Ella estaba en la cama de Zac descansando no me acuerdo por qué y aún no habían tenido tema porque Zac tiene miedo de las mujeres con nombre de flor. Ella se destapa y le dice: "Mira, estoy desnuda". Y Zac diciendo: "Ya lo veo"  

Una de las escenas que más me han gustado ha sido en la que están los dos en la habitación y les montan una encerrona entre los puritanos del pueblo y las chicas del salón. Él tratando de arreglar las cosas y Lilly diciendo la verdad sin tener en cuenta que lo que dice es casi peor y luego va Zac y mete la pata también me encanta esta pareja, son tal para cual

ese secuestro express el día de la boda o la demasiado inocencia de Lily, que la verdad, de inocente se pasaba la mujer y más parecía tonta en algunas ocasiones

5 Estrellitas. El primer premio del año se lo lleva ésta maravillosa novela que me ha tenido encandilada y enganchada desde que lo empecé.

Me recomendaron esta serie hace muchos años, pero tenía un par de motivos que me hacían retrasarlo: ocurría en el Oeste, y me dan mucha, mucha pereza los libros de vaqueros del Oeste, y ¡que están escritos por un hombre! Normalmente los libros románticos que he leído escritos por hombres han resultado ser un fiasco. No conocen el alma femenina, no saben dar lo que necesitamos... no sabría explicarlo; pero éste libro, si me dicen que está escrito por una mujer, me lo trago.

"Rose" es el primer libro que leo de Leigh Greenwood, y el primero de su serie "Siete novias". El autor nos presenta en ésta serie a los siete hermanos Randolph, de una rica y poderosa familia de Virginia, que lo perdió todo al comenzar la guerra, y cómo, una vez terminada, intentan rehacer sus vidas en un rancho apartado de Texas.

George Randolph es el hermano mayor, y ahora el cabeza de familia de siete hermanos, todos varones. George sirvió en el ejército confederado, y ahora, recién terminada la guerra, vuelve al rancho que compró su familia en Texas, para criar ganado. Pero el rancho es un desastre, siete hombres medio salvajes, que no saben llevar una casa ni cocinar, y menos asearse. Así que llegan a una conclusión, contratar una mujer para que les haga las tareas del hogar.

Rose Thornton está desesperada. Malvive en Austin trabajando como camarera, y el ambiente es opresivo para ella. Su padre era un oficial del ejercito unionista, y ella es una paria entre tantos sureños. Su esperanza será tener un día como cliente a George Randolph, que la salvará de las garras de unos parroquianos.

En seguida, Rose queda prendada de George, de su bondad y gentileza. Y cuando descubre que él está en Austin para buscar una empleada del hogar, se ofrece sin dudarlo para el puesto. Cualquier lugar lejano, donde nadie de Austin la conozca, ni a ella ni a su pasado, le basta.

Así será como Rose llegue al rancho de los Randolph y descubra una casa desvencijada, sucia, abandonada, y a cinco hombres (pues falta un hermano que no sale en éste libro) y niños, medio salvajes; sin una pizca de modales o educación.

La situación no será fácil para los Randolph, que hace mucho que no tienen mujeres en su familia, ni nadie que los mande, y peor será que una empleada los dé órdenes sobre cómo comportarse o vestirse. Aunque poco a poco, Rose irá entrando en los corazones de cada uno, empezando por el pequeño, Zac, de sólo seis años; hasta George, el mayor.

La relación entre George y Rose me ha parecido preciosa, hacía tiempo que no leía un romance así. Sí, ella en seguida se enamora de él, pero el suyo es un amor puro y sincero que se cuece muy poco a poco.

Por otro lado, tenemos el trato que ha dado el autor a los personajes. Me asombra que un hombre haya captado tan bien en Rose cómo es una mujer, su sensibilidad, sus sueños, y a la vez hacerla tan fuerte y valiente. Con esto no me dejo atrás al resto de hermanos, George es un grandullón con el fantasma de su brutal padre pendiendo sobre él, lleno de miedos e inseguridades, al no querer ser como él.

Después el resto de hermanos, a Madison aún no se lo conoce en éste libro. Al hosco y resentido Jeff, que fue prisionero de guerra. A Hen y Monty, los gemelos, auténticos vaqueros salvajes. Al adolescente Tyler, un chaval callado y solitario. Y al pequeño de los hermanos, Zac, un niño de sólo seis años, al que han criado unos salvajes, muy falto de amor, pero con mucho amor para dar; me han encantado sus escenas con Rose, y cómo la quiere.

El libro en general ha sido una joyita. Me ha tenido enganchada desde el principio, y guarda mas profundidad de lo que parece. No es sólo una historia de vaqueros en el Oeste. Es la historia de siete hombres muy perdidos, intentando rehacer sus vidas y volver a ser una familia; todos quieren y respetan a George, pero Rose será el pegamento de ésa familia, sobre todo cuando se haga patente el amor que están creciendo entre ella y George.

Además es una novela que se lee sola, entretenida, en la que están pasando cosas continuamente y con varios giros. Tiene unas cuantas sorpresas que no esperas, y más intríngulis de lo que parece. No es fácil ser un vaquero en un rancho perdido de Texas en 1866, cuando hay indios, cuatreros y otros maleantes acechando.

Por mi parte, chapó por éste libro, la pluma del autor y sus magníficos personajes. Habiéndome dejado el listón tan alto estoy decidida a seguir con el resto de la serie, y espero no tardar mucho en leerlos, pues estos siete hermanos me han encandilado.

3 Estrellitas. Lo lamento mucho, pero éste libro no me ha llegado tanto como lo hizo el primero. Se me ha hecho muy cuesta arriba, lleno de clichés y me desesperaba por momentos. Supongo que iba con las expectativas muy altas tras la sorpresa que me llevé con "Rose".

"Fern" es el segundo libro de la serie Siete Novias, y en éste caso tenemos al hermano desconocido, James Madison Randolph. Madison huyó de la granja de Texas en cuanto su padre se fue a la guerra. A Madison no le interesaba ingresar en el ejército, y sí mucho huir de su brutal padre y estudiar. Se fue a Boston, donde lo acogió su mejor amigo y le costeó su educación.

Años después, Madison es un prestigioso abogado de Boston, pero han pasado diez años y ahora debe volver a ver a sus hermanos, para salvar a Hen. Los hermanos Randolph, los mayores, se encuentran en Abilene, Kansas, para vender algunas de sus reses en el mercado. Pero algo ocurre, muere un hombre y un testigo acusa del asesinato a Hen. De modo que Madison vuelve para salvar a su hermano de la horca.

Lo que Madison no esperaba era encontrarse con la voluntariosa Fern Sproull nada más bajar del tren. El primo de Fern, Troy, acaba de ser asesinado, y aunque no caía bien a nadie, Fern está segura de la culpabilidad de Hen Randolph y sabe que han mandado llamar a su hermano el abogado para que Hen no pague por su crimen. Pero no, Fern no se lo pondrá tan fácil y hará todo lo posible para entorpecer a Madison.

Sí, el primer tercio de la novela trata de entorpecerse el uno al otro. Madison me ha gustado como protagonista, pero con Fern no he podido empatizar de la manera en que sí lo hice con Rose. Fern es un marimacho que se viste con pantalones, sin ningún tipo de modales y malhablada. Los protagonistas son totalmente opuestos, y por eso mismo se atren; pero a mí, no me han llegado.

Será porque no he tenido la mejor época para leer el libro y no he podido dedicarle lo que me habría gustado; pero aunque está bien narrado y ambientado, la historia me ha dejado mucho que desear. Sí, el escollo lo he tenido con Fern, no he podido con ella. Es verdad que desde el principio sabes que la actitud que tiene es pura fachada, que tiene un pasado horrible, un padre cruel y es muy insegura. Pero lo que no me ha gustado son esas vueltas a lo mismo, ahora sí, ahora no... no he podido con su inseguridad.

Llegando hasta el final y cuando ves hacia donde conduce la historia, es lo que más me ha atrapado y por eso se ha llevado las 3 estrellitas. Pero no me ha fascinado lo mismo que el primero. Aún así continuaré con la serie.

4 Estrellitas. Dejé la serie abandonada porque el segundo libro no me gustó, y me alegro de haberla retomado porque Iris y Monty sí me han convencido, y la suya ha sido una buena aventura.

Iris Richmond ha estado toda su vida enamorada de Monty, pero a su vez éste solo la vio como una niñata consentida y un incordio. Las familias de Iris y Monty son propietarios de ranchos colindantes, mietras que Monty sigue trabajando para su hermano George, Iris está pasando sus últimos años en una escuela de señoritas en San Louis, donde no la enseñan nada útil para la dura vida del Oeste.

Monty se dispone a abandonar el rancho familiar con un gran hato de ganado y recorrer 3.000 kilómetros al norte para establecerse en Wyoming. A la vez, Iris recibe una fatal noticia, sus padres acaban de fallecer en un accidente, han dejado las propiedades hipotecadas debido a los excesivos gastos de su madre. Iris es ahora más pobre que una rata, su rancho pertenece al banco, y su situación es tan desesperada que le pide ayuda a Monty para llevar el poco ganado que le queda a Wyoming cuando él salga.

En éste libro Monty ha madurado, se ha convertido en un hombre peligroso y huraño, y está convencido de que Iris es tan peligrosa e inútil como lo era su madre, así que no quiere saber nada de ella. Será la insistencia de Iris, cuando los hatos de ganado ya hayan emprendido el viaje al norte, cuando Monty descubrirá que Iris les viene siguiendo con su ganado y sus vaqueros.

Estando a días del hogar, Monty no puede negarle su ayuda a Iris, sobre todo siendo más. Pero Iris no dejará de ser un incordio durante el camino, un incordio muy atrayente.

Se puede pensar que el viaje al norte pueda hacerse pesado o aburrido, pero a mí no me lo ha parecido. Durante 3.000 kilómetros a los protagonistas los pasa de todo, continuamente están ocurriendo cosas, ataques, traiciones, estampidas. Además Monty no será el único Randolph que tendremos por aquí, Hen, Tyler y Zac también viajarán a Wyoming.

Lo que me ha gustado es como evolucionan los protagonistas durante el viaje, sobre todo Iris. Esta estaba destinada a ser una señora de su hogar, una mujer bien casada y con criados, y ahora se da cuenta de que no sirve para nada porque no sabe limpiar, ni cocinar, ni coserse sus vestidos. Sin esto, ¿cómo puede vivir en Wyoming? ¿Cómo puede ser la clase de esposa que Monty necesita?

El suyo será un romance tempestuoso, aunque Iris ha estado siempre enamorada de Monty, él no quiere saber nada de ella. Ambos se tiran más de la mitad del libro discutiendo, y él es bastante duro con ella y en algunas escenas hasta cruel. Pero la suya ha sido una historia que me ha convencido y me gusta como ha evolucionado.

Tras esta sorpresita que me he llevado estoy segura de que continuaré la serie.