Christina Skye - Demasiado peligroso
Annie ha dedicado su vida, desde la muerte de sus padres, al spa que tiene en las playas donde se crió. Cualquiera diría que no puede desear más…
La sensible Annie muestra una coraza frente a los hombres; no puede olvidar que hace ocho años se enamoró perdidamente de Sam McKade, un hombre que no le prometió nada y al que ella no le preguntó. Ese romance fugaz y lo que se permitió sentir, es como una yaga que no puede curar, y una constante defensiva que no le permite confiar en los hombres a nivel personal.
Ahora su vida está en equilibrio, aunque se le caen algunas pelotitas en su malabarismo de su organización perfecta. Cuando se entera de que el gobierno decide que en una misión son necesarias sus dotes de terapeuta muscular y las instalaciones exclusivas se siente invadida.
Irónicamente la “invasión” será completa: se trata de la recuperación de un marine, un hombre que se considera héroe en general, pero para algunos particulares un objetivo. Para ella, es arena movediza y pasos hacia atrás, porque ese hombre al que debe ayudar, es el mismísimo Sam McKade.
La primera respuesta de Annie será “tal vez”; la segunda un NO rotundo con todo tipo de exclamaciones, pues nadie le ha dicho que es Sam McKade el herido héroe de las calles a quien debería ayudar.
Finalmente se da el inexorable encuentro, pero ambos sienten, cada uno por su lado, que algo no está bien.
Annie lo ve desconcertado, sin intención de saludarla, y entonces le caen en la oficina un montón de informes sobre la falta de memoria de Sam durante un tiempo traumático de su vida. O sea, no la reconoce.
Sam la ve y recuerda…que a veces las chicas son más interesantes que guapas, que esta es un espécimen con la combinación perfecta, y que está enfadada.
Pronto, en los entrenamientos en que Sam sufre horrible y Annie aunque firme sufre con él, se desata una atracción mucho más intensa de lo que pensaban, llegando casi a poner en peligro a Sam con sus descuidos.
¿Podrá volver a confiar Annie en el hombre que una vez sin promesas ni compromisos?
¿Qué pasará si alguno termina muerto, ahora que saben lo que sienten el uno por el otro?
¿Cuántos secretos se ocultan entre ellos por culpa de la CIA, y cuántos de esos secretos son los causantes de graves accidentes en el Spa?
Me obsequiaron este libro y decidí probar suerte. Y la verdad es que no me desilusionó, pero fue uno más entre tantos.
El argumento es algo trillado, pero como a mí al menos me parece, todo está en la trama, y aquí ni se destaca ni entierra al argumento, en que otra vez la dama cuidará y correrá peligro por salvar al accidentado caballero desmemoriado. La falla es que, aunque la trama está presente, no actúa demasiado con el romance, sino que se dedica más al peligro, el escape, etc.
El hecho de que él sea un héroe de la patria, con toda su fuerza para llevar a cabo actos casi suicidas, no implica una actitud pedante ni engreída, así que fuera los prejuicios. Quizás se nos caiga la baba un par de veces, pero el Adonis sigue siendo el Adonis, y Sam McKade sigue siendo Sam McKade.
Lo mismo para Annie, que se pasa en su trabajo de spa… apenas si disfruta de ratos libres, y su organización y eficiencia la hacen la jefa más eficaz pero sin casi vida personal.
Lo complicado será llevar a cabo la fisioterapia con McKade, un hombre del que conoce mucho más de lo que él piensa, al que no puede recordarle los momentos mágicos pasados una vez en esa misma isla, mientras su corazón comienza a temer involucrarse de nuevo. Como todas nuestras protas, esta se da cuenta tarde para dar marcha atrás a sus pensamientos.
Entretenida y con algo de acción y romance, no destaca ni palidece frente a otras autoras de este estilo, no decae casi en ningún momento dentro de lo que es, salvo algún detalle en que aprendes demasiado sobre cómo llevar un spa y quieres gritar “leo una novela, no un manual”; casi no cae en la monotonía de pasar páginas que rompe con el ritmo del relato.
Lo que no puede faltar, claro, el sujeto misterioso y ellos corriendo peligro en la oscuridad, una escena perfecta para que el héroe se de cuenta, luego de sentirlo por tiempo, que la palabra que describe lo que siente hacia la prota es amor, y en medio de la acción, él queda atónito, y no podrá dejar que nadie la toque, que la hieran…bueno, convengamos que es un cliché, así que no sé si te das cuenta siquiera que mientras el hombre piensa, hay una dama enfrentando a un psicópata muy bien camuflado.
La tensión entre ellos, su desconfianza parece intentar adivinarse con rayos infrarrojos por los ojos, termina siempre en la incomodidad de saber que la tensión se convirtió en sexual, ambos son conscientes e intentan disimularlo, de hecho bloquearlo con mutua antipatía… pero lo que no saben es que reventaran los dos al mismo tiempo, y las escenas de sexo no son nada detalladas, pero al menos sabemos que es sexo (créanme, he leído cosas en que si no aclaran “es sexo”, ni te das por enterada de que lo están haciendo o practican yoga en una habitación). Y es que nosotras queremos ACCIÓN, Y NO TANTA PALABRA. No creo que alcance a la lectora esa tensión.
Y es que a esta autora le encanta la TENSIÓN. Insiste con la tensión: la sexual, la incomodidad, la atracción etc.
La sensación que me provocó fue la de alargar la novela y ya desear el final, a ver si la tensión desemboca en algo.
Pero ¡OJO!, que la tensión es fundamental para algunas autoras que la manejan como los hilos invisibles que crearán el romance principal. Es que cada autora utiliza diferentes recursos para tramar su novela; lo importante está en utilizar los correctos y cómo se tramen.
Por ejemplo, en este argumento, considero importante, y que ya ha sucedido, no quedan cabos sueltos en la parte de acción y peligro. Si bien no es “la gran idea” involucrar a la CIA y sus misteriosos puntos que no terminan de cerrar, hay una lógica que da coherencia a cada prueba y acción del principio para hacer temer a Annie.
Cada cabo suelto queda resuelto con claridad, pero con muy poco esfuerzo. No es un thriller, pero un rompecabezas hubiese ido al dedo con esa incómoda atracción, pues juntándose dos cerebros a descifrar una misma cosa, daría la estampa a esa atracción que a estas alturas es casi público.
Pero no hay estampa ni consagración de un romance otra vez fugaz; con Annie sin esperanzas ni deseos de futuro con el peligro. Es hora de que los personajes acaben por comprender por qué McKade está en peligro.
(otra vez el principio, otra vez con lo van a hacer un poco tarde)
Y sí. Casi me olvido. La pareja termina junta… no sé yo si fuera de peligro,...
Y, finalmente… recomiendo esta novela para conocer a la autora. No diré a qué autoras alcanza y por debajo de cuáles está: para gustos…¿ y quién es juez de una obra?
Una buena idea para leer tomando sol en la arena.