Chicas... ¿jugamos?

pues no lo lei , me lo apunto gracias

ese si me lo leí, pero apenas me acuerdo de él, solo sé que de ella esa serie no me gustó mucho Confusión

Yo arriesgué un libro pero aún no tengo la confirmación, no sé si acerté... Question

Entonces sigue tu, Mau, acertaste, he mirado el libro y encontre ese trozo

Mmmm habría que esperar la confirmación me parece...de todas manera me voy dos días chicas así que si quiere seguir otra mejor, yo vuelvo el sábado...

Ya, pero una cosa es esperar confirmacion y otra dejar el juego parado tanto tiempo, yo me voy a clases, si acaso a la vuelta pongo cacho

Confirmo yo. Sí, Mau, Es ese libro.

Al resto, como Mau dijo que no regresa hasta el sábado, quieren esperar o prefieren que se ponga otra fragmento?

Pues que se ponga otro cacho, no???

El hombre estaba de pie en la cubierta del barco con los ojos cerrados y la cara alzada hacia el sol. Inspiró el aire salado del mar mientras El Caminante surcaba las olas blancas del océano Atlántico. Habían pasado diez largos años desde la última vez que había olido algo que no fuera hedor, desde la última vez que había pisado algo que no fuera basura. Sin ver nada más que oscuridad a su alrededor. Sin experimentar otra cosa que la pura agonía.

Pero ahora que había logrado escapar, haría justicia.

Abrió los ojos y bajó la vista a la piel estropeada de sus muñecas donde había llevado los grilletes. En ellas sólo había una mínima parte de las muchas cicatrices que marcaban su cuerpo y que le recordaban a diario los horrores que había sufrido en esa prisión infernal.

«No son nada comparadas con los horrores que él sufrirá.»

Aquellas palabras que lo habían mantenido con vida durante una década le atravesaron la mente mientras volvía a alzar la mirada. Unas nubes blancas y algodonosas salpicaban el profundo azul del cielo, extendiéndose hasta donde la vista podía alcanzar; pero en cuestión de días, Inglaterra aparecería en el horizonte.

Entonces podría llevar a cabo su venganza contra el hombre que le había arruinado la vida. XY.

El odio rezumaba por todos los poros de su piel. Pronto... muy pronto le arrebataría a ese bastardo lo que más le importaba en la vida. «Tal y como él me lo arrebató a mí.»

El hombre apretó los dedos en torno a la barandilla de madera.

«Pensabas que te habías salido con la tuya, ¿verdad, bastardo? Primero cometes un asesinato y luego huyes a Inglaterra. Sin duda, una jugada muy inteligente.»

El hombre dejó escapar una risa entrecortada.

«Pero yo conozco tu secreto...»

Oh, sí, sabía lo que había hecho XY y, tras una exhaustiva búsqueda, había descubierto dónde se ocultaba.

—Sé algo que tú no sabes... —susurró el hombre a la fresca brisa marina que se llevó consigo las suaves palabras. —Mataste al hombre equivocado, XY. Yo soy el que buscabas. No puedo esperar a mirarte a los ojos cuando te des cuenta de tu error.

Ah, sí, ése sería un momento muy dulce, sin duda, seguido por otros todavía más dulces.

«Lo vas a perder todo... igual que lo perdí yo. Y después, te mataré.»

Y entonces, la tan ansiada venganza contra XY sería completa.

Pues seguro que no lo he leído pero parece muy interesante

Cuánto odio!!! Ahora quiero saber que libro es!!! acojonado

Mascarada de Jacquie D`alessandro Question

María15 escribió:: Mascarada de Jacquie D`alessandro

Claro!!!

Creo que tengo que hacer unas relecturas de bastantes libros Juntar dedos

ya que tampoco encuentro nada nuevo ahora Rodar ojos

Pues sí he leído el libro ¬_¬º

no me sonaba de nada y sigo sin recordar Rodar ojos

Estoy muy mal de lo mío porque yo también creo que este lo leí, pero no me acuerdo nada de nada... ^^º

María

Este juego lleva demasiado tiempo parado, alguien quiere seguir??? yo fui la última que puso...

una facilita!!

Pero antes de que llegaran al primer peldaño, la puerta principal se abrió seguido de una serie de improperios típicamente femeninos.
—¿Mamá? —dijo prota, sin acabárselo de creer.
Pero Madre sólo tenía ojos para sus hijos.
—Sabía que os encontraría aquí —dijo, señalándolos—. De todos los estúpidos y tercos...
Prota no escuchó el resto del discurso de su madre. Marido estaba riéndose demasiado fuerte en su oído.
—¡La ha hecho infeliz! —protestó hermano—. Como hermanos suyos, es nuestro deber...
—Respetar su inteligencia para resolver sus propios problemas —lo interrumpió Madre—. Y ahora no parece demasiado infeliz.
—Eso es porque...
—Y si me dices que es por vuestras amenazas después de irrumpir en su casa como un rebaño de ovejas, te prometo que renegaré de los tres.
Los tres se quedaron en silencio.
—Está bien—continuó Madre—. Creo que es hora de marcharnos, ¿no?
Cuando sus hijos no se movieron lo suficientemente deprisa para seguirla, se giró y cogió...
—¡Mamá, por favor! —gritó hermano—. Por la oreja...
Lo cogió por la oreja.
—...no.
Prota agarró a marido por el brazo. Estaba riéndose con tantas ganas que tenía miedo de que fuera a caerse.
Madre hizo salir a sus hijos con un fuerte:
—¡Fuera!
Luego se giró hacia Protas.
—Me alegro de verte en Londres, Marido —dijo, sonriendo—. Una semana más y yo misma habría ido a buscarte.
Entonces salió y cerró la puerta.