Los habitantes de un pueblo minero son víctimas de la miseria. La maestra del pueblo decide elevar una súplica al conde.
Los habitantes de un pueblo minero son víctimas de la miseria y la opresión. En Gales, a principios del siglo XlX, la vida es en general difícil, pero la buena o mala disposición de la aristocracia local puede representar una gran diferencia. Consciente de ello, Clare Morgan, la maestra del pueblo, decide elevar una súplica al conde de Aberdare, un noble de sangre gitana y pésima reputación.
El conde accede a sus ruegos, pero pone una condición: Clare deberá convivir con él durante tres meses. Y ella, dispuesta a todo por salvar a los suyos, acepta el reto. Debía elegir entre su honra y el bienestar de su pueblo.