante
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| Tema: Re: Chicas... ¿jugamos? Lun 11 Ago 2014 - 14:01 | |
| yuju! —No eres mi ramera —dijo XY con voz salvaje—. ¡No has sido nunca mi ramera!—Prostituta, puta. Llámalo como quieras. No cambia lo que sucedió, lo que soy. —Se alejó tanto como XY se lo permitió—. Suéltame.—No —dijo él, y la estrechó muy fuerte contra su cuerpo.La categórica negativa de XY fue inesperada, como lo fue la excitación que no se esforzó en ocultar. XX se asombró. No había esperado que él exigiera su presencia en su cama esa noche. A pesar de todo lo que había dicho, no había creído realmente que él pensara en ella como su ramera. Estaba equivocada. Pero ya se había equivocado con él antes.—Ya veo —dijo XX. Forzó sus manos entre sus cuerpos y comenzó a desabotonarle la chaqueta con dedos temblorosos—. Quieres empujar entre mis piernas otra vez.Su mano se aplastó contra su boca.—Basta. ¡Eres mi mujer, no mi ramera, y lo sabes condenadamente bien!Los ojos de XY eran estrechas ranuras de plata a la luz de la luna. Su boca, una línea negra. Su cara parecía la de un salvaje. XX podía ver la furia de XY, saborearla, sentirla. El enojo que veía en él, era más grande del que hubiera visto nunca en ningún hombre. Sin previo aviso, él movió su mano y la reemplazó con su boca. Fue tan rápido que ella no pudo oponerse. Se hallaba cautiva dentro de la feroz jaula de sus brazos, sin ninguna forma de liberarse, ningún escape, nada excepto la presión urgente de su boca abriendo a la fuerza la suya, dejándola indefensa contra su beso. XX, inmóvil, esperó el empuje íntimo de la lengua de XY. No llegó. En lugar de eso, su boca se volvió más gentil, y su lengua persuadió a la suya en una dulce seducción que era más amenazadora que cualquier reclamo. Era lo mismo con sus manos deslizándose con delicadeza sobre su cuerpo, propagando el placer a su paso, haciéndola temblar.La desesperación se derramó a través de XX. XY la conocía demasiado bien. Con impotencia, sus uñas se clavaron en la parte superior de sus brazos con fiereza, luchando contra la salida que él ofrecía, clamando por la liberación.—Sí —dijo XY con rabia, mordiendo el cuello de XX con agudo refrenamiento mientras sentía el dolor romo de sus uñas—. Ven a mí. Te sientes herida y enojada, y no sabes qué hacer. Desahógate conmigo, XX. No me da miedo tu pasión. Déjala libre.La comprensión de que XY conocía la fiereza que hervía bajo su calma antinatural arrancó un sonido de desesperación de los labios de XY.—Detente, por favor, detente —imploró con voz temblorosa—. Déjame algo de orgullo, XY. Hasta una puta necesita un poco de orgullo.El frío paralizó a XY.—Deja de decir eso. ¿Me oyes? No eres una puta.—¡Pruébalo! Déjame dormir donde yo quiera. ¡Déjame dormir sola!Hubo un silencio que se alargó hasta que XX quiso gritar. Los únicos signos de su inquietud eran los pequeños temblores que la recorrían, aunque ninguna emoción se traslucía en su cara. Observó a XY como si no lo conociera, con los ojos de una extraña, mientras esperaba enterarse si era una mujer o una prostituta.Y él lo sabía.—Duerme donde quieras cada vez que quieras —dijo él con frialdad—. Estoy condenadamente harto de ser tratado como un seductor sin escrúpulos por ti y por tu hermano.XY soltó a XX con brusquedad y dio un paso atrás.—Hazme saber el momento en que logres sobreponerte a tu capricho y quieras ser tratada como mi mujer. Entonces te haré saber si todavía quiero ser tu hombre. |
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pricesa Cazadora en prácticas
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