Luz de luna - Robyn Carr
Sinopsis
Kelly Matlock era una sous-chef al alza, pero el inesperado desmayo que sufrió en su lugar de trabajo fue para ella una llamada de atención. Desilusionada y quemada, decidió retirarse durante un tiempo a casa de su hermana Jillian en Virgin River para descansar y poner las cosas en perspectiva.
Estaba bien entretenerse en el jardín de Jill y cocinar variedades autóctonas de hortalizas, pero no podía haber un lugar más distinto a San Francisco que Virgin River, hasta tal punto que Kelly estaba empezando a encontrarse casi demasiado relajada... Entonces conoció a Lief Holbrook. Aquel viudo tan guapo parecía más un leñador que un sofisticado guionista, pero sin duda la combinación de ambas cosas resultaba irresistible, al menos para ella. Lo que ya no lo era tanto era su hija, Courtney, precisamente la razón por la que habían dejado Los Ángeles, aunque ni siquiera en un lugar como Virgin River la adolescente era capaz de mantenerse alejada de los problemas.
Kelly nunca se había enamorado de un hombre con semejante carga a la espalda, pero había cosas por las que merecía la pena luchar. Además, una adolescente malcriada no podía ser mucho peor que un chef histriónico... ¿no?
Valoración
Decimoquinto libro de la saga «Virgin River».
Bueno, lo primero que tengo que decir sobre la historia es que me ha chocado un poco cómo empieza. No es que pase nada raro… bueno, en realidad, sí que pasa porque la escena con la mujer de Luca no es muy normal. Pero me refiero al hecho de que en el anterior libro ya se nos estaba contando que Kelly está enamorada de su jefe (Luca). Así que cuando llegas a este libro sabiendo que el prota no es ese hombre, te esperas que haya una historia de ruptura con «curación emocional» posterior. Sin embargo no pasa nada de esto.
Tras el primer capítulo donde la mujer de Luca va a recriminarle a Kelly que deje en paz a su marido —con el cual no está realmente, por cierto— y montarle una escena en medio de la cocina del restaurante, en ningún momento percibes que Kelly esté enamorada de su jefe. No hay ninguna sensación de pena por parte de ella, ni tristeza, ni sentimientos de corazón roto. Es bastante extraño porque sí te lo dicen —es decir, que lees que está escrito—, pero no te llega a calar esa emoción porque Kelly no se comporta como una mujer que ha perdido al hombre que quiere. Y de repente, la prota se va a Virgin River viendo que el restaurante está siendo perjudicial para su salud (por estrés). Entonces, se encuentra a Lief en la cafetería internacional del pueblo —el bar de Jack— y al día siguiente comienzan una relación. No, no estoy exagerando: al día siguiente empiezan a salir.
En serio que te da una sensación muy extraña. Te cuenta que lleva un par de años teniendo a Luca como amor platónico, esperando a que se decida a dejar a su esposa para estar con él, y de la noche a la mañana, se larga y se lía con otro —no se acuestan, pero sí mantienen una relación sentimental con tintes a ser estable—. No sé, a mí el libro me desconcertó bastante por esto, porque con los antecedentes que te cuentan, cualquiera esperaría otro tipo de historia. Una en la que Kelly tuviera que superar ese amor perdido y Lief ir conquistándola poco a poco hasta conseguir que le olvide.
Si no hubiera sido por esto, la trama no me hubiera chocado tanto. Tienes una sensación de incoherencia por todo el libro. Porque claro, de vez en cuando, Kelly va soltando que está dolida por la pérdida de Luca —pero es eso: te lo suelta de vez en cuando y listo—. Con esto, no estoy diciendo que no me haya gustado el libro, porque la historia es bonita. Pero eso no quita el hecho de que esta base sobre la que empieza el libro, no cuadra con cómo viven el momento los protagonistas.
En cuanto a la protagonista, se nos muestra un personaje distinto al de su hermana. Las dos son trabajadoras, pero mientras que Jill convierte en oro todo lo que toca, Kelly no. Así que viene a ser la hermana pobre que su sueldo le da para vivir —bien, pero ya— en comparación a los lujos de Jill. En realidad, si no fuera por la incoherencia de sus sentimientos, el personaje no tiene mucho más problema. Tiene sus reticencias respecto a la relación con Lief —en especial, por la hija adoptiva de éste—, pero aparte de eso no le pone muchas pegas. En realidad, no es un personaje que destaque mucho. Al menos, no para mí.
Lief es algo más interesante. Un hombre viudo que cuida de la hija de su esposa que tuvo en su primer matrimonio. Es otro punto que te deja descolocada porque el padre biológico de la niña está vivito y coleando. Pero al parecer, cuando se casó con su segunda mujer, «decidió» que no quería lastres de su primer matrimonio. A ver, este hombre aparece en la historia para mostrarnos el tipo de «calaña» del que se ha librado la pobre chica, pero sigue siendo desconcertante. El hombre parece que quiere a los hijos del nuevo matrimonio, y se me hace raro pensar que alguien se desprenda de su primer hijo tan fácilmente cuando a los siguientes sí les quiere. Como digo, en la historia nos aparece el personaje lo suficiente como para que veas que la chica está mejor sin él, pero sigue siendo raro. Con todo esto, la hija tiene un problema social que acaba siendo tratado por el psicólogo estrafalario de la serie que ya apareció hace algunos libros. Siente que su padre biológico no la quiere, y que Lief carga con ella a disgusto. Con la historia, das por hecho que su reacción es alguna clase de neura de esas propias e incomprensibles de los adolescentes. Porque Lief se desvive por ella. Pero la chica, cuando inicia el libro, es la típica adolescente que se mete en líos para llamar la atención y que quiere acaparar a Lief —esto es, que no se lleva bien con la prota y generará un obstáculo entre ellos.
Pero volviendo a Lief. Tenemos a un hombre que se desvive por la hija de su difunta esposa, que se muda a Virgin River esperando que el estar en un pueblo más tranquilo cambie la conducta de la chica. Y que, aunque no busca una relación sentimental, no está cerrado a ella. Él es el que menos reticencias pone a su relación con Kelly. Enseguida busca algo más estable con ella, mientras que Kelly tendrá sus excusas con el amor-que-no-es-amor de Luca, sumado a los problemas con la chica.
Como decía antes, la historia no es mala. A mí me entretuvo mucho; me leí el libro muy rápido. Pero eso no evita que no me quedara todo el libro con una sensación de incoherencia tras el planteamiento inicial de los personajes al principio de la historia.
Por último, quería hacer una mención especial al final. La verdad es que me chafó un poco. No acaba mal, pero es muy precipitado y sacado de la manga. Como la niña está en plan «mi papá es mío y sólo mío», se ve a la legua que acabará sucediendo el típico altercado por el Kelly salvará la situación problemática y la niña cambiará de parecer. Pero todo ese final me pareció bastante pobre. La verdad es que esperaba algo más elaborado —y no voy a contar más—.
En términos generales, el libro me ha gustado, aunque parezca que no por mis palabras. En realidad me enganchó la trama. Pero cuando lo iba leyendo, a mí me dejó la sensación continua de que se podía haber sacado más provecho de esta historia. Le vi más potencial del que realmente acabé leyendo.